El lucro cesante
He de decir que no me interesa nada el principio male captus bene detentus; me importa un comino si el sello era del Gobierno de Tailandia o de la ciudad de Singapur, y no veo inter¨¦s en el organigrama, del Cesid o en saber con qui¨¦n despachaba su jefe en 1984. Pero sobre todo no puedo soportar la perspectiva de otro a?o m¨¢s viendo al juez Garz¨®n subir y bajar escalera a medida que cambia el terno veraniego por el de entretiempo y ¨¦ste por la gabardina o la zamarra para volver otra vez al modelo estival; otro a?o m¨¢s observando las masas de fot¨®grafos que esperan a la puerta de la Audiencia o de la plaza de Castilla a que pase un "presunto" cualquier cosa; a los c¨¢maras persiguiendo ansiosos y con riesgo de su vida la imagen de un reci¨¦n salido / entrado en prisi¨®n; a las interpretaciones (con organigrama incluido) acerca del orden de sustituci¨®n de su lentes de jueces de guardia; a disquisiciones bizantinas sobre lo que es una exposici¨®n motivada" o una "filtraci¨®n constitucional" (al parecer, ¨¦stas no son filtraciones); y menos a¨²n a argumentos sobre la "gobernabilidad" en medio de este maremagnum de ingobernabilidad. Lo siento, pero nada de esto me interesa ya y sospecho que a la mayor¨ªa de los ciudadanos les ocurre otro tanto, raz¨®n por la que es probable que hayan decidido olvidarse de la "pol¨ªtica", si es que a lo que nos pasa puede llamarse tal cosa. Y, sin embargo, parece que ¨¦ste es nuestro destino.
?Qu¨¦ ha dicho la junta de fiscales? ?Cu¨¢ndo se re¨²ne el pleno en la Sala Segunda? ?Conseguir¨¢ Garz¨®n el acta fundacional de los GAL? ?Implica Perote al presidente? ?Inform¨® Maglano? ?Qui¨¦n es el juez instructor? Conecten ma?ana a la misma hora para saber la respuesta y los comentarios de nuestros comentaristas. Y a la misma hora sabremos que Manglano no "inform¨®" pues "dio parte"; o quiz¨¢s s¨®lo "anot¨®"; e incluso podr¨ªa tratarse de una mera "observaci¨®n reservada" o un simple "comentario informal". La ret¨®rica nos domina y el ¨²nico problema es ponerle etiqueta adecuada a las cosas. ?Dios m¨ªo, d¨®nde han quedado las cosas! Rememorando a Ortega habr¨ªa que decir: espa?oles, a las cosas.
Pues todo modo de ver es un modo de no ver y as¨ª lo preocupante hoy (m¨¢s de a?o y medio despu¨¦s del comienzo de este viacrucis), lo absolutamente intolerable ya no son los acontecimientos que nos abruman, sino que ello nos impide ocuparnos de las cosas, lo m¨¢s preocupante, es la
misma preocupacion que, al fascinarnos con el da?o emergente, nos hace olvidar el lucro cesante ,la ocasi¨®n perdida, el tiempo que pasa, los muchos problemas, las cosas que nadie atiende.
?se es el mayor da?o que los responsables pol¨ªticos de este pa¨ªs le est¨¢n causando, ¨¦sa es la "corrupci¨®n" actual, presente, diaria, de la pol¨ªtica. Pues hace a?o y medio que no hay Gobierno, ni calendario, ni perspectiva, ni planificaci¨®n privada o p¨²blica, ni estabilidad, y todo aparece embrollado. Y as¨ª los inversores dependen del presupuesto, pero el presupuesto depende del calendario electoral el calendario de la Sala Segunda, y la Sala Segunda de las declaraciones de cualquier inculpado. De modo que la agenda pol¨ªtica nos la fijan los inculpados, sus declaraciones y sus revelaciones. ?Qui¨¦n hace pol¨ªtica en este pa¨ªs? Perote, Amedo, Manglano...
?Puede un pa¨ªs continuar as¨ª? Por supuesto que puede; faltar¨ªa m¨¢s y ah¨ª est¨¢ Italia para demostrarlo. Pero eso s¨®lo muestra el buen sentido de los espa?oles, no el buen hacer de sus actuales gobernantes. Pues mientras que nos empapamos hasta la saciedad de todo lo que sucede no vemos lo que no es suceso: que el paro es el m¨¢s alto de Europa y la tasa de actividad de las m¨¢s"baj¨¢s; que la competitividad de la econom¨ªa se hunde; que las j¨®venes siguen abortando ilegalmente; que la justicia es una mala broma; que los pescadores siguen en tierra (y la nacional III sigue sin acabar) y la sociedad se crispa. Este es el verdadero coste del desgobierno actual, no del desgobierno pasado. Y si aqu¨¦l no podemos remediarlo, por favor, remediemos ¨¦ste lo antes posible separando de una vez (faltar¨ªa m¨¢s) el gobierno de todos de los avatares legales de unos pocos.
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