El ONCE deja una rendija
Skibby gana en Palazuelos, pero Jalabert sigue sumando bonificaciones
Se acabaron los imprevistos. Con un l¨ªder c¨®modamente instalado, la Vuelta entr¨® en el camino de la normalidad y lo previsible. El ONCE derroch¨®, un d¨ªa m¨¢s, sensaci¨®n de poder¨ªo, pero esta vez para cumplir con la tarea de defensa del liderato. Lo hicieron con la actitud l¨®gica en estos casos, aunque un pel¨ªn acelerada para la ortodoxia conocida: permiso para saltar hasta que una fuga estuviera formada y control posterior del pelot¨®n, a una velocidad no de caza, pero tampoco tan lenta como para permitir el caos. De hecho fue lo bastante r¨¢pida como para romper el pelot¨®n y llegar a meta antes de lo previsto. De esta m¨ªnima rendija se aprovech¨® un gigante rodador dan¨¦s, Jesper Skibby, para ganar la etapa.
La escapada buena, siete corredores al pie de Navacerrada, no logr¨® el tiempo que permite los juegos t¨¢cticos. Todos tuvieron que tirar porque el ONCE nunca permiti¨® m¨¢s de un minuto y medio. Cuando Skibby dej¨®, a sus compa?eros en la autopista del puerto de Navacerrada tuvo que esforzarse. Era una fuga consentida pero no tanto.
Tani¨¢ hambre de victorias tiene Jalabert, y tan sobrado parece que va, que hasta esprint¨® por la segunda plaza y los correspondientes ocho segundos de bonificaci¨®n. A su rueda, Mauri, uno que parece buscar un acomod¨® en el podio. La rueda buena es la de Jalabert. La teor¨ªa dice que, estando s¨®lo en juego los puestos menores del podio -que tambi¨¦n ser¨ªan los de la victoria final si algo le pasara al franc¨¦s-, quien quiera ocuparlos deber¨ªa ir donde va el l¨ªder, a su espalda.
Olano anuncia que ya su ¨²nico objetivo es ganar la contrarreloj de Alcal¨¢ de Henares y no quedar m¨¢s all¨¢ del tercero; Riis, que s¨®lo aspira a quedar segundo, si es que aguanta. El campe¨®n de Dinamarca tuvo que tomar un antiinflamatorio antes de la salida para ver de mitigar los dolores de su costado herido en la ca¨ªda de la contrarreloj, intens¨ªsimos a la hora de respirar.
Tampoco es que el breve recorrido de ayer diera oportunidad a la batalla, pero ante ese panorama, aniquilada la oposici¨®n, el sobrado Jalabert puede permitirse ciertos lujos. Como el de so?ar con ganar m¨¢s etapas que el a?o pasado -se impuso en siete; ¨¦ste lleva ya tres-, o el de a?adir el jersey rojo de las metas volantes a su colecci¨®n de lideratos, que por ahora incluye la general, la regularidad y la monta?a. Las rendijas que pueda dejar, seguro que son escasas.
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