Chirac y la prensa.

"HEMOS SIDO mejor tratados que los periodistas y los miembros del equipaje", declararon ayer los ocho parlamentarios de vanas nacionalidades detenidos por la Marina francesa cuando, a bordo del velero La Ribaude, penetraron en la zona de exclusi¨®n decretada en tomo al atol¨®n de Mururoa. Con buen humor, uno de esos periodistas, Enric Gonz¨¢lez, de EL PA?S, confirma la informaci¨®n: los parlamentarios durmieron en las camas de un hospital, y los informadores y ecologistas, en los catres de un barrac¨®n militar. El pasado fin de semana, en Santander, la ministra sueca d¨¦ Asuntos Exteriores a?adi¨® un nuevo argumento a los ya empleados para condenar las pruebas francesas. "Otro deber de solidaridad dentro de la Uni¨®n Europea consiste en no poner a los socios en dificultades ante sus opiniones p¨²blicas", dijo Lena Hjem-Wall¨¦n. El ministro franc¨¦s Herv¨¦ de Charette tuvo que abandonar de inmediato su inicial actitud de reproche a sus colegas. La reunion de Santander de los jefes de la diplomacia de la UE termin¨® como hab¨ªa empezado: con Francia aislada.

Francia no sufrir¨¢ un da?o diplom¨¢tico permanente por el empecinamiento de su presidente. Sin embargo, ello no deber¨ªa provocar el triunfalismo en Chirac y los suyos. "Las pruebas at¨®micas francesas no han hecho da?o a un solo pez", dice el presidente franc¨¦s. Quiz¨¢, pero su imagen, la de su pa¨ªs y la cohesi¨®n europea y occidental han sufrido da?os evidentes. Por no hablar de la explosi¨®n de c¨®lera independentista en la Polinesia francesa y de, como subrayaron ayer al alim¨®n Kenzaburo, O¨¦ y Jacques Cousteau, el paso atr¨¢s en los esfuerzos mundiales para eliminar los ensayos nucleares. Las explosiones de Mururoa, dijo O¨¦, son "un mensaje de pesimismo para el siglo XXI".

Intentando explotar el pesimismo, Chirac se ha sacado a posteriori un nuevo argumento de la manga. Tras el estrictamente nacionalista -la necesidad de garantizar la independencia de Francia- y el supuestamente europe¨ªsta -la force de frappe puede ser puesta al servicio de la UE-, Chirac esgrime ahora el temor a la situaci¨®n "incierta" en Rusia y otros pa¨ªses de la extinta URSS. Podr¨ªa tambi¨¦n hablar del nacionalismo de la China posmao¨ªsta, el integrismo isl¨¢mico o cualquier otro de los motivos de preocupaci¨®n de la comunidad internacional. Chirac puede ir desgran¨¢ndolos en sucesivas explicaciones autoexculpatorias, pero esa actitud no parece muy seria.

Como tampoco parece muy conforme con el pensamiento, y la actuaci¨®n de un l¨ªder democr¨¢tico la furia de Chirac contra los medios de comunicaci¨®n. A los franceses les ha reprochado una inconsciente colaboraci¨®n con el terrorismo islamista que sacude Francia por informar in extenso sobre los atentados. A los extranjeros debe culparles del cli ma de "histeria" que, seg¨²n Alain Jupp¨¦, ha desencadenado la explosi¨®n de Mururoa. Si el jefe del Estado franc¨¦s tiene esa visi¨®n de la prensa, no es de extra?ar que los comandos de su Marina, sus legionarios y sus gendarmes separen a los periodistas de los parlamentarios, les nieguen a los primeros el derecho a llamar por tel¨¦fono o consultar con un abogado y les pongan a dormir en un barrac¨®n. Todo ello, como cuenta hoy Enric Gonz¨¢lez, con "correcci¨®n, pocas palabras y un mal humor contenido".