Quinientos a?os de la Universidad de Santiago
Compostela quiere superar la imagen de una vocaci¨®n exclusivamente literaria
Santiago de Compostela aguarda que el pr¨®ximo mes de noviembre se apruebe su nominaci¨®n como capital cultural europea del a?o 2.000, mientras se prepara para vivir ahora mismo varios meses m¨¢s de conmemoraciones. Tras el Xacobeo 93, la ciudad acoger¨¢ hasta setiembre de 1996 una avalancha de congresos internacionales y actos acad¨¦micos para celebrar el V Centenario de la fundaci¨®n de su Universidad, la sexta m¨¢s antigua de Espa?a tras Salamanca, Valladolid, Barcelona, Zaragoza y la Complutense. Durante todo el curso a punto de comenzar, la Universidad compostelana invertir¨¢ 1.600 millones de pesetas en nuevas infraestructuras y en actividades culturales paralelas. Las conmemoraciones se iniciar¨¢n el pr¨®ximo jueves con una ceremonia presidida por los Reyes, que servir¨¢ de inauguraci¨®n oficial del curso 1995-96.Probablemente ninguna otra poblaci¨®n espa?ola tiene la vida universitaria tan metida en sus entra?as. De los 120.000 habitantes de hecho que se calculan en Santiago, la cuarta parte son estudiantes, que nueve meses al a?o se apoderan de la ciudad. Por eso se hicieron c¨¦lebres las noches compostelanas, las antiguas protestas contra la carest¨ªa de la vivienda -la mayor¨ªa de los universitarios se aloja en pisos alquilados en el barrio del Ensanche, un horror urban¨ªstico producto de la especulaci¨®n de los a?os 60- o la inusitada combatividad de la conservadora capital de Galicia en los estertores del franquismo.
Hay datos curiosos que muestran hasta qu¨¦ punto la ciudad se mueve al ritmo de la vida estudiantil. Santiago es, por ejemplo, la poblaci¨®n espa?ola donde m¨¢s se usan los cajeros autom¨¢ticos de los bancos y en la que hay m¨¢s locutorios telef¨®nicos p¨²blicos por habitante. Incluso el arraigado estereotipo del estudiante pendenciero y vividor se forj¨® en Compostela, donde Alejandro P¨¦rez Lug¨ªn situ¨® en 1915 la acci¨®n de su novela La Casa de la Troya. "Hasta las clases del d¨ªa venidero, la vida universitaria quedaba reducida a las naturales y gratas expansiones de caf¨¦", relataba P¨¦rez Lug¨ªn con cierta exageraci¨®n, "los paseos, los billares en donde los p¨ªcaros pelaban a las treinta y una a los, rapaces nuevos, las m¨¢s inocentes partidas de carambolas, las de monte en las posadas y casinos y las trouler¨ªas de la noche".
Colegio de Gram¨¢tica
La fundaci¨®n de la Universidad de Santiago se sit¨²a el 4 de septiembre de 1495, cuando el notario y regidor de la ciudad, Lope G¨®mez de Marzoa, funda un Colegio de Gram¨¢tica, al que se llamar¨ªa m¨¢s tarde Estudio Viejo. La ciudad ya ten¨ªa cierta tradici¨®n de estudios superiores por la actividad intelectual en torno al fen¨®meno de las peregrinaciones. En 1504, las ense?anzas obtendr¨ªan bula papal y 40 a?os despu¨¦s finalizar¨ªa la construci¨®n del palacio de Fonseca que hoy acoge la biblioteca central de la instituci¨®n. La Universidad tiene en la actualidad dos campus, uno en Santiago y otro en Lugo, m¨¢s de 40.000 estudiantes matriculados, 56 titulaciones y un presupuesto anual de unos 20.000 millones de pesetas."El tener tanta historia detr¨¢s puede llegar a ser una carga advierte el rector, Dar¨ªo Villanueva, que ocupa el cargo desde junio de 1994 y que en el ¨²ltimo a?o ha concentrado sus esfuerzos en preparar los actos del V Centenario, "pero ¨¦sta no es una universidad momificada ni fosilizada". A Villanueva -pese a ser precisamente catedr¨¢tico de Literatura-, le preocupa que la gente identifique una instituci¨®n antigua con un vocacion acad¨¦mica exclusivamente human¨ªstica. "Y no es as¨ª", insiste el rector, "porque entre nuestras titulaciones, est¨¢n incluidas pr¨¢cticamente todas las ciencias experimentales; hemos hecho un gran esfuerzo por adaptar nuestros servicios a las nuevas tecnolog¨ªas y tenemos contratos de investigaci¨®n con grandes empresas p¨²blicas y privadas, como Endesa e, Inespal, que. suponen unos 1.500 millones de pesetas al a?o. Esta no es una universidad s¨®lo literaria. Nuestro futuro requiere aprovechar al m¨¢ximo las potencialidades que realmente tenemos en el terreno de la transferencia de las ciencias experimentales a la tecnolog¨ªa. El V Centenario servir¨¢ para recuperar la memoria del pasado con sentido autocr¨ªtico".
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