Mensaje de amor
La bailarina Nadiezna Pavlova dej¨® en el aire de La Vaguada un verdadero mensaje de amor. Su espectral Giselle es madura, est¨¢ interiorizada, sabe lo que quiere salvar y transmitir. En lo t¨¦cnico, su buen gusto la aleja de esa expeditiva tendencia a la grandilocuencia que colorea a veces la escuela moscovita.Esta Pavlova, grande en s¨ª misma y por su genio, tras avatares personales diversos, ha recuperado el papel de haber sido la mejor de su promoci¨®n. Ella hace vivir lo que le aprendi¨® en el sal¨®n de ensayos de sus leyendas mayores: Ul¨¢nova y Semi¨®nova.
Es un lujo verla en Madrid, recuperada en lo f¨ªsico y en lo moral (que mucho de ello tiene este tipo de danza), y as¨ª, hubo momentos en el pas de deux y los solos con frases de verdadera magia, de la elevaci¨®n y transformaci¨®n que demanda el papel.
Ballet Imperial Ruso
Giselle (Segundo acto); Divertimento (El Corsario, Festival de las flores en Genzano, La Cachucha, Don Quijote, La muerte del cisne). Teatro de MadridLa Vaguada, martes, 19 de septiembre.
Giselle en el segundo acto, tras la decepci¨®n, el abandono y el rechazo, la locura y la muerte, sigue creyendo en su Albrecht, cree en una posibilidad ¨²ltima de redenci¨®n y de encuentro tras las brumas y la confusi¨®n de los maleficios.
La tierna Nadiezna -que s¨®lo tiene tiempo hasta el amanecer- nos recuerda que en cierto sentido, ese claro del bosque donde surge de su propia tumba, es el G¨®lgota, y all¨ª lucha por el m¨¢s generoso de los perdones. Giselle encuentra en la espesura la justificaci¨®n para que su amado no se pierda ni le olvide.
M¨ªmica
Al principio del segundo acto hay, de antiguo, una m¨ªmica que los rusos suprimen y que es capital para una interpretaci¨®n ¨²ltima: el juego de dados de los escuderos de Albrecht, otra evocaci¨®n a la agon¨ªa de Jes¨²s, paralelo ya estudiado en su d¨ªa por Levinson y Rosanova.Estuvieron correctos Vassilieva en Corsario, Timashova en su Myrtha y Galimulin en su Basilio.
Al final Maya Plisetskaia hizo con nobleza una vez m¨¢s su cisne agonizante, con entrega y elegancia. A sus setenta a?os, prima una dignidad. No intenta florituras, va a la esencia, y tambi¨¦n participa del mensaje de amor, esta vez por el ballet mismo, por la tradici¨®n, por la supervivencia de un arte magn¨ªfico que ha estado en peligro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.