Moreiras, el juez que quiere Conde
"Es como un ni?o grande, soberbio, genialoide, a veces con una extra?a intuici¨®n que le hace ver las cosas enseguida y una ins¨®lita memoria que le hace recordar detalles insospechados. Como instructor parte de una idea preconcebida y si las cosas van en esa direcci¨®n todo son mieles. Pero en caso contrario, se vuelve chill¨®n y muy autoritario con los abogados". As¨ª describe un conocido letrado, habitual del juzgado de delitos monetarios, a Miguel Moreiras Caballero, de 47 a?os, el juez favorito de Mario Conde.Nadie comprende c¨®mo ni porqu¨¦ se destin¨® al juzgado m¨¢s delicado de toda Espa?a a un juez con una hoja de servicios m¨¢s parecida a un certificado de penales que a un pasable curr¨ªculo. Entre los a?os 81 y 92, Moreiras tuvo abiertas seis diligencias, de las cuales tres acabaron en sanci¨®n.
En 1981, cuando era juez en Ronda (M¨¢laga), fue sancionado con un "apercibimiento" por abandono en la tramitaci¨®n de algunas causas. En 1983, como juez de vigilancia penitenciria en Madrid, no tuvo mejor idea que liarse a conceder indultos a penados, disput¨¢ndole nada menos que al Rey la exclusiva sobre esta medida de gracia. Le suspendieron un a?o sin juzgado y sin sueldo pero, ya en vena de aciertos, cometi¨® algunas "irregularidades" en un certificado m¨¦dico oficial para pedir una baja por enfermedad cuando lo que realmente hizo fue viajar a Estados Unidos. Le suspendieron otro a?o.
Ya como juez de delitos monetarios, la polic¨ªa le vendi¨® la captura de una red de delincuentes inform¨¢ticos. Moreliras entr¨® al trapo y encarcel¨® incondicionalmente un par de d¨ªas a un programador por el nefando delito de cruzar datos p¨²blicos del Insalud o la Seguiridad Social con la gu¨ªa telef¨®nica. Al sospechoso le clav¨® una fianza de responsabilidad civil de 1.500 millones de pesetas cuando s¨®lo hab¨ªa pagado 150.000 pesetas para que le f¨¢cilitasen un listado.
Al comprobarse que no hab¨ªa habido delito, el perjudicado se convirti¨® en querellante y a punto estuvo de acabar con la carrera del inefable Moreiras. El juez fue salvado in extremis por una de las resoluciones m¨¢s corporativistas que se recuerdan de la Sala Segunda del Supremo y en la que se lleg¨® a decir que: la alarma social" del asunto se desprendia "del informe policial". M¨¢s sonado fue, con todo, el encarcelamiento del empresario Benedicto Alfaro en plena boda de su hijo.
En lo que queda de a?o, Moreiras tampoco acabar¨¢ el caso KIO que, al decir de los acusadores, le produce aut¨¦ntica alergia. Ni los tres sumarios por f¨¢cturas falsas del IVA, el primero de los cuales data de 1991. Ni la descapitalizaci¨®n de Macosa, ni el sobreprecio pagado por los autocares de Enatcar, ni las cesiones de cr¨¦dito del Banco de Santander.
Pero su especialidad son las fianzas. Moreiras asombr¨® al mundo del Derecho con los 8.000 millones que pidi¨® de fianza al Banco de Santander. Luego la redujo a 3.500 y luego la anul¨®. Tampoco dej¨® de causar asombro la de 65.000 millones a UGT por el caso PSV, aunque luego la Audiencia Nacional se la recort¨® a 42.000 millones. El pasado agosto bati¨® su propio r¨¦cord. 105.000 millones a Brokerval. El catedr¨¢tico Miguel Bajo, defensor del principal implicado en PSV, Carlos Sotos, subraya el c¨²mulo de "actuaciones contradictorias" del pol¨¦mico magistrado.
Bajo, que considera a Moreiras "extraordinariamente voluble e irritable", y que critica su conducta ante los justiciables como "impropia de un instructor", conviene sin embargo con todas las fuentes en que es "muy trabajador", aunque "con una dimensi¨®n equivocada sobre las dimensiones de una instrucci¨®n".
"Tiene la tendencia a hacer de cada sumario una Causa General" agrega otro abogado. "De cada caso hace el Juicio Universal, en el que ¨¦l act¨²a como un dios ante el que todo el mundo tiene que pasar a confesarse. Las listas de testigos y acusados nunca tienen fin. En cada declaraci¨®n hace varios turnos de preguntas, a veces hasta tres turnos, con seis o siete abogados. As¨ª, una declaraci¨®n de una hora viene a durar cinco o seis".
"Deber¨ªa explicar las razones por las que inadmiti¨® la querella de KIO y por las que quiere recuperar el caso Banesto ", a?ade Bajo. Estas razones, seg¨²n otras fuentes, se debep a la "necesidad de protagonismo" del juez Moreiras: "Necesita ser siempre el centro de atenci¨®n. Tiene una vanidad muy susceptible de ser alimentada y no soporta que le hayan quitado el caso de la mesa".
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