El silencio espeso de 1983
El Congreso pas¨® de puntillas sobre las acciones ilegales contra ETA cuando se estaban gestando los GAL
Jueves 3 de noviembre de 1983. Diez y cuarto de la ma?ana. El presidente Felipe Gonz¨¢lez sube a la tribuna del Congreso para explicar el paquete de medidas antiterroristas aprobado por el Consejo de Ministros. Acaba de cumplirse el primer aniversario de la victoria del PSOE, pero ni el pa¨ªs ni el Gobierno est¨¢n para celebraciones.Las dos ramas de ETA se han empe?ado en una brutal escalada que contabiliza ya nueve muertos y medio centenar de atentados en s¨®lo dos meses. La aparici¨®n del cad¨¢ver del capit¨¢n de Farmacia Alberto Mart¨ªn Barrios, amordazado y con un tiro en la nuca, tras dos semanas de secuestro y cuando su liberaci¨®n se cre¨ªa pr¨®xima, ha provocado una conmoci¨®n social sin precedentes. Medio mill¨®n de personas salen a las calles de Madrid y otras 100.000 a las de Bilbao en la mayor movilizaci¨®n ciudadana contra el terrorismo.
El tono de Gonz¨¢lez es grave, casi dram¨¢tico: "Tenemos la firme decisi¨®n de acabar con una situaci¨®n parad¨®jica, una situaci¨®n que permite vivir tranquilamente, y yo me atrever¨ªa a decir que burl¨¢ndose de todos nosotros, la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos, aquellos que hacen apolog¨ªa del terrorismo, a aquellos que encubren a los terroristas o les facilitan ayuda, mientras viven angustiados centenares de miles, millones de ciudadanos de buena fe que defienden la paz de todos los que quieren vivir en democracia, que no se resisten a contemplar pasivamente la extorsi¨®n ni la amenaza".
Una espeso silencio se hace en el hemiciclo mientras habla el presidente del Gobierno. Falta justamente un mes para que altos cargos del Ministerio del Interior ordenen el secuestro en Hendaya (Francia) de Segundo Marey, a quien confunden con un etarra, en la primera acci¨®n reivindicada por los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL).
Ya hay, sin embargo, alguna muestra inequ¨ªvoca de que la pol¨ªtica antiterrorista empieza a deslizarse por el terrapl¨¦n de la ilegalidad. El 16 de octubre han desaparecido en Bayona los activistas de ETA Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala. Dos d¨ªas despu¨¦s, en Hendaya, cuatro polic¨ªas espa?oles son detenidos mientras intentan secuestrar al dirigente de los octavos Jos¨¦ Mar¨ªa Larretxea. Se trata de una violaci¨®n flagrante de la ley en un pa¨ªs extranjero por parte de funcionarios espa?oles.
No es popular denunciar estos hechos ante una opini¨®n p¨²blica horrorizada por el terrorismo. Pero tampoco cabe aducir ignorancia: "Cualquier forma de guerra sucia, Y hay indicios claros de que el Gobierno la practica, [ ... ] es una tentaci¨®n demasiado obvia, y en ella caen los gobernantes m¨¢s dem¨®cratas con una testarudez hist¨®rica", escribe Juan Luis Cebri¨¢n, director de EL PA?S, el 23 de octubre.
Gonz¨¢lez no hace, en su discurso, ninguna alusi¨®n a estas pr¨¢cticas. Se limita a enumerar, m¨¢s que explicar, las medidas de orden penal, procesal, penitenciario y gubernativo aprobadas por el Consejo de Ministros. Lo importante, m¨¢s que las decisiones, es el mensaje: "Hay momentos en los que hay que dar una explicaci¨®n a la opini¨®n y una explicaci¨®n que, probablemente, deba ser, sobre todo, una explicaci¨®n pol¨ªtica, en el sentido may¨²sculo de la palabra, no una explicaci¨®n de los detalles sobre los que se est¨¢ actuando constantemente en el d¨ªa a d¨ªa", afirma el presidente. "Pues bien, espero que se me entienda con claridad: no permitir¨¢ este Gobierno que vivan tranquilos los que amparan el terror y el crimen".
A Gonz¨¢lez le sigue en el uso de la palabra el diputado de Euskadiko Ezkerra Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s. Es el primero en abordar el tema tab¨², aquello en lo que todos piensan pero nadie osa mencionar. "No caigan, y espero que no caer¨¢n", advierte mirando al banco azul, "en la tentaci¨®n de una guerra sucia; la, ilegalidad es patrimonio del delincuente. El Estado democr¨¢tico se mueve dentro de unos l¨ªmites que no puede traspasar y que hay que respetar. Esa es la grandeza en realidad del poder p¨²blico en un Estado democr¨¢tico".
S¨®lo el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, insistir¨¢ en la admonici¨®n: "Yo quiero terminar diciendo que de todas esas medidas nos preocupa que no haya habido ninguna alusi¨®n concreta de condena contra la guerra sucia; la guerra sucia ser¨ªa un problema que aumentar¨ªa todav¨ªa m¨¢s el terrorismo".
Carrillo tiene otro motivo de inquietud: que Gonz¨¢lez s¨®lo haya consultado con el presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga, con quien se reuni¨® a solas el 25 de octubre, su nueva pol¨ªtica antiterrorista. "Desde luego, con medidas pactadas con el se?or Fraga estoy convencido de que en este pa¨ªs no se resolver¨¢ el problema del terrorismo", dice.
'Guerra revolucionaria'
Es el propio Fraga y no Gonz¨¢lez quien, con su caracter¨ªstica contundencia verbal, replica a Bandr¨¦s y Carrillo: "Guerra sucia, ?qui¨¦n la hace? Es el terrorismo quien la hace; la m¨¢s sucia de todas, la m¨¢s cobarde de todas, la m¨¢s criminal de todas, la que dispara por la espalda con tal de llamar la atenci¨®n, la que recurre a todos los medios de presi¨®n o coacci¨®n sobre las pobres mujeres de los guardias civiles, sobre sus hijos en el colegio, donde sea. No se puede hablar de guerra sucia cuando de lo que se trata es del ejercicio m¨¢s natural, del m¨¢s elemental de los derechos, que es el derecho, de leg¨ªtima defensa. ?se es el derecho que pedimos que se ejerza en nombre de todo el pueblo de Espa?a".
En su opini¨®n, el terrorismo es un problema de "guerra revolucionaria", de "guerrilla urbana". "Tengo que decir que cuantas medidas se tomen nos parecer¨¢n bien", afirma el l¨ªder de la derecha, "pero hay que recordar que hacen falta hombres que las apliquen", En el peri¨®dico del d¨ªa, que los diputados tienen sobre su esca?o, aparece el nombramiento del general Jos¨¦ Antonio S¨¢enz de Santa Mar¨ªa, delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco con UCD, como nuevo director de la Guardia Civil.
Los dem¨¢s grupos obvian el tema, pero respaldan inequ¨ªvocamente a Gonz¨¢lez, salvo el portavoz del PNV, Marcos Vizcaya, que lo hace con matices; a¨²n reconociendo la dificultad de enjuiciar las medidas del Gobierno "en el estado emocional en que todos nos encontramos, tras los repugnantes asesinatos de que hemos sido testigos".
"Nuestro grupo les apoyar¨¢ y se solidarizar¨¢ con las decisiones graves y a veces inc¨®modas que deber¨¢n ustedes adoptar", afirma el portavoz de CiU, Miquel Roca. "No podremos hacer uso de cualquier fallo que pueda producirse en la acci¨®n del Gobierno, desde el punto de vista de la capitalizaci¨®n partidista. Hemos renunciado a ello", agrega.
El periodista de EL PA?S Fernando J¨¢uregui titul¨® su cr¨®nica parlamentaria de ese d¨ªa Una sesi¨®n llena de sobreentendidos. "Una posible puesta en marcha de t¨¢cticas de guerra sucia flot¨® sobre la sesi¨®n", dec¨ªa.
Seg¨²n el acta del pleno, la intervenci¨®n del presidente fue acogida con "fuertes y prolongados aplausos en los bancos de la izquierda". En ellos se sentaba el diputado socialista por Vizcaya Ricardo Garc¨ªa Damborenea.
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