Castizos y cosmopolitas
Se pregunta uno si la escisi¨®n entre castizos y cosmopolitas protagonizada por ?lvarez del Manzano y Ruiz-Gallard¨®n ser¨¢ el germen de algo equivalente al felipismo y al guerrismo. ?Se convertir¨¢ el alcalde, con el tiempo, en el Guerra del presidente de la Comunidad o viceversa? En realidad, no sabemos muy bien si se puede hablar del casticismo y del cosmopolitismo como dos categor¨ªas separadas, porque Aluche, pongamos por caso, siendo un barrio castizo es lo m¨¢s parecido que tenemos al Bronx. El otro d¨ªa hubo una ensalada de tiros y un sujeto delgado se desangr¨® en la acera. Fue una muerte cosmopolita, aunque la pistola era muy castiza: pertenec¨ªa a un sargento del Ej¨¦rcito de Tierra. Yo hice la mili en Tierra y puedo certificar que aquella atm¨®sfera era m¨¢s castiza que la de Puerto Hurraco.F¨ªjense en este titular: "Un trabajador de la limpieza muere sepultado en el vertedero por la basura de un cami¨®n". ?Se trata de un accidente castizo o cosmopolita? No s¨¦, no me imagino a Ruiz-Gallard¨®n expirando de ese modo, aunque tampoco a ?lvarez del Manzano, la verdad. Hay sucesos dif¨ªciles de catalogar si no te dan m¨¢s que un par de etiquetas. Y eso es lo que sucede entre el Ayuntamiento y la Comunidad, que se pasan la vida intercambiando etiquetas mientras la realidad asesina a su aire, como los toros. No llevo la cuenta de los muertos ni de los heridos en los encierros ¨²ltimos de la regi¨®n, pero donde este suplemento pone el ojo, ah¨ª hay una llaga. Lo que no sabemos es si se trata de una llaga castiza o cosmopolita. Parece castiza, y sin embargo es competencia de Ruiz-Gallard¨®n, el m¨¢s cosmopolita de su partido si no tuviera esos ramalazos burocr¨¢ticos: quiere que la gente que va a correr en los encierros se apunte previamente en una lista. Se le olvid¨® pedir dos p¨®lizas.
De manera que el PP se ha metido en un jard¨ªn mientras Madrid respira, como siempre, a su aire. Si entras en un restaurante de barrio a la hora de comer ver¨¢s las mesas llenas de sujetos castizos que han pasado las vacaciones en Santo Domingo. Saben que aquello era Santo Domingo porque se lo dijeron en la agencia de viajes, aunque en realidad pod¨ªan. haber estado en Benidorm, porque no salieron de la reserva, es decir, de la playa. Pero tardaron muchas horas en llegar y tuvieron que mostrar el pasaporte en alguna ventanilla, lo que produce una sensaci¨®n de cosmopolitismo muy agradable en la barriga. Normalmente el castizo quiere ser cosmopolita, mientras que el cosmopolita sue?a todo el rato con regresar a sus or¨ªgenes.
Alvarez del Manzano, sin embargo, es un castizo que se niega a ser cosmopolita. Colocas a este hombre en la Quinta Avenida y llama m¨¢s la atenci¨®n que una tar¨¢ntula en un plato de nata: esto es lo que dec¨ªa Chandler de un personaje suyo que al final resultaba muy internacional. Sin embargo, a Alvarez del Manzano le debemos los chirimbolos, que est¨¢n en todas partes. Ahora mismo te tapan los ojos, te sueltan frente a un chirimbolo y no sabes en qu¨¦ lugar de Europa est¨¢s, de manera que esos trastos son el colmo del cosmopolitismo. Pero es que el cosmopolitismo tambi¨¦n puede ser hortera.
De momento, vamos a esperar a ver qu¨¦ hacen unos y otros cuando empiece el fr¨ªo y los amaneceres se llenen de mendigos de color azul. El Ayuntamiento ha tenido un arranque muy castizo en este asunto con los bancos antiindigentes de Chamber¨ª, pero a lo mejor rectifica y se pone m¨¢s mundano a medida que el term¨®metro baje. Yo estoy deseando averiguar qu¨¦ piensa Ruiz-Gallard¨®n de los mendigos, que constituyen un patrimonio cultural con el que nadie sabe qu¨¦ hacer, excepto ret¨®rica. A lo mejor, se le ocurre algo, pues para eso le ha montado Villapalos un consejo cultural con dos mil intelectuales o as¨ª (hay en Madrid m¨¢s intelectuales que mendigos). Lo que no sabemos es si le aconsejar¨¢n de uno en uno, para que no haga otra cosa, o todos de golpe, para que no se entere. Del modo en el que Ruiz-Gallard¨®n se defienda de sus consejeros, y de las soluciones calor¨ªficas que busque para los indigentes este invierno, podremos deducir si su cosmopolitismo es una piel o una gl¨¢ndula.
Continuar¨¢.
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