Triunfo torero y ganadero
La novillada acab¨® como quieren los taurinos, la afici¨®n conspicua, el p¨²blico en general, los militares sin graduaci¨®n: con triunfo torero y ganadero. He aqu¨ª el balance antes de impuestos, ins¨®lito en Madrid: un torero -Jos¨¦ Tom¨¢s, nuevo en esta plaza- a hombros por la puerta grande; un novillo -hierro Las Ramblas, tambi¨¦n debutante- premiado con la vuelta al ruedo, y hasta un pelo de la dehesa falt¨® para que le concedieran el indulto seg¨²n ped¨ªa parte de la afici¨®n.Tal es el balance, en bruto; luego viene Hacienda con las rebajas. Y dice la Hacienda t¨¢urica que pedir el indulto para aquel novillo era una exageraci¨®n; abrir la puerta grande para aquel torero que hab¨ªa es tado bien sin deslumbrar y se hab¨ªa permitido el lujo de matar de un bajonazo, era desbocar por la senda del triunfalismo la seriedad y el gusto de la primera plaza del mundo.
Ramblas / Tom¨¢s, Encabo, Rafaelillo
Novillos de Las Ramblas, con trap¨ªo, encastados y nobles; varios mansos en varas, se recrecieron en ¨²ltimo tercio; 6? premiado con vuelta al ruedo. El mayoral sali¨® a hombros. Jos¨¦ Tom¨¢s, de Galapagar, nuevo en esta plaza: estocada y rueda de peones (oreja); bajonazo y rueda de peones (oreja con protestas); a hombros por la puerta grande. Luis Miguel Encabo: dos pinchazos, bajonazo trasero y descabello (palmas); pinchazo y estocada (aplausos y tambi¨¦n protestas cuando sale a los medios). Rafaelillo, de Murcia, nuevo en esta plaza: estocada ca¨ªda y rueda de peones (escasa petici¨®n, ovaci¨®n y tambi¨¦n protestas cuando saluda); dos pinchazos -aviso-, media estocada ca¨ªda, rueda de peones y descabello (pitos y algunas palmas).Plaza de Las Ventas, 24 de septiembre. Dos tercios de entrada.
Diversos factotes se aunaron para que explotara este desmesurado triunfalismo: de un lado, la encastada nobleza de los novillos y la torera respuesta que Jos¨¦ Tom¨¢s les dio; de otro, ese p¨²blico que va ahora a los toros y se pasa la tarde apaludiendo; la masa de partidarios que ocupa un sector del tendido y se la pasa aclamando; Marcelino Moronta, que coincide en el entusi¨¢stico af¨¢n con todos ellos, y no se recuerda haya ofrecido s¨ªntoma alguno de competencia y afici¨®n durante los a?os que lleva presidiendo los festejos de Las Ventas.
Total: dos orejas. Y pues dos orejas otorgan el derecho de. salir por la puerta grande, ese beneficio a?adido recibi¨® Jos¨¦ Tom¨¢s en la tarde crucial de su deb¨² en Madrid. Muchos aficionados protestaron oreja y salida a hombros, porque advirtieron en las faenas de Jos¨¦ Tom¨¢s d¨¦bitos y carencias que restaban los merecimientos para semejante recompensa. En primer t¨¦rmino la falta de ligaz¨®n, incurriendo en el vicio de la ¨¦poca, ya casi convertido en norma: recticar terreno al rematar los pases o bien salir corriendo.
De todas maneras algunas tandas lig¨® Jos¨¦ Tom¨¢s, principalmente unos redondos al cuarto novillo, jaleados con el calor propio de las grandes solemnidades. El torero ten¨ªa un corte distinto al habitual. Galanura, sentimiento, t¨¦cnica bien aprendida, aderezaron sus actuaciones. Demostr¨® que no soslaya el toreo fundamental y lo menos cuatro tandas de naturales instrument¨® en cada una de sus faenas. Pero la afici¨®n subray¨®, sobre todo, el estilo, la templanza y la majeza con que ejecutaba las trincherillas, core¨¢ndolas mediante esos ol¨¦s rotundos que s¨®lo se oyen en el coso vente?o.
A Luis Miguel Encabo, recio capotero, eficaz en la brega, buen lidiador, se le escap¨® el ¨¦xito precisamente por abusar de la ventaja del pico, torear fuera de cacho, precipitarse a rectificar terrenos a la salida de los pases en el quinto novillo. Al segundo no le pudo hacer faena, ya que el animalito se rompi¨® una pezu?a.
Rafaelillo, tambi¨¦n debutante, se mostr¨® decidido frente a un lote cuya casta le desbord¨® y cuya nobleza puso en evidencia sus limitaciones art¨ªsticas. Los trasteos interminables ¨²nicamente consegu¨ªan resaltar la codiciosa nobleza d¨¦ los novillos, que en el sexto result¨® ser excepcional.
Ya iba a montar la espada Rafelillo cuando parte del p¨²blico empez¨® a flamear pa?uelos, gritar ?no lo mates!, pedir el indulto. Semejante sanci¨®n habr¨ªa sido excesiva, mas muerto el novillo cortejano y bravo, se le dio merecidamente la vuelta al ruedo. Luego sacaron a hombros a Jos¨¦ Tom¨¢s. Y fue bonito, tambi¨¦n justo, que le acompa?ara el mayoral. Como en los viejos tiempos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.