Gran victoria de los 'jornaleros' europeos
El Viejo Continente recupera el simb¨®lico trofeo y Ballesteros llora de emoci¨®n
Ocurri¨® justo al rev¨¦s de lo que se pod¨ªa esperar. Europa gan¨® la Ryder Cup en una vibrante ¨²ltima jornada a pesar de que s¨®lo una de sus vacas sagradas -Nick Faldo- estuvo a gran altura. Los jornaleros de EE UU hab¨ªan dado ventaja a su equipo (9-7) tras las dos primeras jornadas. Pero sus hom¨®nimos europeos dieron los golpes decisivos para lograr el 14,5-13,5 final y defender el t¨ªtulo en 1997 en el campo de Valderrama (C¨¢diz). Severiano Ballesteros, principal art¨ªfice de que sus compa?eros formen una pi?a en la Ryder Cup, lloraba ayer de emoci¨®n.Aunque la mayor regularidad que caracteriza a los jugadores estadounidenses es una virtud especialmente valiosa en un campo muy estrecho y dif¨ªcil, como el Oak Hill de Rochester, los ewropeos no tiraron la toalla el s¨¢bado por la noche, con el marcador 7-9 tras la derrota de Nick Faldo y Bernhard Langer ante Loren Roberts y Corey Pavin. ?ste di¨® el golpe mortal con un formidable chip en el ¨²ltimo hoyo tras seis horas de tensi¨®n. Faldo, siempre puntilloso con la t¨¦cnica, estuvo corrigiendo defectos con su entrenador durante 30 minutos m¨¢s. A¨²n quedaban los doce largos partidos individuales por jugar. Europa necesitaba 7,5 puntos; a EE UU le bastaba con 5 por ser el campe¨®n de la edici¨®n anterior.
El comienzo dominical fue esperanzador, a pesar de que, Ballesteros, que disput¨® el primer partido, segu¨ªa en su t¨®nica habitual: drive de salida fuera de la' calle y golpe genial a continuaci¨®n para lograr el par. Tras perder el primero, ganar el segundo e igualar los seis restantes, a Ballesteros se le cort¨® el grifo m¨¢gico mientras Lehman apenas comet¨ªa errores
De todas formas, los europeos ya contaban con que Ballesteros perdiese si no lograba corregir sus problemas con el driver. Las cosas1ban mucho mejor por detr¨¢s, excepto en el caso de Costantino Rocca, cuyo frasquito de esencias se agot¨® en la doble sesi¨®n del s¨¢bado. Ayer no fue enemigo para Davis Love, un paradigma del ganador nato que tanto se da en EE UU. Algo m¨¢s de resistencia, pero poca, present¨® Bernhard Langer ante el carism¨¢tico Corey Pavin.
Los dem¨¢s, que iban muy bien, recibieron una gran inyecci¨®n de moral cuando Howard Clark lograba, en el 11?, el cuarto hoyo en uno de la historia de la Ryder Cup. La haza?a del brit¨¢nico, que se tocaba el coraz¨®n como si temiera un infarto, fue replicada despu¨¦s por un impresionante y lejano golpe de Loren Roberts con efecto hacia atr¨¢s.
Por un momento, parec¨ªa que el triunfo europeo ni, siquiera iba a tener emoci¨®n. Pero el gal¨¦s Ian Woosnam se encarg¨® d¨¦ que el temblor volviera al cuerpo de todo el mundo al perder los dos ¨²ltimos hoyos y terminar empatado con Fred Couples. Y el irland¨¦s Philip Walton subi¨® a¨²n m¨¢s la temperatura cuando perdi¨® dos de sus tres puntos de ventaja. Poco antes, Nick Faldo demostraba frente a Curtis Strange que su entrenamiento seminocturno del s¨¢bado hab¨ªa servido para algo.
Ballesteros, abrazado a Faldo como. si acabara de salvarle de una muerte segura, debi¨® pensar entonces que, al fin y al cabo, no es mala idea que Walton se haya lavado los dientes con agua mineral desde hace varias semanas para evitar una infecci¨®n que le impidiera jugar la Ryder Cup. Sin fiebre, el irland¨¦s logr¨® que su cabeza no estallara cuando agarr¨® el palo en el momento decisivo.
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