M¨¢s de 30.000 madrile?os siguieron la estela del final de la Vuelta en la Castellana
Los madrile?os se dieron ayer una vuelta por la Castellana. Unas 30.000 personas, seg¨²n la polic¨ªa -100.000, seg¨²n la organizaci¨®n-, aclamaron ayer a los ciclistas durante sus ¨²ltimas pedaladas. Los promotores reconocieron que la asistencia fue menor respecto a otras ediciones. Entre el p¨²blico brill¨® la hinchada amarilla de la ONCE. Diez mil invidentes, y minusv¨¢lidos, acompa?ados de familiares, se acurrucaron junto a la meta para festejar el triunfo de su equipo. Todos hab¨ªan sido movilizados por la ONCE y hab¨ªan pagado entre 1.000 y 3.000 pesetas por el viaje.
Sin embargo, entre el resto de espectadores falt¨® pasi¨®n. Hubo aplausos, pero fr¨¢giles. "Si un espa?ol hubiese sido l¨ªder, esto habr¨ªa explotado", explico uno de los miembros de la organizaci¨®n. No le faltaba raz¨®n. Muchos aficionados echaron en falta al pentacampe¨®n del Tour. "Con Indur¨¢in aqu¨ª hubiera sido otra cosa", se lamentaba Eugenio Hern¨¢ndez, un cicloturista que se desplaz¨® en bicicleta a la Castellana. M¨²ltiples espectadores vilipendiaron el aroma franc¨¦s de la Vuelta. "Es una rabia que gane un extranjero la Vuelta a Espa?a teniendo nosotros al n¨²mero uno del mundo", precisaba un aficionado. A su lado, otro espectador muitaba: "Porque vivo cerca, si no, no me hubiese acercado".A las 15.30, el pelot¨®n de 118 ciclistas entr¨® en el paseo de la Castellana. Al tiempo rugi¨® la apasionada ola amarilla. Cientos de vendedores de cupones agitaron sus banderitas mientras entonaban una versi¨®n de la popular canci¨®n Tengo un tractor amarillo: "Tengo un equipo amarillo, es lo que se lleva ahora. Tengo un equipo amarillo, eso s¨ª que est¨¢ de moda. Vamos a ganar la Vuelta, ya lo dec¨ªa el presidente, aqu¨ª estamos los de la ONCE, aqu¨ª esta la buena gente". El director de la gigantesca orquesta era el madrile?o Miguel Moreno, responsable del museo de la Once. "Estamos de fiesta, ganamos la Vuelta", gritaba ag¨®nico por un megaf¨®no, mientras segu¨ªa por los auriculares la narraci¨®n de la etapa de la cadena SER. Jos¨¦ Laubro, un vendedor de cupones de Gerona de ojos perdidos, dec¨ªa emocionado: "No puedo ver lo que pasa, pero siento una gran alegr¨ªa". "Somos muchos", se preguntaba Aurelio, junto a su perro lazarillo, un labrador. "Debe de ser bonito verlo" resoplaba el ciego.
Mientras se acercaba el pelot¨®n y se avecinaba el sprint aument¨® el alboroto en las gradas y aceras. "Hay que tomar posiciones para ver a las chicas de los besitos de cerca", comentaba Andr¨¦s, un adolescente de 17 a?os que se desplaz¨® a la Castellana desde M¨®stoles con varios amigos. A su lado, un joven murmur¨®: "Llevamos' viniendo cuatro a?os, y la pena es que esta vez un espa?ol no sea l¨ªder". Eladio Torres era la primera vez que se acercaba a ver la Vuelta. "He venido por mi chico, que quer¨ªa verlos de cerca", comentaba. Su hijo y un amigo se perd¨ªan entre la multitud a la caza de recuerdos. "Ya que venimos aqu¨ª nos pod¨ªan dar alg¨²n regalito", sulfuraba el padre. Mariano S¨¢nchez, empleado del Inserso, defini¨® as¨ª el espect¨¢culo: "Divertido, sobre todo, si se est¨¢ aqu¨ª".
En la zona VIP, tras el final, la agitaci¨®n era m¨¢xima. Las chicas se exhib¨ªan entre carteles de lujo, los ciclistas exhaustos buscaban una silla, las alcachofas de las emisoras de radio persegu¨ªan a los h¨¦roes del manillar, y la polic¨ªa, centenares y centenares, sujetaban a la muchedumbre entre las vallas. La llegada del pr¨ªncipe de Asturias tens¨® el ambiente. Sin embargo, la larga lista de premios enfri¨® la tarde. Con La marsellesa, el himno franc¨¦s, el p¨²blico termin¨® de esfumarse.
Menos p¨²blico
Mientras se secaba el sudor, un miembro de la organizaci¨®n, que no quiso facilitar su nombre, confesaba: "Ha salido todo bien, pero en la Castellana ha habido menos gente que de costumbre". Para Miguel ?ngel Cuevas, motorista de Televisi¨®n Espa?ola con varias vueltas a su espalda, la expectaci¨®n hab¨ªa sido menor. "A la entrada de Madrid, poqu¨ªsima gente, luego en la Castellana m¨¢s, pero no como otras veces". El concejal de deportes del Ayuntamiento de Madrid, Juan Antonio G¨®mez Angulo, estaba contento: "Creo que ha salido todo bien y que ha habido mucha gente". El m¨¢s feliz, en cambio, era un oficial de la Polic¨ªa Municipal. "No ha habido ning¨²n problema", dec¨ªa.
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