EL jefe de la guerrilla zapatista reaparece despu¨¦s de siete meses
El comienzo de una feliz etapa en el renqueante di¨¢logo de paz entre el Gobierno de M¨¦xico y el Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) tendr¨¢ que esperar. El subcomandante Marcos, l¨ªder de la guerrilla de base ind¨ªgena alzada en armas en enero de 1994 en el sure?o Estado de Chiapas, rechaz¨® ayer la propuesta de incorporarse al di¨¢logo nacional sobre la reforma del Estado que se desarrolla en el Congreso mexicano y sugiri¨®, en cambio, la celebraci¨®n de un gran di¨¢logo nacional zapatista en donde los partidos y el Gobierno est¨¦n ausentes.
En la noche del viernes, cargado de cananas y con su inseparable pasamonta?as, Marcos apareci¨® en p¨²blico por primera vez desde que, el 9 de febrero, el Ej¨¦rcito mexicano penetr¨® en el otrora territorio zapatista de la Selva Lacandona, poniendo en fuga a la guerrilla. Le acompa?aban unos 200 insurgentes uniformados, casi la totalidad de sus efectivos reales, seg¨²n fuentes militares.Marcos se present¨® en La Realidad, un poblado situado a unos 10 kil¨®metros de Guadalupe Tepeyac, su antiguo cuartel general, hoy en manos del Ej¨¦rcito. All¨ª, durante dos horas, anim¨® a la sociedad civil a organizar un gran foro de debate sobre "un nuevo proyecto hist¨®rico de naci¨®n", que reconstruya "la patria que hoy se derrumba". "Vamos a dejar que el Gobierno y los partidos pol¨ªticos hagan su di¨¢logo y sus acuerdos para la reforma electoral y esas cosas", dijo. "La libertad, la democracia y la justicia s¨®lo la podemos construir nosotros".
La respuesta de Marcos no pilla por sopresa. El l¨ªder guerrillero, que ha pedido varias veces la destituci¨®n del presidente de la Rep¨²blica, Ernesto Zedillo, desea una mayor cuota de protagonismo que la que le ofrecen los legisladores, que consideran al EZLN como una de tantas voces que deben ser escuchadas. Para ello Marcos apela una vez m¨¢s al respaldo de la llamada "sociedad civil" para cambiar el sistema, a pesar de que sus intentos anteriores por aglutinar un amplio movimiento social han fracasado.
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