Incendios forestales intencionados
Cada verano se producen en Espa?a entre 15.000 y 20.000 casos. Se ha discutido mucho sobre sus causas y llevamos a?os oyendo las mismas cosas, provinientes fundamentalmente del mundo del ecologismo militante. La especulaci¨®n maderera, la mala pol¨ªtica forestal basada en repoblaciones con pinos, la recalificaci¨®n de terrenos, el abandono de las pr¨¢cticas agrarias tradicionales, los domingueros o las colillas de los fumadores.Si se comparan las zonas de Espa?a en donde los incendios son end¨¦micos con las zonas donde ¨¦stos son excepcionales se observa que las causas citadas se dan por igual en ambas. M¨¢s a¨²n, la mayor¨ªa de la madera, si exceptuamos Galicia, se corta en zonas sin incendios, donde adem¨¢s existen grandes repoblaciones de pinos. Algunas de estas zonas, Soria, por ejemplo, son las de mayor emigraci¨®n y abandono de los usos tradicionales. En verano se llenan de turistas utilizando las numerosas parrillas instaladas en medio de las masas boscosas y recorriendo en coche las largas carreteras bajo el bosque. ?Basta con quemar un monte para que autom¨¢ticamente sea urbanizable? ?Est¨¢n esperando los ayuntamientos a que un terreno se queme para recalificar?
La opini¨®n p¨²blica ha sido convencida de que las causas se?aladas son la base del problema. ?Qui¨¦n no tiene claro que los fuegos son cosa de oscuros intereses? De ser cierto, no habr¨ªa ninguna provincia en Espa?a libre de la plaga de los incendios.
Hay un factor que frecuentemente se ha pasado por alto o minimizado. El uso que los pastores hacen del fuego, para regenerar el pasto.
La cultura ganadera tradicional, es decir, extensiva, lleva impl¨ªcito el uso del fuego, con cortos periodos de repetici¨®n. Por an¨¢lisis pol¨ªnicos de turberas y yacimientos arqueol¨®gicos, se sabe que esto est¨¢ ocurriendo en la Cordillera Cant¨¢brica desde hace m¨¢s de 5.000 a?os. Pero no s¨®lo en el Noroeste se usa el fuego como herramienta de manejo de pastos, sino en toda la cuenca mediterr¨¢nea y en el resto del planeta. El Sahel y Australia son un buen ejemplo de ello. Ahora mismo, las selvas amaz¨®nicas se est¨¢n quemando para convertirlas en pastaderos, aunque queda elegante sacar motosierras en los reportajes. En tiempos relativamente recientes, la presencia de la Mesta en la Pen¨ªnsula, con su enorme influencia en la regresi¨®n de la vegetaci¨®n, comentada por Margalef en su libro Ecolog¨ªa, ha sido masiva y duradera. La UICN, en su plan de acci¨®n para ¨¢reas, protegidas en Europa de 1993, resaltaba que "en la regi¨®n mediterr¨¢nea los incendios forestales y el pastoreo contin¨²an devastando muchos bosques y terrenos forestales".
En muchas zonas, la emigraci¨®n de los ¨²ltimos decenios ha provocado el aumento de matorral y la recolonizaci¨®n natural del bosque, generalmente mediante los pinos. La carga ganadera extensiva ha disminuido, y los reba?os. que quedan no son suficientes para impedir la invasi¨®n del matorral. El fuego, que siempre ha sido usado por estos ganaderos, es, sin embargo, m¨¢s peligroso que anta?o, cuando apenas hab¨ªa nada que quemar y los fuegos eran reducidos y localizados, aunque probablemente m¨¢s numerosos. El pastor, sin embargo, contin¨²a comport¨¢ndose igual que anta?o. A esto, responde la aparente contradicci¨®n entre la disminuci¨®n del ganado y el aumento del da?o de los incendios.
Sin embargo, hay ganaderos en toda Espa?a. ?No refuta esto la tesis expuesta? ?Qu¨¦ impide, que los ganaderos de las zonas sin incendios utilicen el fuego?
En las zonas sin incendios el bosque proporciona ingresos a los habitantes circundantes (Soria), funda mentalmente a trav¨¦s d¨¦ la madera, o bien el ¨¢rbol es ¨²til directamente al ganadero, como en el caso de las dehesas: sin ¨¢rbol no puede haber pasto de calidad para vacas, cerdos u ovejas en las zonas secas de Espa?a. Sin embargo, las Cabras no los necesitan. Es curioso que se presenta a menudo la acci¨®n ramonea dora de la cabra como soluci¨®n a los incendios. Es necesario decir una perogrullada: el problema no es la cabra, sino el cabrero y toda la tradici¨®n de manejo con fuego que va detr¨¢s.
Hace 100 a?os los ganaderos sorianos tambi¨¦n usaban masivamente el fuego, y los incendios eran cotidianos y devastadores, seg¨²n reflejan los peri¨®dicos de la ¨¦poca. Con la implantaci¨®n de las ordenaciones forestales en la primera mitad del siglo XX, se aumentaron notablemente los ingresos, y a partir de los anos cincuenta los fuegos desaparecen. El ganadero ha aprendido a no usar el fuego. Sus vecinos ya no se lo consienten.
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