La dama Luz

El, de natural, desabrido fr¨ªo de octubre hizo un rebu?o c¨¢lido en el coso de Las Ventas, quiz¨¢ por respeto a la dama Luz en su dignidad de mujer del espect¨¢culo que ha ido sembrando en un campo tradicionalmente masculino, el del rock, hasta hacer florecer esa Flor prometida que presta su nombre al ¨²ltimo disco de la cantante, que bien pudiera simbolizar de modo hermoso el espacio que esta gallega se ha ido haciendo con el tiempo y paciencia sabia.Como se nota en la producci¨®n cuando un artista sube, la puesta en escena de la cantante hizo gala de efectos y cohetes. Tampoco eran necesarios, a tenor de los cuatro pedazo de m¨²sicos que la arropaban. Menci¨®n especial para el melenudo Pablo Salinas, que extrajo de los m¨®dulos de sus teclados toda suerte de ambientes sonoros.

Luz se encontr¨® con su p¨²blico, poderosamente fiel, haciendo gala de esa sencillez especial que va convirti¨¦ndose ya en marca de la casa. Poco a poco fue pasando una a una las p¨¢ginas musicales de su ¨²ltimo disco, impregnado de la elegancia necesaria para proyectar a¨²n m¨¢s la figura de su int¨¦rprete. Alej¨¢ndose cada vez m¨¢s de la concepci¨®n de rock tradicional, Luz ha ido avanzando en el terreno de baladas de car¨¢cter inolvidable, algunas inmortalizadas por el cine Y todas contando casi siempre la historia de un- amor imposible.

No me importa nada, Cap¨ªtulo acabado, Te dej¨¦ marchar, un prodigio de poes¨ªa y m¨²sica firmado por Vainica Doble y que lleva el t¨ªtulo de Lo eres todo y, c¨®mo no, las piezas almodovarianas y hasta un gui?o a la intrascendencia, con Rufino, y a su pasado rockero, con una recreaci¨®n de El tren.

Luz hace m¨²sica para todos los p¨²blicos. Al menos para todo aqu¨¦l que goce con unas melod¨ªas sencillas, una voz caracter¨ªstica y un estilo ya reconocible tanto en nuestro pa¨ªs, como a trav¨¦s de la red Internet, en todos aquellos puntos del globo donde residan sus, admiradores.