Triunfo hist¨®rico de Tony Blair en el congreso de los laboristas brit¨¢nicos
El Congreso del Partido Laborista clausurado ayer en Brighton ha arrojado el m¨¢s apabullante balance de unanimidad de toda su historia. Los escollos que afrontaba el l¨ªder Tony Blair, en su batalla personal con los sectores de izquierda se han salvado sin un solo rev¨¦s. Lo parad¨®jico del caso es que ha sido el apoyo de los sindicatos -a¨²n due?os del 70% de los votos- lo que ha hecho posible el hist¨®rico ¨¦xito de Tony Blair, que ha arrebatado adem¨¢s a los conservadores la bandera del patriotismo.
El ¨²nico nubarr¨®n sobre la triunfal actuaci¨®n de Blair ha procedido de su referencia, el martes, a un acuerdo especial del partido con British Telecommunications, que permitir¨ªa a la compa?¨ªa competir con los operadores de cable a cambio de conectar gratuitamente con la autopista de la informaci¨®n a los hospitales, escuelas y bibliotecas del pa¨ªs. La simple menci¨®n de este acuerdo desat¨® el furor del Gobierno y las cr¨ªticas de las compa?¨ªas de cable que operan en el Reino Unido. El nuevo equilibrio de mercado propuesto por Blair costar¨ªa a las arcas del Tesoro centenares de millones de libras al a?o: el dinero que pagan las compa?¨ªas de cable por sus licencias.Claro que esta pol¨¦mica -aireada especialmente por el diario Financial Times- ha tenido escaso impacto en el sal¨®n de actos de Brighton donde se ha desarrollado el congreso laborista. Puertas adentro que daba confirmada la fortaleza del nuevo laborismo con la conducta de los delegados, que han ratificado, una tras otra, las propuestas -muchas de ellas insostenibles para la izquierda- presentadas por la direcci¨®n.
Adi¨®s al desarme unilateral
Ante los ojos at¨®nitos de los laboristas m¨¢s veteranos ca¨ªan derrotados compromisos hist¨®ricos del partido como el del desarme unilateral. Esta vez, y en un gesto que Blair ha calificado de "expresi¨®n de madurez", la mayor¨ªa se ha mostrado partidaria de mantener la actual flota de submarinos nucleares Trident. La moci¨®n sobre el recorte de gastos de defensa ni siquiera lleg¨® a plantearse gracias a los manejos disuasores, de los colaboradores del carism¨¢tico l¨ªder.Otro tanto ha ocurrido con el espinoso tema de la reforma electoral -un objetivo especialmente perseguido por el partido Liberal Dem¨®crata que no afecta en exceso a los laboristas-, sobre el cual el partido. se pronunciar¨¢ en un futuro refer¨¦ndum. 0 con el inc¨®modo asunto de las escuelas subvencionadas -que, pese a serlo, se reservan en este pa¨ªs el "derecho de admisi¨®n"-. De poco han servido las presiones de la izquierda para fijar un compromiso de control, el congreso ha terminado pasando de puntillas sobre un tema especialmente candente desde que el propio Tony Blair decidiera llevar a su hijo mayor a uno de estos centros.
El liderazgo de Blair lo ha arrasado todo, relegando a sus cr¨ªticos a los m¨¢rgenes del partido. Con raz¨®n declaraba ayer el n¨²mero dos de la direcci¨®n laborista, John Prescott -en otro tiempo tenido por un representante de los viejos principios-, que el partido ya est¨¢ "listo para gobernar". Al menos, lo est¨¢ su l¨ªder.
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