El fiscal mantienen la pena de 25 a?os para el hombre acusado de matar a su esposa
El fiscal mantuvo ayer su petici¨®n de 25 a?os de c¨¢rcel para Carlos Mart¨ªn Molinero, acusado de estrangular, apu?alar y quemar a su mujer, Esther Alejano, de 34 a?os, el pasado 2 de febrero de 1994. El juicio contra Molinero, que ha durado toda la semana, concluy¨® ayer.
El abogado defensor, Carlos Vila, pidi¨® la libre absoluci¨®n de su defendido y critic¨® el informe del ministerio fiscal, que indic¨® que Molinero mat¨® a su mujer en su coche y la pase¨® por Madrid, en compa?¨ªa de su hija, dej¨¢ndola en la calle de Maruja Torres, en Vallecas.
El letrado se?al¨® que hay contradicci¨®n entre las declaraciones de dos jardineros que vieron un coche Renault color negro como el que tiene el acusado y las que aport¨® otro testigo que memoriz¨® la matr¨ªcula que facilit¨® a la polic¨ªa y que sirvi¨® para detener a Molinero.
Las pruebas periciales, seg¨²n la defensa, no son suficientes como para condenar a su defendido. Y se refiri¨®, por ejemplo, al hecho de que la polic¨ªa no hallara sangre en el coche, y que los psiquiatras aseguraran en sus informes que Molinero es una persona normal y no un psic¨®pata.
Los hechos juzgados tuvieron lugar el 2 de febrero de 1994. El cuerpo de Esther apareci¨® en un descampado de Vallecas, estrangulada, quemada y con cinco pu?aladas.
Un testigo logr¨® memorizar la matr¨ªcula de un coche desde el cual fue lanzado el cuerpo sin vida de la infortunada joven. La matr¨ªcula coincid¨ªa con su propio coche, un Renault color negro.
"Se me ca¨ªa la baba con ella"
El acusado declar¨® en la vista oral que aquella ma?ana hab¨ªa dejado a su mujer en la estaci¨®n de metro de Portazgo, como hac¨ªa todos los d¨ªas. Sin embargo, comenz¨® a preocuparse cuando una hermana de la fallecida le comunic¨® que Esther no hab¨ªa acudido a su trabajo, una entidad bancaria.En el lugar donde fue abandonado el cuerpo de Esther se encuentra un colegio y unos jardines. Dos jardineros presenciaron c¨®mo desde un coche negro una persona dejaba caer un cuerpo.
Asimismo, un testigo que viajaba en su coche por la calle, en el barrio de Vallecas, memoriz¨® la matr¨ªcula del veh¨ªculo y llam¨® a la polic¨ªa. El acusado fue detenido frente a un establecimiento especializado en fundas para veh¨ªculos. Nervioso y preocupado, pregunt¨® a la polic¨ªa qu¨¦ le hab¨ªa pasado a su mujer.
En el juicio, el acusado dijo que su mujer manten¨ªa una relaci¨®n con otra persona que viv¨ªa en Bruselas y que desde hac¨ªa tiempo hab¨ªa estado carte¨¢ndose con ¨¦l.
Sin embargo, asegur¨® que aquella relaci¨®n hab¨ªa terminado y que ambos se llevaban bien. "Se me ca¨ªa la baba con mi mujer y mi hija", agreg¨®. La fallecida hab¨ªa manifestado su intenci¨®n de viajar a Bruselas, donde viv¨ªa la persona con la que hab¨ªa estado carte¨¢ndose.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.