El tap¨®n de Chile, 16
Tr¨¢fico recurre ante el Supremo la sentencia que le obliga a demoler un edificio que levant¨® pegado a otro
Los propietarios de dos bloques de viviendas del distrito de Chamart¨ªn llevan cuatro a?os y medio batallando contra la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT). Los 80 vecinos de los inmuebles situados en la calle de Chile n¨²meros 14 y 18, le han ganado una batalla. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha ordenado el derribo de lo construido porque la licencia municipal no se ajustaba a las normas urban¨ªsticas Pero no es la ¨²ltima. Tr¨¢fico interpondr¨¢ recurso de casaci¨®n ante el Tribunal Supremo.La DGT comenz¨® en 1991 a levantar un edificio a un palmo de sus ventanas. Hab¨ªa solicitado al Ayuntamiento una licencia de demolici¨®n y ampliaci¨®n de una nave de una planta de altura que era propiedad del Patronato de Huerf¨¢nos de la Guardia Civil. El entonces concejal de Chamartin Miguel Cantos, concedi¨® el permiso municipal.
Precisamente, la sentencia del Trbunal Superior -dictada el pasado junio y comunicada a las partes en septiembre- considera contraria a la normativa urban¨ªstica la licencia municipal.
Tr¨¢fico emprendi¨® la transformaci¨®n de la antigua nave en un edificio de oficinas de tres plantas. Pretende que esta sede alivie la de Arturo Soria, donde se tramitan los permisos de conducir y donde las colas son habituales.
Cuando los vecinos vieron acercase los ladrillos a sus ventanas iniciaron el tr¨¢mite jur¨ªdico-administrativo. Un interdicto judicial par¨® las obras en enero de 1992.
Eugenio Melillos, un m¨¦dico de 58 a?os que vive en el primer piso de Chile, 14, tiene, la conducci¨®n de ventilaci¨®n bajo su ventana. Recuerda los ¨²ltimos a?os de solidaridad vecinal: "Todas las asociaciones de vecinos de Chamart¨ªn nos han apoyado", dice. Rifas, colectas, para obtener dinero y pagar a los abogados. Se han gastado casi un mill¨®n anual en mantener vivo el pleito. Eugenio es consciente de que cuando compr¨® su casa, la escritura se?alaba que ten¨ªa derecho a luces y vistas hacia el solar del Patronato de Hu¨¦rfanos de la Guardia Civil. ?l y otros vecinos, como Pedro Callado, de 71 a?os, ya jubilado, han sido pertinaces en la pelea de una instituci¨®n vecinal contra una del Estado. Adem¨¢s, la pelea les ha servido para fraguar amistades: "Antes no conoc¨ªa a ¨¦ste?, dice Eugenio se?alando a Pedro Callado, que preside la Asociaci¨®n de Vecinos que se cre¨® a causa del edificio que tapa a la luz y las vistas.
Tambi¨¦n ha sido pertinaz la instituci¨®n demandada. En 1992 pidi¨® a los vecinos 400 millones de fianza por la paralizaci¨®n de las obras. "Nos quer¨ªan apear del proceso a millonazos", recuerdan ahora. Tr¨¢fico arguy¨® que la fianza se solicitaba a cambio del dinero que iba a perder la Hacienda p¨²blica en el caso de que finalmente se levantase el edificio.
Continu¨® el contencioso. Y las protestas. Los vecinos, de edad madura, no tuvieron reparo en empu?ar pulverizadores y hacer pintadas callejeras. La fachada de ladrillo del tap¨®n a medio construir estaba plagada de frases hechas con pintura met¨¢lica.
Este grupo de vecinos se encuentran satisfechos por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Pero tambi¨¦n saben que est¨¢ lejos el momento de cantar la victoria definitiva. "Ya le dir¨¢ Tr¨¢fico a un abogado del Estado que recurra", asevera el presidente de la asociaci¨®n, Pedro Callado. Sus amigos asienten: alguno, apunta por lo bajo: "Como disparan con p¨®lvora del Rey... [con dinero p¨²blico]".
A Eugenio le gustar¨ªa que el Ayuntamiento se interesase m¨¢s por ellos: a la postre, es la Administraci¨®n local la que concedi¨® una licencia que ahora los magistrados consideran infractora de las normas urban¨ªsticas: "El alcalde deber¨ªa poner inter¨¦s en nosotros, decirle al concejal que resuelva. este caso".
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