Amigos del horror
El v¨ªnculo de tres supuestos 'ultras' destapa una madeja de asociaciones universitarias, tiendas paramilitares y panfletos
Financiaci¨®n, propaganda y captaci¨®n, La ultraderecha madrile?a sobrevivi¨® en la clandestinidad apoyada en estas tres patas. Un mundo cerrado y radical, cuya sombra han transitado los nombres de Carlos Rodrigo Ruiz de Castro -fallecido en enero-, Fernando Fern¨¢ndez Perdices e Ignacio Alonso Garc¨ªa. La polic¨ªa los, consider¨® en su d¨ªa las cabezas ocultas de la organizaci¨®n neonazi Bases Aut¨®nomas. Ellos lo desmienten. Los datos, sin embargo, apuntan a una trama con fuertes lazos personales en la que aparecen las tiendas de utillaje paramilitar Soldiers -con armer¨ªa -, las asociaciones universitarias Disenso y Teor¨ªa y Praxis, la entidad Bernal D¨ªaz del Castillo y el peri¨®dico El Porvenir. Toda una madeja sobre la que no pesa ninguna imputaci¨®n judicial, -excepto sobre Alonso Garc¨ªa, para quien el fiscal pide nueve. a?os de c¨¢rcel por apalear a estudiantes de izquierda-, pero que alumbra los vericuetos pr los que se movieron estos supuestos miembros de la ultraderecha.El abogado Carlos Rodrigo Ruiz de Castro, de 31 a?os, apodado El Cid en c¨ªrculos ultras, muri¨® el 9 enero de este a?o de un tiro en la cabeza. Se trat¨® de un suicidio. El cad¨¢ver fue descubierto por su amigo y tambi¨¦n letrado Fernando Fern¨¢ndez Perdices, de 33 a?os, en una habitaci¨®n del despacho jur¨ªdico que compart¨ªan en la calle de Tetu¨¢n, n¨²mero 36. El fallecimiento de Ruiz de Castro, considerado hasta entonces cabecilla de Bases Aut¨®nomas, hundi¨® a esta organizaci¨®n en una gran crisis.
El abrupto fin de El Cid zanj¨® una acelerada trayectoria en el mundo universitario, comercial e ideol¨®gico. Ruiz de Castro registr¨® el 11 de julio de 1991 la Asociaci¨®n Bernal D¨ªaz del Castillo. Lo hizo junto con Francisco Gim¨¦nez Abi¨¢n e Ignacio AlonsoGarc¨ªa, a la saz¨®n de 23 a?os y ya convertido en un fecundo fundador de asociaciones universitarias de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense.
Bernal D¨ªaz del Castillo, creada en memoria del conquistador espa?ol, persegu¨ªa "afirmar intransigentemente los intereses hist¨®rico- pol¨ªticos de la naci¨®n frente a quienes pretenden hacer del 92 un suceso a compartir con pueblos de otros continentes". '
Para lograr esta meta, la asociaci¨®n se propuso un "aumento de la conciencia nacional y de acciones ejemplares" as¨ª como participar en "actos movilizadores" y construir agrupaciones. Su sede correspond¨ªa al despacho de Ruiz de Castro y Perdices.
Pero la actividad de Ruiz de Castro no se limit¨® al ¨¢mbito de la propaganda. Con un familiar, cre¨® en febrero de 1988 Eurosurcamp, sociedad que controla las tiendas Soldiers y de la que en 1992 pas¨® a ser uno de los administradores solidarios -pose¨ªa el 25% de la acciones, el resto pertenec¨ªa a dos hermanos suyos-
La cadena- posee tres establecimientos -ubicados en las calles de Fern¨¢n Gonz¨¢lez, San Felipe Neri y Benito Guti¨¦rrez- en los que se vende desde cuchiller¨ªa hasta s¨ªmbolos fascistas y nazis.
Parte de su clientela la forman los cabezas rapadas que acuden a comprar su utillaje. As¨ª, el 14 de junio de 1994 la Polic¨ªa Local hizo p¨²blica una nota en la -que afirmaba haber descubierto en dos de estas tiendas armas blancas autom¨¢ticas, cuchillos lanzadera o de doble hoja, pu?os americanos, nunchacos y estrellas de la muerte. "Todo este material prohibido es utilizado frecuentemente por las tribus urbanas en sus reyertas", indicaba el informe policial. Los actuales due?os de Soldiers niegan cualquier relaci¨®n con la ultraderecha e insisten en que poseen permiso de la Delegaci¨®n del Gobierno.
Aparte de la abogac¨ªa y la asociaci¨®n Bernal D¨ªaz del Castillo, la relaci¨®n entre Ignacio Alonso, Fernando Perdices y Carlos Ruiz de Castro se desarroll¨® por sendas m¨¢s amplias. Los tres coincidieron hasta principios de a?o en el peri¨®dico ultraderechista El Porvenir, donde Perdices trabaja -al menos hasta su n¨²mero de julio- como redactor jefe. Esta publicaci¨®n, editada por la denominada ?rea Inconformista -la misma para la que peg¨® carteles el cabeza rapada que afirma que Susana Ruiz fue asesinada-, sostiene en sus editoriales ideas del tipo: "En Espa?a queda protegido el beso guarro de tres homosexuales en las Ramblas de Catalu?a".
Otra prueba de la estrecha conexi¨®n entre los tres supuestos ultras, sali¨® a la luz el 16 de junio de 1994, d¨ªa de la detenci¨®n de Alonso Garc¨ªa bajo la acusaci¨®n de participar, con otros cabezas rapadas, en el apaleamiento con una barra de hierro de tres universitarios del grupo libertario ADN Recalcitrante, en la delegaci¨®n de alumnos de la Facultad de Biol¨®gicas de la Complutense. Cuando Alonso Garc¨ªa, presidente de dos asociaciones de dicha Universidad, fue trasladado a las dependencias del Grupo de Tribus Urbanas de la Brigada de Informaci¨®n, solicit¨® la asistencia letrada de Carlos Rodrigo Ruiz de Castro y de Fernando Fern¨¢ndez Perdices -finalmente fue designado el primero-.
Aunque Alonso Garc¨ªa carec¨ªa de antecedentes penales, su rostro no era desconocido para los agentes de informaci¨®n. El 10 de octubre de 1989 fue detenido, junto a otros seis ultras, por lanzar, en el primer acto electoral del CDS, huevos y piedras contra el ex presidente del Gobierno Adolfo Su¨¢rez. Este ataque fue atribuido a Bases Aut¨®nomas..
1 Pese a este pasado, Alonso, nacido en Guinea Ecuatorial y que ha estado bajo tratamiento. psiqui¨¢trico por depresi¨®n y ansiedad, ha mantenido siempre una intensa actividad universitaria. El 20 de junio de 1988 inscribi¨® en el Ministerio de Educaci¨®n la asociaci¨®n estudiantil Teor¨ªa y Praxis. Esta entidad, en cuya presidencia figura Alonso, ten¨ªa sede en la Facultad de Derecho de la Complutense, al igual que la asociaci¨®n cultural Disenso, que tambi¨¦n encabeza desde 1990 y que, seg¨²n la polic¨ªa, fue clausurada tras el ataque.
De hecho, en este entramado de captaci¨®n al que se suma la citada Asociaci¨®n Bernal D¨ªaz del Castillo- no se hab¨ªan registrado actos violentos hasta el apaleamiento de los estudiantes. Esta paliza se enmarc¨®, seg¨²n la acusaci¨®n, en una operaci¨®n de amedrentamiento de los grup¨²sculos fascistas de la Universidad. El pr¨®ximo martes, a la, once de la ma?ana, Ignacio Alonso Garc¨ªa, a. quien este peri¨®dico trat¨® sin ¨¦xito de localizar, se sentar¨¢ en el banquillo de los acusados del Juzgado de Lo Penal 25. Los otros tres rapado, que le ayudaron siguen libres.
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