Paz muy fr¨¢gil
NO MERECER?A la pena gastar tiempo y tinta en hablar de un nuevo alto el fuego en la guerra de los Balcanes -despu¨¦s de decenas de ellos sin resultado ni sentido- si no fuera porque la situaci¨®n b¨¦lica, pol¨ªtica y diplom¨¢tica en la regi¨®n ha cambiado radicalmente. Hoy s¨ª se puede hablar del principio del fin de esta tercera guerra balc¨¢nica del siglo, si bien ser¨ªa muy ilusorio afirmar que ha sido tambi¨¦n la- ¨²ltima. Ya las cifras de soldados de la OTAN que se prev¨¦ desplegar sobre el terreno revela lo fr¨¢gil que ser¨¢ durante a?os, si no d¨¦cadas, la paz que pueda establecer este plan impuesto por Estados Unidos. Habr¨¢ conflictos, de diversa intensidad, pero la amenaza de guerra total parece alejarse.Ha cambiado la situaci¨®n ante todo precisamente porque Washington asumi¨® las riendas de la intervenci¨®n diplom¨¢tica s¨®lidamente apoyada por la fuerza militar. Atr¨¢s quedan los vaivenes impotentes de una UE nada unida y la convicci¨®n del hasta entonces vencedor, las fuerzas serbias de Bosnia, de que ten¨ªa garantizada la impunidad para utilizar su superioridad para proseguir con sus matanzas, conquistas territoriales y limpiezas ¨¦tnicas..
. Cuando los aliados occidentales dieron el visto bueno a Croacia para atacar la Krajina, zona ocupada por 1 os serbios en Croacia desde donde se hab¨ªan lanzado al asalto del enclave de Bihac, se produjo el punto de inflexi¨®n en esta guerra. El Ej¨¦rcito serbio huy¨® despavorido. Y los ataques de la OTAN contra objetivos militares serbios demostraron que la paciencia occidental hab¨ªa llegado a un l¨ªmite. Mayores pasividades amenazaban ya con dinamitar la unidad de la OTAN. Las fuerzas de Karadzic minusvaloraron la decisi¨®n occidental, la fuerza del Ej¨¦rcito croata, el funcionamiento fr¨¢gil pero efectivo de la alianza croato-bosnia y el cambio de prioridades de su antiguo mentor Milosevic, no dispuesto a sacrificar el fin de las sanciones internacionales por salvar a sus antiguos peones. Demasiados errores.
A las cero horas de ma?ana, martes, debe entrar en vigor el alto el fuego. Que lo haga con puntualidad es imposible por las dificultades de comunicaci¨®n en los largos frentes que cruzan la geograf¨ªa bosnia. Pero s¨ª es posible que de cumplirse las otras condiciones, como la apertura de rutas a Gorazde y Sarajevo, el suministro de agua y luz a las ciudades bosnias, el conflicto quede congelado. Entonces, los contactos imprescindibles entre poblaciones tan imbricadas entre s¨ª se pondr¨ªan en movimiento. Habr¨¢ a¨²n combates, refugiados, muertos y desesperanza. El odio y la venganza no se desactivan por decreto. Que este alto el fuego sea vigilado por fuerzas de la OTAN con tropas rusas, como negocian los ministros Perry y Grachov en Ginebra, tampoco tiene mayor efecto que el de consolar a Mosc¨². La colaboraci¨®n debe ser fluida, las consultas tambi¨¦n, pero el mando debe estar inequ¨ªvocamente en quienes han dise?ado y creado la situaci¨®n que ahora hace posible la paz, es decir la OTAN.
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