"Indur¨¢in II' vuelve a casa
Abraham Olano regresa a Espa?a tras conquistar en Colombia el Mundial de ciclismo en ruta
Apareci¨® en ch¨¢ndal, sonriente y con pinta de reci¨¦n duchado, como si no llegara de un interminable viaje. Abraham Olano, ciclista de 25 anos, no pod¨ªa permitir que hicieran m¨¢s mella en su aspecto 12 agotadoras horas de vuelo que siete sobre una bicicleta, las que necesit¨¦ el pasado domingo para proclamarse campe¨®n del mundo. Aterriz¨® radiante en Barajas a las nueve de la ma?ana, luciendo con orgullo las dos medallas que se trajo del Mundial de Colombia (la de oro, en ruta, y la de plata, en contrarreloj). No le dio tiempo a mucho m¨¢s. Agarr¨® el carrito de las maletas, y apret¨® el acelerador. A¨²n deb¨ªa coger otro avi¨®n, ¨¦ste con destino a Navarra, antes de regresar junto a su mujer, Karmele Zubillaga, a Altzo (Guip¨²zcoa), donde reside. Hoy, en su Anoeta natal, ser¨¢ homenajeado.Su estancia en Barajas, aunque corta, result¨® una aventura. Olano, una fotocopia f¨ªsica de Indur¨¢in, necesit¨® sortear casi m¨¢s obst¨¢culos que en el Mundial. Para empezar, un duro recorrido: desde la sala de llegadas internacionales hasta la zona de embarque de salidas nacionales, algo as¨ª como un kil¨®metro. O m¨¢s. No hubo recibimiento masivo de aficionados, pero algunos viajeros, trataron de compensar esa ausencia con aplausos y alg¨²n que otro ?Olano!, ?Olano!".
En el trayecto por el aeropuerto, el ciclista vasco se vio obligado a recorrer largu¨ªsimos pasillos y a montar en un par de ascensores, todo con el dichoso carrito y un ramo de flores a cuestas, tratando de imponer una velocidad de v¨¦rtigo -perd¨ªa el segundo avi¨®n- y con una compa?¨ªa que le complicaba el paso: los medios de comunicaci¨®n y un representante de Iberia cuya ¨²nica obsesi¨®n era conseguir que las c¨¢maras recogieran una camiseta blanca con el logotipo de la firma a¨¦rea. El corredor, mientras cruzaba el aeropuerto, fue arrojando al aire frases sueltas.
"La verdad", acert¨® a decir, "no me esperaba este t¨ªtulo. Yo iba para conseguir que lo ganara Indur¨¢in, y mira. Lo importante era que la medalla viniera para Espa?a. Miguel se port¨® de f¨¢bula. Hizo para el equipo lo que el equipo estaba dispuesto a hacer por ¨¦l. Adem¨¢s, lo mismo si llega a intentar ganar y tira se habr¨ªa aprovechado de todo el italiano". A Olano a¨²n le dio tiempo de pronunciar el nombre de Mikel, un amigo de la infancia ya fallecido que llevar¨¢ "toda la vida en el coraz¨®n y a comentar lo que paso por su cabeza cuando pinch¨¦: "No tem¨ª por mi victoria, sino por una ca¨ªda. Corr¨ª m¨¢s despacio y con mucho cuidado para que no se saliera el tubular. Ya sab¨ªa que quedaba un trayecto recto, sin una curva".
Finalmente, despu¨¦s de rescatar una maleta que caus¨® el recelo de la Guardia Civil detect¨® en ella un arma blanca, un machete t¨ªpico colombiano de cortar ca?as, y exigi¨® examinar el interior de la bolsa, Olano tom¨® rumbo al norte. All¨ª, en el aeropuerto de Noain (Navarra), le esperaba su esposa. Eran las 11.00 Una hora m¨¢s tarde, y montado en su BMW, ya pintado de blanco como le prometi¨® Karmele, lleg¨® a Altzo (Guip¨²zcoa), seg¨²n informa Aurora Intxausti. En los aleda?os de su casa le esperaban unos cuantos periodistas. Y un vecino ruidoso, que festej¨® la llegada del nuevo h¨¦roe del pueblo haciendo explotar tres cohetes de feria. Llegaron despu¨¦s los padres y un hermano del nuevo poseedor del jersey arco iris (el jueves, en el Crit¨¦rium de Valladolid, lo lucir¨¢ por vez primera). No hubo m¨¢s visitantes.
Tras una ducha r¨¢pida, Olano cambi¨® de atuendo (camisa azul, zapatillas deportivas y el tel¨¦fono m¨®vil enganchado al cintur¨®n), apareci¨® delante de su caser¨ªo, Leku Eder (Lugar Hermoso), y pos¨® ante los fot¨®grafos con las medallas. Despu¨¦s se march¨® con su esposa a almorzar y a prepararse para el homenaje de hoy en Anoeta, su ciudad natal, donde el Ayuntamiento le impondr¨¢ la medalla de oro y brillantes del municipio. Indur¨¢in II volvi¨® a casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.