Al Madrid le aplasta un rodillo

Era el duelo m¨¢s esperado. Dos equipos inspirados jug¨¢ndose el trono del grupo. Del Orense se sab¨ªa que era un conjunto gran¨ªtico, formado por gente que se las sabe todas. Del Madrid corr¨ªan noticias que hablaban de imaginaci¨®n y de virtuosismo. Lo que no se sab¨ªa era que el Orense ejerc¨ªa de rodillo y que a la defensa del Madrid la invad¨ªan las goteras.Siempre tuvo el partido en su mano el cuadro gallego. Se encontr¨® a un rival apolillado, rebosante de susto. Rodri, un jugador al que conviene vigilar, se encontr¨® demasiado solo en la tarea de empujar al Madrid. El Orense agrandaba el campo. El Madrid, con un ¨²nico gu¨ªa, lo estrechaba, encorsetado en una responsabilidad mal entendida. El primer gol gallego se cant¨® durante muchos minutos y lleg¨® antes del descanso. La jugada fue de museo. Israel tir¨® un bal¨®n fuerte y combado desde la derecha y Bericat lo caz¨® con la cabeza. De abajo arriba, a la escuadra. Un prodigio.

Era lo esperado. El resto del encuentro fue de un solo jugador, un chaval de 17 a?os llamado Sa¨²l. Nada m¨¢s saltar al c¨¦sped oy¨® un grito de su entrenador: "Es igual que en juveniles, pero m¨¢s jodido". Y ¨¦l chaval, obediente, se merend¨® al Madrid. Hizo tres goles como pod¨ªa haber hecho siete. El ¨²ltimo lo consigui¨® desde 50 metros, con Criado gateando en busca de lo imposible, en la imagen que mejor resum¨ªa lo que le hab¨ªa hecho el l¨ªder al Madrid: maltratarle.