La polic¨ªa investiga 20 violaciones supuestamente cometidas por una misma persona en Arganzuela
En los ¨²ltimos dos a?os se han registrado m¨¢s de veinte violaciones en las zonas de Pir¨¢mides y M¨¦ndez ?lvaro, (distrito de Arganzuela). Todas tienen un sello com¨²n: el agresor aborda a sus v¨ªctimas por la espalda, cerca, de estaciones de metro, les pone una navaja en el cuello o en la cintura y les dice: "Si gritas, te mato"; luego les ordena que le agarren de la cintura -"como si fu¨¦ramos novios", les dice- y las lleva andando a un descampado. All¨ª les tapa el rostro con prendas de vestir mientras las viola y les roba el dinero que lleven encima. La polic¨ªa no tiene a¨²n ninguna pista fiable, pero sospecha que detr¨¢s de todas estas violaciones se oculta una misma persona, dada la forma de operar.
Hace unas semanas, no obstante, fue detenido un inspector del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa como supuesto autor de una de estas violaciones, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Una mujer -cuyas iniciales son R. M., de 17 a?os- le identific¨® como el hombre que la viol¨® en un descampado cercano al Vicente Calder¨®n (Pir¨¢mides) el pasado mes de agosto.La detenci¨®n de este inspector se produjo despu¨¦s de que R. M. viese pasar cerca de, su casa a un hombre cuyas caracter¨ªsticas f¨ªsicas, entendi¨®, se correspond¨ªan con su agresor sexual. La mujer avis¨® inmediatamente a una patrulla del 091 y facilit¨® a los agentes su descripci¨®n.
Los agentes fueron' en su busca y le localizaron minutos despu¨¦s a las puertas de un colegio p¨²blico, donde le informaron que una mujer acababa d¨¦ se?alarle como su violador. Tras ser advertido, el hombre subray¨® que, deb¨ªa tratarse de un error, pues ¨¦l era un inspector de polic¨ªa y nada ten¨ªa que ver con esa acusaci¨®n. Los agentes no creyeron que fuese un inspector de polic¨ªa -"Si t¨² eres inspector, yo soy m¨ªnistro", coment¨® uno-; ¨¦l tampoco pudo acreditar en ese momento que era polic¨ªa.
Los miembros del veh¨ªculo policial le pidieron que les acompa?ase hasta el domicilio de la chica violada. El inspector se neg¨®, lo que origin¨® un ligero altercado entre ellos. Finalmente, accedi¨® a ir con ellos hasta la vivienda de la v¨ªctima. ?sta, al verle, ratific¨® su acusaci¨®n; y el inspector fue conducido hasta una comisar¨ªa, en calidad de detenido.
Reconocimiento fotogr¨¢fico
La polic¨ªa repas¨® el atestado sobre los pormenores de la violaci¨®n de R. M. y advirti¨® que en los ¨²ltimos a?os se hab¨ªa cometido una veintena de agresiones sexuales con m¨¦todo muy similar al descrito por R. M., todas ellas en descampados de las zonas de Pir¨¢mides, M¨¦ndez ?lvaro y Embajadores.Para aclarar si estaban ante el autor de todas esas violaciones, los investigadores citaron a la comisar¨ªa a seis mujeres que hab¨ªan sido violadas con un procedimiento similar, para ver si alguna de ellas le identificaba. Ninguna le reconoci¨® como su agresor, salvo R. M., quien mantuvo que el inspector era la persona que la viol¨® a finales del pasado mes de agosto. No obstante, expres¨® algunas, dudas, pues la violaci¨®n, dijo, hab¨ªa ocurrido de noche y la oscuridad le impidi¨® ver con nitidez la cara, de su agresor.
La polic¨ªa dej¨® en libertad al inspector, pero contin¨²a investigando las 20 violaciones cometidas en esas zonas, pues sospecha que detr¨¢s de ellas se esconde una misma persona que, te¨®ricamente, sigue suelta y cometiendo fechor¨ªas.
Una de las primeras violaciones cometidas por este individuo se remonta a agosto de 1994. Una mujer fue abordada por un hombre de unos 35 a?os (que se le acerc¨® por la espalda y le puso una navaja en el cuello) que se dirig¨ªa al metro de Pir¨¢mides. "Si gritas, te mato" le advirti¨®. Luego le dijo que deb¨ªa poner las manos en su cintura para aparentar ante otros trase¨²ntes que eran novios, y le prohibi¨® que le mirase a la cara. Amenaz¨¢ndole con la navaja, la llev¨® hasta un descampado cercano a la calle de Toledo, donde la viol¨® (cubri¨® antes su cara con una prenda de vestir para que no le viera) y le rob¨® el dinero que portaba.
Un mes antes, en julio del 94, fue abordada tambi¨¦n, a punta de navaja y Cerca de la estaci¨®n del metro de M¨¦ndez ?lvaro, otra mujer cuyas iniciales son P. M. Tras colocarle la navaja en el cuello y advertirle de que morir¨ªa si gritaba, el agresor le pidi¨®, igual que ocurri¨® con las otras v¨ªctimas, que le agarrase de la cintura "para aparentar que eran novios".
Durante el trayecto hasta el descampado le hizo preguntas ¨ªntimas: en qu¨¦ trabajas, cu¨¢nto ganas... Ya en el descampado, y obsesionado por que la chica no le viese la cara, le puso la navaja en un ojo y dijo que se la clavar¨ªa si le miraba. Tras consumar la violaci¨®n, le orden¨® que esperase diez minutos antes de abandonar el lugar.
La violaci¨®n de R. M. (la mujer que ha identificado al inspector como la persona que la viol¨®) se produjo a finales de agosto, sobre las once de la noche. Un individ¨²o (R. M. est¨¢ casi segura de que se trata del citado inspector) se le acerc¨® por la espalda y le coloc¨® una navaja en el cuello. "C¨¢llate ¨® te mato". La chica" asustada, mir¨® hacia atr¨¢s, acci¨®n que reproch¨® su agresor. R. M. explic¨®. que hab¨ªa mirado hacia atr¨¢s porque hab¨ªa quedado con su novio, y ¨¦ste deb¨ªa estar a punto de llegar al lugar.
"Reza para que no est¨¦"
"Pues reza para que no est¨¦ ah¨ª", repuso el violador, siempre seg¨²n las mismas fuentes. Tambi¨¦n en este caso, el agresor pidi¨® a la chica que le agarrase por la cintura, "como si fu¨¦ramos novios"; y apunt¨¢ndole con una navaja, la llev¨® hasta una zona pr¨®xima al parque de Caramuel. La tumb¨® en el suelo y le tap¨® la cara con la falda que llevaba la chica. Tras violarla repetidas veces, registr¨® Su bolso y le rob¨® el dinero. El violador, seg¨²n han sido descrito, es una persona de alrededor de 30 a?os y de 1,70 de altura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Arganzuela
- Violaciones
- Agresiones sexuales
- Metro
- Transporte urbano
- Madrid
- Transporte ferroviario
- Delitos sexuales
- Comunidad de Madrid
- Espa?a
- Delitos
- Empresas
- Sucesos
- Transporte
- Econom¨ªa
- Justicia
- Distritos municipales
- Ayuntamiento Madrid
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Administraci¨®n local
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Violencia sexual