La mortal toxina botul¨ªnica se aplica contra los tics nerviosos
Es como el veneno de las serpientes, dicen los expertos Una sustancia letal que, aplicada en dosis m¨ªnimas, adquiere propiedades curativas o al menos paliativas. La toxina botul¨ªnica, de reciente comercializaci¨®n en Espa?a, garantiza en estos momentos un 80% de ¨¦xito en ciertos tipos de diston¨ªas. Las personas que sufren tort¨ªcolis o cierre involuntario de los ojos, incluso aquellas afectadas por el hemiespasmo facial, ya no tienen que tirar la toalla. Una inyecci¨®n cada tres meses puede poner fin a sus complejos. Los m¨¢s optimistas auguran un futuro prometedor a la toxina en el campo de la hemiplej¨ªa y la esclerosis m¨²ltiple."Una vez tuve una paciente con blefaroespasmo que se ech¨® por encima una cacerola de agua hirviendo", comenta el doctor Juan Andr¨¦s Burguera, neur¨®logo del hospital La Fe de Valencia y experto en el tratamiento con toxina botul¨ªnica, que ha aplicado ya a m¨¢s de doscientas personas. Lo que padec¨ªa esa mujer es uno de los casos m¨¢s frecuentes de diston¨ªa, caracterizado por el cierre involuntario de los ojos -parpadeo violento y constante-, que le hac¨ªa vivir situaciones de peligro como aqu¨¦lla.
Es dif¨ªcil saber cu¨¢ntas personas padecen ahora mismo alg¨²n tipo de diston¨ªa -un trastorno neurol¨®gico del movimiento que provoca posturas anormales-, ya que pueden transcurrir entre cuatro y ocho a?os desde el inicio de los s¨ªntomas hasta su diagn¨®stico. Lo cierto es que la mayor¨ªa de los pacientes (casi todos superan los 40 a?os) se sienten avergonzados por las expresiones faciales o los movimientos extra?os que les causa su estado.
Una persona que tuerce la cabeza hacia el hombro o cierra violentamente los p¨¢rpados no puede leer ni conducir con normalidad, y las posibilidades de que encuentre empleo son muy limitadas. En casos extremos, el paciente acaba aislado.
Hasta la aparici¨®n de la toxina (fruto de las investigaciones del doctor Allan Scott, de California), las diston¨ªas se trataban con tranquilizantes y antiepil¨¦pticos, sin demasiado ¨¦xito -s¨®lo en casos muy concretos se recurre a la cirug¨ªa-. Como ocurre con los venenos animales, el doctor Scott pens¨® en aprovechar las propiedades paralizantes de la bacteria Clostridium botulinum -la famosa de las latas de conserva en malas condiciones- para inmovilizar el m¨²sculo afectado. Diluy¨¦ndola en proporciones adecuadas en suero fisiol¨®gico, la toxina logr¨® plantar cara inicialmente al estrabismo.
El doctor Tolosa, neur¨®logo del hospital Cl¨ªnico de Barcelona, se interes¨® por la criatura de Allan Scott y la introdujo en Espa?a hace unos ocho a?os -hasta el a?o pasado hab¨ªa que importarla de EE UU y del Reino Unido-, "En estos momentos tengo aproximadamente trescientos pacientes dist¨®nicos y los resultados del tratamiento son excelentes", comenta.
Los efectos secundarios son irrelevantes -en ocasiones se produce una leve ca¨ªda del p¨¢rpado en pacientes con blefaroespasmo o problemas de degluci¨®n en los casos de diston¨ªa cervical- y s¨®lo hay una precauci¨®n sobre la que inciden los m¨¦dicos: "Nunca un paciente se autoadministrar¨¢ la toxina". La raz¨®n es evidente: s¨®lo un experto sabe la dosis exacta. El tope m¨¢ximo sobre el que existe garant¨ªa de seguridad para los humanos son 300 unidades de toxina, sin olvidar que es letal en cantidades elevadas. El inconveniente: es cara (cerca de 50.000 pesetas la ampolla) y requiere un tratamiento continuado.
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