La efectividad lanza al Bar?a
El Guimaraes cre¨® dificultades, pero Kodro, por dos veces, y Celades resolvieron
Vive el Bar?a una luna de miel. Montado en un columpio, el curso, s¨®lo depara buenas noticias. N¨²?ez habla de Cruyff como si quisiera concederle una pensi¨®n vitalicia. El entre nador vuelve a divertirse. La hinchada ya no ri?e, sino que canta. Y el equipo se arremolina en torno a la calva de Iv¨¢n, o al cuello de Kodro, o a al pelo a cepillo de Celades, o la nuca de Figo. Da igual que sea s¨¢bado, domingo o martes. Que se juegue la Liga o la UEFA. Que haga calor o fr¨ªo.El Bar?a un equipo tremendamente f¨¦rtil. No malgasta un solo remate. Cualquier partido queda resumido en 10 jugadas. Tal efectividad no tiene antecedentes. Los rivales abandonan el campo sin encontrar una explicaci¨®n al marcador. El Vitoria no fue una excepci¨®n.
El equipo que dibuj¨® Cruyff ten¨ªa buen color y sin embargo, una vez repartido en el campo qued¨® retratado en blanco y negro. El grupo, sufri¨® inicialmente como nunca. No s¨®lo por el regreso a la defensa de tres (prescindi¨® de un central), sino por su propia concepci¨®n ofensiva. Guardiola no encontr¨® la l¨ªnea de pase, Iv¨¢n de la Pe?a qued¨® inutilizado como volante izquierdo, Bakero regul¨® m¨¢s que avanz¨® y la alineaci¨®n de Kodro supuso el mejor referente para la organizaci¨®n del juego del Vitoria. Poner a un ariete fijo en un colectivo plagado de jugadores con mucha llegada pero sin extremos natos supone, generalmente, una concesi¨®n al rival cuando se sale al ataque.
El Vitoria de Guimaraes impuso un ritmo cansino en su propia parcela que le permiti¨® una ocupaci¨®n muy racional de los espacios y afrontar cada jugada con un futbolista de m¨¢s. El caudal ofensivo del Barcelona qued¨® reducido inicialmente al zapatazo de Roger desde la ventana del ¨¢rea. No hab¨ªa manera de entrar en la zona de remate portuguesa. Le falt¨® toque, precisi¨®n, velocidad y desmarque para poder maniobrar y desarmar la poblada defensa forastera.
?nicamente cuando Roger cambi¨® a la banda derecha y conect¨® con Celades llegaron los azulgranas con franquicia al marco rival. Neno estuvo entonces soberbio. Sac¨® dos remates de gol y hasta rechaz¨® el penalti lanzado por Kodro, pese a que no pudo detener el segundo remate del bosnio. El Vitoria fue un equipo con m¨¢s cuerpo que el barcelonista y, adem¨¢s, tuvo m¨¢s cerca el gol, por su buena transici¨®n defensa-ataque cuando recuperaba el cuero. Busquets sac¨® hasta tres remates que ten¨ªan muy mala pinta para el bando local. La falta de actitud defensiva de Iv¨¢n de la Pe?a y el desplazamiento de Roger a la otra banda dejaron a Sergi con 40 metros por cubrir en el carril izquierdo, y ah¨ª meti¨® mano el colectivo portugu¨¦s.
Pese a la bondad del marcador, el partido pintaba tan mal que Cruyff opt¨® en la segunda parte por asegurar el control defensivo. Dio entrada a Nadal en sustituci¨®n de Guardiola y, m¨¢s tarde, sustituy¨® a Iv¨¢n de la Pe?a por Carreras. El grupo fue creciendo con el discurrir del tiempo. Primero se encontr¨® con un gol de rebote de Kodro y despu¨¦s con otro de Celades. Letal y certero, el Barcelona no desaprovech¨® el desconcierto del Vitoria de Guimaraes, decapitado en cuanto asom¨® la cabeza para otear el empate.
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