Bartok, por la sinf¨®nica venezolana

La presencia en la serie dedicada a Bartok de la Sinf¨®nica Sim¨®n Bol¨ªvar de Venezuela, dirigida por Edm¨®n Colomer, me parece un excelente s¨ªntoma. Nacida hace 20 a?os, gracias al impulso de Jos¨¦ Antonio Abreu, a trav¨¦s de distintos avatares mantiene una calidad muy brillante y una rara impronta de frescor expresivo, r¨ªtmico y colorista.Ya se vio en la Margarite?a, de Inocente Carre?o (Venezuela, 1919), uno de los cultivadores del nacionalismo en su pa¨ªs, junto a otros disc¨ªpulos de Vicente Sojo (18871974), como Juan Bautista Plaza y el m¨¢s evolucionado Antonio Est¨¦vez. Colomer y la formaci¨®n venezolana dieron animada vida a esta peque?a muestra de nacionalismo iberoamericano.

Rosa Torres Pardo, pianista madrile?a que en poco tiempo ha conquistado notable prestigio, protagoniz¨® despu¨¦s el Concierto n¨²mero 3, de Bartok, con buena t¨¦cnica. y recto criterio.

Exceso

Es obra que cuando la pasee como pieza importante de su repertorio obtendr¨¢ de nuestra pianista mayor riqueza de matices; en los din¨¢micos, tanto la solista como la orquesta pecaron de exceso, quiz¨¢ porque en el. Auditorio quien act¨²a no se escucha suficientemente bien. En uni¨®n de Colomer, siempre excelente trabajador de la orquesta, recibieron largos aplausos de una concurrencia numerosa que supo calibrar los m¨¦ritos de todos.

En fin, ese conmovedor testamento, esa ¨²ltima luminosidad de B¨¦la Bartok cuando evoca en el Concierto para orquesta su vida pasada. Nos lleg¨® la obra con extraordinaria- irisaci¨®n, poder afectivo, seguridad y palpitaci¨®n, que el concierto termin¨® "en punta" y todos recibimos la confirmaci¨®n del talento de la pianista, de las posibilidades de la orquesta venezolana y de la elevada profesionalidad del director.