Michael L¨®pez-Alegr¨ªa en el espacio
La nave 'Columbia' consigue por fin despegar, al s¨¦ptimo intento, desde la base de Florida
Siete veces, siete, ha estado preparado Michael L¨®pez-Alegr¨ªa en las ¨²ltimas tres semanas para coger la nave que le llevar¨ªa por primera vez al espacio. Ayer, por fin, lo logr¨®. A las 14.53, hora peninsular espa?ola, el astronauta nacido en Madrid y sus seis colegas sintieron tronar los motores y cohetes del transbordador Columbia a sus espaldas y emprendieron el viaje.Unas veces por problemas t¨¦cnicos (una v¨¢lvula del motor que filtraba combustible, un ordenador que fallaba ... ), otras veces por las condiciones meteorol¨®gicas adversas en Florida (estamos en plena temporada de huracanes en esa zona) motivaron las suspensiones del lanzamiento desde que el pasado 28 de septiembre el Columbia fuera situado en su plataforma de despegue en la base de Cabo Ca?averal. Seis aplazamientos supone igualar el record de anulaciones de vuelo de la Nasa, establecido en 1986 por el mismo Columbia.
Pero la misi¨®n en que se estrena L¨®pez-Alegr¨ªa, la STS 73 (vuelo n¨²mero 73 del Space Transport System, como se de nomina oficialmente el sistema de los transbordadores), debe pasar a los registros de la. aventura espacial por otro motivo: es la segunda misi¨®n m¨¢s larga en la historia de la NASA. Los siete astronautas estar¨¢n 16 d¨ªas en ¨®rbita terrestre, a 277 kil¨®metros de altura, y har¨¢n 19 experimentos programados, dedicando sus jornadas de trabajo a hacer ensayos de microgravedad en el laboratorio de la nave.
Michael Lopez-Alegr¨ªa, de 37 a?os, es uno de los tres astronautas del Columbia encargados de los sistemas de. control y de navegaci¨®n. De los otros cuatro, los llamados especialistas de misi¨®n, dos son mujeres.
Aun para duros astronautas entrenados para enfrentarse a cualquier imprevisto, la larga espera de este lanzamiento ha debido de ser exasperante. Aunque tampoco es que sean realmente una novedad los desplazamientos de tiro en la base de Cabo Ca?averal. Dado que el siguiente, transbordador, el Atlantis, tiene un compromiso espacial importante (realizar el segundo acoplamiento de una de estas naves estadounidenses a la estaci¨®n orbital rusa Mir), la NASA se hab¨ªa llegado a plantear colar el pr¨®ximo vuelo al Columbia y lanzar la misi¨®n STS-73 a finales de noviembre, despu¨¦s de la del Atlantis. Pero finalmente no ha, sido necesario alterar el turno.
Durante las ¨²ltimas tres semanas, mientras L¨®pez-Alegr¨ªa y sus colegas aguardaban la orden de lanzamiento e incluso sub¨ªan y bajaban de la nave -en alguno de los intentos fallidos, con los dep¨®sitos de combustible l¨ªquido altamente inflamable casi llenos-, el Columbia segu¨ªa all¨ª plantado, a la intemperie, soportando problemas de corrosi¨®n por el aire cargado de sal marina y el ataque de los p¨¢jaros, tan aficionados en la zona a anidar en los artilugios de alta tecnolog¨ªa expuestos en la base espacial y a perforar capas aislantes de los cohetes.
La semana pasada, un responsable de la NASA explicaba que para ahuyentar a las aves disponer? de una cinta grabada con trinos de p¨¢jaros depredadores que emiten a trav¨¦s del sistema de megafon¨ªa. A?adi¨®, sin embargo, que no pod¨ªan tenerla constantemente conectada "porque los trabajadores de la base se vuelven locos", as¨ª que han optado por estar alerta y empezar a emitir trinos disuasorios en cuanto ven acercarse una bandada de p¨¢jaros a los veh¨ªculos espaciales.
Si L¨®pez-Alegr¨ªa es un novato en ¨®rbita, una de sus compa?eras tiene ya mucha experiencia. Para Kathryn Thornton, el STS-73 es su cuarto vuelo a bordo del transbordador; ella fue uno de los astronautas de la hist¨®rica misi¨®n de reparaci¨®n del telescopio espacial Hubble, en diciembre de 1993.
Esta vez, los astronautas no tienen programada ninguna maniobra espectacular, no har¨¢n paseos espaciales, no capturar¨¢n ning¨²n sat¨¦lite ni ensayar¨¢n la aproximaci¨®n a la Mir.
Pero tendr¨¢n mucho trabajo tomando datos de crecimiento de cristales, haciendo materiales que tal vez tengan aplicaciones en el futuro para producir mejores superconductores que los actuales, cultivando patatas para ver c¨®mo responden a la falta de gravedad y estudiando la posibilidad de utilizar plantas para contribuir a la purificaci¨®n de agua y aire dentro de un veh¨ªculo espacial. Tambi¨¦n realizar¨¢n, como en otras misiones, las tomas de datos de la respuesta del organismo humano a la microgravedad.
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