Reyes del mambo a los 60

"Derecha atr¨¢s y ?suelto una mano!", repite la profesora ante la insistencia de sus alumnos en mantenerse agarrados. De fondo suena un merengue de Juan Luis Guerra y en el espejo del aula de danza de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares (167.000 habitantes) se reflejan las evoluciones de ocho parejas de sesentones empe?ados en ampliar sus conocimientos de baile descubriendo los secretos de los ritmos calientes del otro lado del Atl¨¢ntico, e intentando denodadamente desprenderse por unos minutos de la costumbre grabada tras una treintena de a?os de verbenas en pareja: no separarse toque lo que toque la orquesta."Aprender a bailar suelto" es lo que impuls¨® a Antonio Salido, de 67 a?os y experto en pasodobles, rumbas y tangos, a apuntarse a los cursos de baile de sal¨®n que ofrecen desde hace una semana y gracias a un convenio de colaboraci¨®n de la universidad y el Ayuntamiento alcala¨ªnos.

El concejal de Participaci¨®n Ciudadana, Pedro Escribano (PP), que no cumplir¨¢ ya los 60, organiz¨® estos cursos para que los jubilados "pudieran divertirse a la vez que hac¨ªan un poco de ejercicio". La directora del aula de danza, Estrella Casero, fij¨® el programa: vals, salsa y tango, y se asegur¨® de que les asesoraran si alguna acrobacia era incompatible con sus achaques.

De momento no ha sido necesario. "Tienen mucho entusiasmo, Yo les avis¨¦ de que si alguno ten¨ªa alg¨²n problema pod¨ªa sentarse cinco minutos, y todav¨ªa no se ha sentado nadie, a pesar de que las clases duran una hora y media", explica la profesora, "Marta Gonz¨¢lez, una espigada muchacha de 25 a?os que a?ade que la ¨²nica diferencia con sus alumnos j¨®venes es que Ios mayores son m¨¢s selectivos y vienen a perfeccionar, porque hay muchos bailes que ya conocen".

Hoy toca merengue y la clase comienza con unos ejercicios para aprender, a mover insinuantemente las caderas, aunque las faldas rectas de ellas no acompa?en los contoneos. Pan comido para Bernardo Due?as, de 69 a?os, que aprendi¨® a bailar a los 14 acompa?ado por los pianillos de su Cuenca natal. Ahora practica en diciembre cuando viaja a la costa con su esposa, Eulalia Corredor, de 70 a?os, "gracias al Inserso".

Due?as cree que los cursos son una gran idea, "yo he ido a ver el Guernica, pero como no entiendo me quedo igual. Prefiero echarme un bailecito, y el baile de sal¨®n lo que tiene es que es muy se?or", afirma. Su maestr¨ªa queda en entredicho cuando tiene que soltar una de las manos de su mujer. "Soltaba a la profesora, pero a la mujer no, porque si se escapa, ?f¨ªjate, me quedo solo!", aseguraba despu¨¦s socarr¨®n.