Semillas para el alcalde
Es mi deseo dedicar las dos semillas que recib¨ª en los ejemplares de su peri¨®dico de un domingo al excelent¨ªsimo se?or alcalde de Pozuelo de Alarc¨®n y a su concejal de Medio Ambiente por si esto pudiera ayudarles a compensar el incomprensible delito ecol¨®gico que han permitido en la zona forestal conocida como Monte Gancedo.Esta zona ha desarrollado durante centenares de a?os una poblaci¨®n forestal caracterizada principalmente por las encinas, especie vegetal que requiere un largo periodo para conseguir un completo crecimiento y que hab¨ªa acogido una fauna compuesta por conejos, zorros y diversas especies de aves.
Pues bien, ahora la presi¨®n de intereses diversos ha provocado la destrucci¨®n de este ins¨®lito e irrecuperable escenario natural, reemplaz¨¢ndolo por un enjambre de chal¨¦s adosados, en una zona rodeada de modernas urbanizaciones, voraces consumidoras de agua y de otros recursos cada vez m¨¢s escasos.
Las encinas, las cuales la empresa constructora se hab¨ªa comprometido a proteger, son, cuando interesa, brutalmente desgajadas y, despu¨¦s, sepultadas bajo arena para disimular la masacre; posteriormente son cargadas en camiones y transportadas fuera del lugar para as¨ª ocultar el cuerpo del delito, como pude comprobar personalmente el d¨ªa 9 de octubre.
?No hubiera sido posible permutar estos terrenos de tan alto valor ecol¨®gico por otros que a¨²n abundan en el municipio y que carecen de valor natural? Eso hubiera respetado los intereses de los propietarios del suelo de Monte Gancedo.
Hay elementos en este paisaje de Monte Gancedo que no pertenecen a la empresa constructora ni a ning¨²n organismo o instituci¨®n; son patrimonio de todos los seres humanos, y lo que se ha perpetrado contra este lugar, en su modesta dimensi¨®n, es ejemplo de lo que nuestra especie sapiens no debe permitir.
Les felicito calurosamente por su iniciativa de repartir semillas entre los ni?os, pero si seguimos permitiendo que los intereses particulares prevalezcan sobre, el bien com¨²n, tanto este como muchos otros esfuerzos quedar¨¢n tan sepultados bajo la arena como las encinas de Monte. Gancedo.-
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