El f¨²tbol y la literatura juegan un singular partido en un libro que recoge 24 cuentos
Delibes, Vicent, Atxaga, Llamazares, Javier Mar¨ªas escriben sobre el deporte rey
"?Qu¨¦ vulgaridad!, ?no lo soporto!" ?sa era, hasta hace unos a?os, la opini¨®n de muchas personas sobre el f¨²tbol. La situaci¨®n ha cambiado y los intelectuales se han ocupado de darle el puntapi¨¦ inicial. La otra cara de este popular deporte, la literaria, aparece reflejada en Cuentos de f¨²tbol, una colecci¨®n de 24 relatos que Alfaguara pondr¨¢ a la venta la pr¨®xima semana, donde escritores de la talla de Miguel Delibes, Bernardo Atxaga, Javier Mar¨ªas y Manuel Vicent, entre otros, utilizan su pluma como desplante a la eterna enemistad entre los intelectuales y el deporte rey.
"Arrodillado en el c¨¦sped como un boxeador ca¨ªdo, Djukic s¨®lo pensaba en huir de all¨ª mientras se repet¨ªa a s¨ª mismo como cuando se mat¨® su hermano, lo que su padre sol¨ªa decir de la vida cuando la vida le golpeaba: tanta pasi¨®n para nada". El relato de Julio Llamazares es el ¨²nico de los 24 que se incluyen en Cuentos de f¨²tbol basado en un hecho real El escritor qued¨® absolutamente impactado con aquel partido en el que el Deportivo de La Coru?a perdi¨® en el ¨²ltimo minuto una oportunidad ¨²nica de ganar la Liga del 94. Por eso cuando la editorial Alfaguara le pidi¨® un cuento sobre f¨²tbol, no lo dud¨®. Djukic, un yugos lavo que se gana la vida en Espa?a jugando como defensa y que antes fue palista en una estaci¨®n de ferrocarril de la ex Yugoslavia, ser¨ªa su personaje. Cuando conoci¨® al jugador qued¨® a¨²n m¨¢s seducido: "Es un t¨ªo cojonudo. Creo que qued¨® marcado por aquella jugada en la que se enfrent¨® s¨®lo ante el peligro". Y es que para Llamazares el f¨²tbol es una pasi¨®n m¨¢s, que "corno todas las pasiones no sirve para nada".Al escritor Manuel Vicent le gustan los pases en profundidad. Para este hincha del Valencia, el f¨²tbol ha entrado en el campo de las bellas artes porque cada vez se parece m¨¢s a un concierto de rock. "Lo que sucede en el c¨¦sped, una panda de mataos que raramente acierta, no tiene demasiado inter¨¦s, lo importante est¨¢ en las gradas", asegura el escritor.
A los hinchas antiguos se les identificaba por la copa, el puro y los cuernos que le pon¨ªan a la se?ora a la salida del campo; a los de ahora, dice Vicent, se les han unido las mujeres y se comportan como tribus o manadas de b¨²falos. "?se es el aspecto literario de este deporte, aunque ahora tambi¨¦n se ha a?adido el submundo de los presidentes. Los jugadores tambi¨¦n han cambiado. Los de antes ven¨ªan con un chusco bajo el brazo y los de ahora son todos atl¨¦ticos y guapos", asegura Vicent, cuyo relato se titula Fondo sur y tiene como protagonista. a un bello aprendiz de chapista llamado Berberecho.
Tambi¨¦n dispara en la misma direcci¨®n el cuentista argentino de 50 a?os Roberto Fontanarrosa, quien ha elegido a unos hinchas del Central, un equipo de la localidad de Rosario, como protagonistas de su historia. Fontanarrosa, que se gana la vida como dibujante, reconoce que los fan¨¢ticos del Central son aficionados a las c¨¢balas para ganar un partido, pero todav¨ªa no han recurrido al secuestro de un hincha, enfermo del coraz¨®n, que nunca hab¨ªa visto perder a su equipo para que les d¨¦ suerte. 19 de diciembre de 1971 es la esencia de lo que es el f¨²tbol para un argentino: "Una verdadera pasi¨®n y un orgullo nacional, tanto que es el ¨²nico plano en el que Argentina se considera un pa¨ªs del Primer Mundo", dice Fontanarrosa, que no entiende por qu¨¦ este deporte se mantiene tan alejado del mundo literario.
La respuesta para Javier Mar¨ªas est¨¢ en que no se trata de un deporte individualizado donde "el h¨¦roe es m¨¢s dif¨ªcil de trazar". Pese a ello, el autor de Un coraz¨®n tan blanco se inspir¨® en un jugador h¨²ngaro como personaje. No es la primera vez que este escritor toca el tema del f¨²tbol, aunque en este caso se trat¨® de un encargo que ¨¦l ha hecho suyo en El tiempo indeciso.
Babelia
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