La casa de Pepe McGuffin

Los s¨¢bados por la noche, mientras parte de Espa?a sale de paseo, las televisiones buscan emociones aptas para quienes no quieren o no pueden salir: Antena 3 abusa art¨ªsticamente de los ni?os con la complicidad de un Lauren Postigo te?ido de rubio (Menudo show), TVE-1 escarba en el espect¨¢culo de nuestra grandeza perdida (La noche de los castillos), y ahora, en Tele 5, Pepe Carrol abre las puertas de su casa para lucir a sus t¨ªas, a su cartero, a su vecina del quinto o de quinta, al chico de los recados y al gracioso de turno.

?Vaya nochecita! (s¨¢bado, 22.45) pretende ser el heredero de los programas norteamericanos en que presentador y p¨²blico comparten diversi¨®n en un gran decorado. (frente a un respetable al que, con evidente falta de respeto, le han plantado risas enlatadas). Mezcla de magazine, comedia de situaci¨®n, c¨¢mara oculta, concurso, debate y lo que haga falta, mantienen su ritmo trepidante con las idas y venidas de su exhausto conductor, que nunca se detiene para profundizar en una entrevista (Bo Derek ha acabado sus d¨ªas como extra con frase), en un sketch (las t¨ªas, las pobres, se sonrojan imaginando el culito de Brad Pitt) o en un concurso ama?ado (?c¨®mo demonios sabe que dos miembros del p¨²blico est¨¢n casados y tienen ambos carn¨¦ de conducir?

La diversi¨®n, conseguida por el enga?oso recurso a la acumulaci¨®n, quiere convertir a Carrol en Jerry Lewis. Pero el decorado de Carcajal de la sierra juega a transformarlo en una versi¨®n cat¨®dica de Lewis Carroll. En este universo televisivo, el truco est¨¢ en el McGuffin (ese elemento de distracci¨®n con el que Hitchcock nos hac¨ªa creer en aquello que carec¨ªa de inter¨¦s en el argumento). ?Y donde est¨¢ el McGuffin en este programa?, ?en el pueblo del cuento?, ?en las t¨ªas?, ?en las bromas?, ?en las venganzas?, ?en la versi¨®n en lat¨ªn de Mi carro ...? Todo es m¨¢s sencillo. El McGuffin es Pepe Carrol.