La equ¨ªvoca equidad del cheque escolar
Se lamenta Pedro Schwartz, en El Pa¨ªs del pasado 14 de octubre, de que haya pasado desapercibida la experiencia puesta en marcha por el PP en el Ayuntamiento de Valencia consistente en aplicar el cheque escolar (cantidad asignada por la Administraci¨®n a cada alumno para que pueda ir al centro deseado) en las guarder¨ªas y escuelas infantiles. Tambi¨¦n se queja de que no se extienda esa f¨®rmula a la ense?anza obligatoria para que las familias puedan ejercer el derecho de elecci¨®n y para estimular, mediante la competencia, la mejora del servicio educativo.Desde una posici¨®n diferente a la suya, yo tengo que alegrarme de que un tema tan simb¨®lico pueda debatirse, porque es importante que la opini¨®n p¨²blica valore a qui¨¦n beneficia realmente. Llevamos algunos a?os sin contrastar el programa conservador, con lo que el modelo progresista ha perdido parte de sus referencias.
Yo disiento de las bondades del cheque escolar y no porque no crea que la democracia tiene que propiciar cada vez mayores cotas de libertad. Debemos de esforzarnos en la conquista de la autonom¨ªa personal sin dejar de ser solidarios, porque la democracia ha de ser como un mar en el que todas las gotas cuentan.
La libre elecci¨®n de centro s¨®lo ser¨¢ totalmente justa cuando todos puedan ejercerla de verdad. Los poderes p¨²blicos tienen la obligaci¨®n de procurar el bien com¨²n, por lo que no debieran potenciar medidas que favorezcan s¨®lo a algunos, m¨¢xime si, como en este caso, redundan en perjuicio de terceros porque ?qui¨¦nes tendr¨¢n realmente m¨¢s opciones con el cheque? La respuesta es obvia: las familias que viven en barrios urbanos donde hay una oferta de servicios educativos variada y que cuentan con recursos para que sus hijos puedan desplazarse a centros prestigiosos, muchas veces alejados del hogar, pagando todos los gastos extraordinarios que se requieren. Las mayor¨ªa de las familias del mundo rural y las de las zonas menos desarrolladas o marginales del mundo urbano perciben salarios reducidos, cuando no est¨¢n en paro, y sus posibilidades de elecci¨®n en las proximidades de su domicilio son nulas.
?Por qu¨¦ se perjudica a terceros? Porque, dada la cr¨®nica escasez del presupuesto destinado a Educaci¨®n, las familias con posibilidades para elegir detraer¨ªan por esa v¨ªa parte del dinero que habr¨ªa de ir destinado a todos los centros abiertos a la inmensa mayor¨ªa del alumnado.
Los conservadores ingleses han puesto en marcha un programa para financiar a los centros en funci¨®n de sus resultados (una f¨®rmula distinta de la del cheque escolar y de la que s¨®lo se conocen contadas experiencias locales), que ha demostrado ser un serio agravio para los centros ubicados en zonas marginadas, que se ven obligados a una competencia a todas luces desigual porque padecen directamente los efectos del desempleo y la pobreza. Es muy peligroso que, con el pretexto de la b¨²squeda de la excelencia, se propicie o justifique una jerarquizaci¨®n de los centros educativos que impida llevar a la pr¨¢ctica, de manera equitativa, el derecho de todos a la educaci¨®n.
A m¨ª me gusta pensar que llegar¨¢ el momento en que una democracia m¨¢s justa y libre pueda facilitar al m¨¢ximo la capacidad de elecci¨®n personal en todos los aspectos de la vida cotidiana. Pero esa ser¨¢ la cosecha del esfuerzo de muchas generaciones. Hasta entonces parece l¨®gico mantener, mejor¨¢ndolo, el sistema actual, en la medida en que permite compensar algunas desigualdades.
P¨ªo Maceda es miembro de la Secretar¨ªa del Sindicato de Trabajadores de la Ense?anza de Madrid (STEM).
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