Las manzanas de Marimon

El consejero de Agricultura de la Generalitat, Francesc Xavier Marimon, en campa?a. Infatigable. El otro d¨ªa, ataviado a lo Hormiga At¨®mica, se zambull¨ªa desde un puente de Sort (Lleida) al Noguera Pallaresa, emulando a la primera dama catalana, tan amante, ella, de ver c¨®mo avanza el pa¨ªs colgada de un parapente. Eso suced¨ªa en los felices d¨ªas de la precampa?a.Ahora, ya en la batalla electoral propiamente dicha, el consejero ha dejado la peana para adorar directamente al santo. Resulta que el presidente anda metido en par¨¢bolas agrarias: se pasea por tierras catalanas para ver crecer las mieses sembradas en 15 a?os de reinado, seg¨²n expresi¨®n m¨¢s o menos literal proferida recientemente. El agudo Marimon entra r¨¢pidamente en met¨¢fora y, izas!, se l¨ªa a repartir por las comarcas leridanas 12.000 kilos de manzanas con su efigie y la de P¨²jol en un coqueto envoltorio.

Buena elecci¨®n, la de la manzana. Ning¨²n fruto acumula tantas tentaciones simb¨®licas como ¨¦ste. El consejero hubiera podido optar por la pera, que tambi¨¦n es muy de Lleida, pero hizo bien decidi¨¦ndose por la manzana: tiene mucho m¨¢s morbo. Ahora bien, ?qu¨¦ manzana? Ah¨ª las cosas se complican.

Trat¨¢ndose de una iniciativa tan americana -"Buenos d¨ªas, soy el candidato Marimon, me presento como diputado por este condado", cabe imaginarle decir con cara de Robert Redford al sorprendido votante mientras le tiende el fruto del pecado-, tiene cierto n¨²mero de variedades a disposici¨®n: las Staymen, las Stelfeld, las Starkin, las Jonathan, las celebradas Golden...

Ahora bien, es probable que ni su jefe de filas ni el sufrido elector leridano perdonasen al consejero su falta de tacto a la hora de hacer pa¨ªs, m¨¢xime trat¨¢ndose de unas auton¨®micas. Ning¨²n problema, tiene modo de corregir el tiro. Ah¨ª est¨¢n las preciadas Manyaga, Carnosa, Sant Jaume o Del Ciri. Es preferible que se olvide de las Morro de Bou [Morro de buey], no sea que a alg¨²n desalmado se le ocurra sacarle punta a lo del morro asociado a los caretos de los candidatos. Una sola duda en la elecci¨®n la plantea la Reineta del Canad¨¢. Es cierto que esta modalidad, aut¨®ctona lo es m¨¢s bien poco, pero lo de Canad¨¢, con el refer¨¦ndum tan reciente, convendr¨¢n en que tiene un gancho indiscutible. Claro que los resultados no han acompa?ado del todo. Y, adem¨¢s, a esta variedad se la conoce popularmente, por su color pardo, como de la cara bruta [cara sucia], por lo que podr¨ªa prestarse a chanzas como las del Morro de Bou, de imprevisibles efectos. Mejor olvidarse tambi¨¦n de ella.

Antes de escoger una u otra manzana, una sugerencia, consejero: preg¨²ntele a Eva cu¨¢l fue la que le dio a Ad¨¢n. Al parecer, la encontr¨® riqu¨ªsima. ?Que c¨®mo hacerlo? Consejero, por favor: d¨ªgale a Pujol que le deje las llaves del Para¨ªso. El vive all¨ª.