La justicia argentina entrega al nazi Priebke porque su crimen no prescribe
Despu¨¦s de un proceso de 18 meses, y en un fallo dividido, la Corte Suprema de Justicia consider¨® imprescriptibles los cr¨ªmenes de lesa humanidad o genocidio y concedi¨® la extradici¨®n a Italia del que fuera capit¨¢n de la Gestapo Erich Priebke, de 82 a?os, activo participante en el fusilamiento de 335 civiles italianos durante la II Guerra Mundial.
La masiva ejecuci¨®n del 24 de marzo de 1944, conocida como "matanza de las Fosas Ardeatinas" y recreada despu¨¦s cinematogr¨¢ficamente, fue ordenada por el mando nazi en represalia por los 33 muertos alemanes registrados en el ataque partisano a una patrulla de las fuerzas de ocupaci¨®n germanas. "Yo tuve que matar a dos personas, pero no recuerdo ni c¨®mo eran. Dentro de la cueva todo eran penumbras", admiti¨® Priebke, segundo de la Gestapo en Roma.
El antiguo oficial nazi vive en la ciudad de Bariloche, a 1.600 kil¨®metros de Buenos Aires, desde el a?o 1948 y all¨ª preside la Asociaci¨®n Cultural Germano-argentina y dirigi¨® el colegio Primo Capriaro. "Est¨¢ hecho mierda", coment¨® un allegado del anciano. Uno de los centinelas del domicilio donde permanece detenido confirm¨® el abatimiento del extraditable al conocer la sentencia definitiva: "A don Erico la noticia le cay¨® como una bomba, qued¨® muy deprimido". La defensa, que presentar¨¢ un recurso de nulidad, acus¨® al tribunal de haber cedido "a las presiones pol¨ªticas".
Confesi¨®n televisiva
Erich Priebke, nacido en Berl¨ªn, casado y con dos hijas, ingres¨® a los 26 a?os en la Gestapo y ocup¨® la jefatura de la Oficina de Informaciones Anticomunistas. Enviado a Roma en 1941, particip¨® en la confecci¨®n de la lista de civiles a fusilar, entre ellos 72 jud¨ªos, en el interior de las Fosas Ardeatinas, una mina abandonada en la periferia de Roma. Su presencia en Argentina, inadvertida hasta mayo de 1994, adquiri¨® notoriedad cuando en esta fecha confes¨® a la cadena de televisi¨®n estadounidense ABC su participaci¨®n en la hist¨®rica matanza. Al mes siguiente, Italia ped¨ªa su extradici¨®n; despu¨¦s lo hizo Alemania.Se trata de la tercera extradici¨®n de alemanes acusados de cr¨ªmenes de guerra de los cerca de 2.000 mandos del III Reich huidos a Argentina a lo largo de los 50 a?os transcurridos desde el final de la II Guerra Mundial. "Los oficiales ten¨ªamos que participar para dar ejemplo. El propio Kappler [Herbert Kappler, jefe de la Gestapo en Roma] fue uno de los primeros en disparar, y despu¨¦s tuvimos que hacerlo nosotros". Hace tres meses manifest¨®: "Amo Roma y he ido a menudo como turista, pero regresar como detenido, no, gracias; eso realmente me horroriza".
De acuerdo con los datos del periodista argentino Jorge Camarasa, en la nutrida y poderosa-colonia alemana convivieron Adolf Eichmann y Josef Mengele entre otros.
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