La cara oculta del Aranjuez
El Legan¨¦s B se impuso a un equipo gris y conformista
Noventa minutos para un interrogante: ?Qui¨¦n era el colista? Cualquier aficionado que acudiera ayer al Municipal de Legan¨¦s sin conocer la clasificaci¨®n no dudar¨ªa en su respuesta: "El Aranjuez, claro". Pues no, el colista no era el Aranjuez. Lo pareci¨®, para qu¨¦ negarlo. Regal¨® al p¨²blico un espect¨¢culo de hora y media impropio de un equipo que se codea con la ¨¦lite de la categor¨ªa. Se empe?¨® en ense?ar m¨²sculo y acab¨® cosido por las agujetas. Y acab¨® tambi¨¦n, y esto es lo peor, sin conseguir que su sudoroso ejercicio le dejara un m¨ªnimo resquicio a un deporte llamado f¨²tbol.
El partido fue, en una palabra, insufrible. Tampoco el t¨¦rmino cavern¨ªcola sobrar¨ªa a la hora de enjuiciarlo. Y la culpa no la tuvo el Legan¨¦s B. Porque los de casa bastante tienen con sobrevivir. Mueven un pie y se caen de la clasificaci¨®n. No, no fue de ellos la culpa. Recib¨ªan a un Aranjuez henchido de moral, se supon¨ªa, de ganas, se supon¨ªa tambi¨¦n, y de buen f¨²tbol, esto ¨²ltimo se sab¨ªa. S¨®lo aparecieron las ganas.
Su primer y ¨²nico disparo entre los tres palos lleg¨®, exactamente, en el minuto 85. Y no fue como para celebrarlo, pues Benito, portero del Legan¨¦s, apenas se esforz¨® para detenerlo. Curiosa manera de intentar ganar un partido. Cierto es que en el minuto quince se qued¨® sin Juan Padilla, su mejor hombre. Pero tambi¨¦n al Legan¨¦s le ocurri¨® lo mismo, en una jugada en la que debieron ocurrir muchas cosas graves, todas ocultas para el p¨²blico.
El partido tuvo dos acciones: la rese?ada de las expulsiones y la del gol, en una jugada magn¨ªficamente elaborada. Se supon¨ªa que reaccionar¨ªa el Aranjuez. Y en suposici¨®n se qued¨® tan loable pensamiento. El conjunto ribere?o no mostr¨® nada. Ni una pizca de magia, ni un detalle. El Legan¨¦s, al menos, supo contragolpear con m¨¢s torpeza que peligro, ante un rival que ense?¨®, por una vez, la m¨¢s lamentable de sus caras.
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