Erica Jong analiza en 'Miedo a los 50' la angustia por "perder el control"
"Hay que redefinir qu¨¦ es lo que es bello", dice la autora
El miedo no es tanto a la vejez, la fealdad o la muerte: es "a perder el control". As¨ª habla Erica Jong, la autora de -Miedo a volar, que en Miedo a los cincuenta (Alfaguara Extra), y a trav¨¦s de sus propias experiencias realiza un amplio retrato dela mujer norteamericana ilustrada de nuestros d¨ªas. Con los cincuenta (ella tiene 53) llega tambi¨¦n el p¨¢nico por la memoria menguante, la angustia por la marginaci¨®n de los ancianos, y la nostalgia de la belleza y la juventud. Aunque, dice, "tenemos que redefinir que es lo que es bello".
En la vida de una escritora, el miedo a los cincuenta nace cuando lectores j¨®venes se le acercan y le dicen "?Erica Jong? Es usted la escritora preferida de mi madre".. Cuando se da cuenta de que ya no est¨¢ en el paisaje de la generaci¨®n joven. Aunque se tiene conciencia de que su propia, generaci¨®n, la que tiene cincuenta, es la que gobierna el mundo, tambi¨¦n se sabe que para los j¨®venes- edad ideal de nuestra cultura- la gente de 50 "est¨¢ loca" y tiene "peculiares ideas sobre el sexoser mayor y al tiempo bella",, dice Erica Jong, que realiza a la semana, tres sesiones de ejercicios para mantenerse en forma -"me gusta sentirme fuerte"-, un esfuerzo sin embargo- moderado para el mundo estadounidense, seducido por la forma hasta el fanatismo a la vez que alcoholizado por el trabajo: por cierto que el sentido europeo del. ocio -esto es, m¨¢s de los quince d¨ªas de vacaciones anuales que se toma el norteamericano medio es lo que m¨¢s le gusta a Erica Jong. "Quiero llegar a ser bella como mi abuela, una mujer que no se pintaba el pelo ni disimulaba sus arrugas. No quiero tratar de parecer joven. No quiero competir con mi hija".
Cerdos y poetas
"La historia norteamericana oscila entre los cerdos y los poetas [en ingl¨¦s es m¨¢s sonoro: pigs and poets], y ahora nos encontramos en una ¨¦poca de cerdos", dice con sus ojos azules y redondos. Pues a juicio de esta neuyorkina perteneciente a la cl¨¢sica familia jud¨ªa ilustrada y progresista no otra cosa es lo que representa el ascenso pol¨ªtico de Newt Gingrich, presidente de la C¨¢mara de Representantes de _Estados Unidos (de mayor¨ªa republicana) y dirigente del movimiento conservador Contrato por Am¨¦rica. Y eso es lo que significan los planes de la llamada Mayor¨ªa Moral en el cap¨ªtulo de gastos sociales, en particular, los relativos a la sanidad. Jong considera que estos recortes atentan fundamentalmente contra la mujer, al ser la mujer y el ni?o los principales clientes de la Seguridad Social.
Esta situaci¨®n - tiene naturalmente su reflejo en el mundo de la cultura y la edici¨®n. As¨ª, buena parte de la edici¨®n norteamericana, a juicio de Erica Jong, "est¨¢ interesada en los no libros". Y proporciona algunas cifras: si un escritor literario como Updike vende s¨®lo 60.000 ejemplares (una cifra respetable en el mercado espa?ol), y de las novelas de Michael Crichton se realizan primeras ediciones de un mill¨®n y medio de ejemplares, la presi¨®n que favorece la literatura de aeropuerto es enorme, y a menudo intolerable. Autores literarios que siempre hab¨ªan figurado en las listas de ¨¦xitos, como Gore Vidal, son expulsados por estas cifras imponentes.
M¨¢s, quiz¨¢, que en otros pa¨ªses, la mejor literatura de creaci¨®n se ve en peligro indirecto a causa de la presi¨®n ejercida ' sobre las peque?as librer¨ªas literarias y las librer¨ªas de fondo (con libros m¨¢s antiguos que las no vedades de la temporada) por las cadenas de librer¨ªas y las grandes superficies (supermercados), que realizan sus pedidos de una formal centralizada y tienden a uniformar el mercado. Ni que decir tiene que la literatura tiene dificultades para vivir "la novela norteamericana est¨¢ escrita como en el siglo XIX: no hay ning¨²n tipo de experimentaci¨®n-; el ensayo literario casi ha desaparecido y la poes¨ªa, que vive un gran momento en Estados Unidos, ha pasado a la clandestinidad.
Como. le dec¨ªa Jong a estudiantes de todo el mundo -y con gran indignaci¨®n de los del antiguo Tel¨®n de Acero, hoy entusiasmados con el liberalismo-, "nosotros no tenemos un ministerio de la Verdad, pero tenemos la. censura econ¨®mica, que decide qu¨¦ se publica en funci¨®n de lo que se vende. El resultado es el mismo".
Centrando el foco
Nadie podr¨ªa razonablemente sospechar que Erica Jong tiene miedo a nada. La escritora va. vestida con un traje sastre negro bien cortado, una blusa de encaje y un perfume discreto, de buen gusto. Con ojos azules muy redondos, que dan una peligrosa impresi¨®n de inocencia o al menos neutralidad, se interesa por todo y el cronista tiene que estar todo el tiempo centrando otra vez el foco sobre ella.Piensa sus respuestas cinco segundos y luego las deja caer con seguridad, ojos azules y buenos modales. Autora de diecisiete libros, desde el ensayo a la poes¨ªa,, que ¨²ltimamente la acapara a raz¨®n de un poema todas las ma?anas, Jong dice tener m¨¢s un esp¨ªritu europeo que norteamericano -vive en Venecia parte del a?o-, y se reclama, como -escritora, una mujer de letras, no una especialista en un g¨¦nero. Su modelo es la francesa Colette.
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