Amir no es un chalado

Hasta la noche del s¨¢bado 4 de noviembre, Yigal Amir era un tipo como los dem¨¢s. Un joven de 25 a?os que no ten¨ªa nada que reprocharse. Hab¨ªa hecho el servicio militar en infanter¨ªa en el Gol¨¢n, hab¨ªa ido a una yeshiva (escuela rab¨ªnica), el porvenir sonre¨ªa a este estudiante de Derecho e Inform¨¢tica. Durante los dos ¨²ltimos a?os, numerosos estudiantes se han manifestado con frecuencia sobre el puente Bar-llan, una pasarela peatonal por encima de la autopista cercana a la universidad. Expresan as¨ª su descontento con el Gobierno. Yigal tomaba parte activa en la organizaci¨®n de estas acciones. Evidentemente, no estaba solo. La Universidad Bar-llan ha intentado limitar las actividades pol¨ªticas en el campus, y el servicio de seguridad tiene la costumbre de retirar los carteles llamando a manifestaciones salvajes tras los atentados terroristas.El a?o pasado, cuando Isaac Rabin fue nombrado doctor honoris causa, la universidad se ocup¨® de que nada perturbara la ceremonia. La Asociaci¨®n de Estudiantes tambi¨¦n se ha distanciado de la pol¨ªtica. Pero ni la universidad ni la asociaci¨®n han podido encauzar el creciente sentimiento en algunos de que la patria se les escurr¨ªa entre los dedos. Un grupo de acci¨®n llamado Estudiantes por la Seguridad ha ido poco a poco haci¨¦ndose hueco.

Medio millar de nuestros compa?eros protestaron contra el segundo acuerdo de Oslo yendo a Hebr¨®n, ciudad de nuestros antepasados, en la que existe una pequena colonia jud¨ªa en medio de una de 120.000 palestinos. Yigal era el l¨ªder espiritual de esos fines de semana. Hasta el s¨¢bado pasado ¨ªbamos con ¨¦l.

Hoy se ha convertido en un "terrible asesino", en un "tumor maligno"'. Al principio me parec¨ªa que esos calificativos no le iban. Un amigo que le reconoci¨® en la televisi¨®n nos llam¨® inmediatamente. Est¨¢bamos anonadados. Era un buen estudiante. Ten¨ªa el d¨ªa supercargado, mucho m¨¢s de lo que exige la universidad. Consagraba gran parte de su tiempo al estudio de la Torah (libro sagrado jud¨ªo), y el resto a organizar actividades pol¨ªticas.

Los pol¨ªticos, siempre prestos a aprovecharse de las ocasiones, acusan ya al Likud de incitaci¨®n a la violencia. Califican a Yigal Amir de "joven manipulado" para manchar a toda la derecha con la sangre del primer ministro asesinado. ?Qu¨¦ error!

Yigal Amir no es un chalado del que se hubiera podido esperar tal crimen. Ha actuado por una profunda convicci¨®n, tras hab¨¦rselo pensado mucho, como es normal que act¨²e todo hombre inteligente. Pero incluso una larga reflexi¨®n puede llevar a una mala conclusi¨®n. La deliberaci¨®n es privativa del jurista. Yigal ha suspendido el examen pr¨¢ctico. Y cada uno de nosotros va a pagar el precio. ?C¨®mo hemos podido dejamos sorprender hasta ese punto? Parece que ha dicho a los que le han interrogado que ya hab¨ªa intentado dos veces poner fin a la vida del primer ministro. Desde hac¨ªa, semanas guardaba en su coraz¨®n su secreta decisi¨®n, pero hab¨ªa iniciado el curso como uno m¨¢s, sonriendo como de costumbre. La semana pasada nos hab¨ªa prometido que este curso continuar¨ªan las actividades pol¨ªticas y se volver¨ªan a organizar fines de semana en las colonias.

Amir no es para nada un joven manipulado. Es una persona madura, responsable de sus actos, que ha asesinado al primer ministro Isaac Rabin. Lo pagar¨¢ el resto de sus d¨ªas.