Leon Fleisher no se rinde

Es conocida la historia del pianista y director Leon Fleisher (San Francisco, 1928), artista tan dotado que todav¨ªa ni?o fue aceptado por Artur Schnabel como disc¨ªpulo. Con el Premio Reina Elisabeth de B¨¦lgica 1952, Fleisher salta a la fama, pero la carrera que se presentaba rutilante qued¨® pronto limitada por una par¨¢lisis de la mano derecha. Comienza aqu¨ª la historia moral de Fleisher: no se rinde a la adversidad, triunfa como int¨¦rprete excepcional en conciertos para la mano izquierda (Ravel, Prok¨®fiev), ejerce el magisterio y se hace director. Como maestro e int¨¦rprete posee todos los secretos de Mozart y de Beethoven, y puede impartir, sobre cualquier autor, lecciones valiosas de t¨¦cnica y sensibilidad.Despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas durante las cuales Fleisher no cej¨® en su combate contra el mal, ahora, en el Monumental y con la Sinf¨®nica de RTVE dirigida por Comissiona, ha vuelto al pianismo de ambas manos con una interpretaci¨®n preciosa del Concierto en la mayor, KV. 414, de Mozart. Desde un control exacto de los ataques, con una perfecci¨®n e igualdad en los staccati y una ligereza mantenida en el mezzoforte y en los pianisimos, la mano antes enferma, retorna a la vida gloriosa.

Formidable Ravel

Tras un triunfo apote¨®sico, Fleisher "estren¨®" el Concierto para la mano izquierda, de Ravel. Estrenar es asistir a lo nunca escuchado y eso sentimos ante Fleisher en su formidable versi¨®n de la obra raveliana. Penetr¨® en sus ¨²ltimas razones, circul¨® por las m¨¢s secretas galer¨ªas de unos pentagramas m¨¢gicos y dram¨¢ticos y evidenci¨® c¨®mo entre este concierto y el en sol, para dos, escrito simult¨¢neamente por Ravel, existen tantas diferencias como sustantivos enlaces.Nunca escuch¨¦ el Concierto para la mano izquierda de semejante manera, con tan conmocionante perfecci¨®n y tan hermosa y dif¨ªcil sencillez. Nuestra memoria guardar¨¢ siempre en un lugar especial esta jornada triunfante, de un artista grande y un hombre que no se rinde.

Comissiona colabor¨® muy bien, los m¨²sicos de la Orquesta de Radiotelevisi¨®n Espa?ola respondieron con flexibles calidades y nos regalaron estupendas versiones, de La flauta m¨¢gica y las gritadoras, coloristas y un poco enojosas Fiestas romanas, de Respighi.