La otra transici¨®n

Uno de los secretos de la transici¨®n fue que durante la misma no se tocaron los centros de poder econ¨®mico; se hered¨® la estructura de poder del franquismo y se mantuvo. Ello significa que la transici¨®n econ¨®mica no coincidi¨® en el tiempo con la transici¨®n pol¨ªtica.En este sentido de modificaci¨®n del poder econ¨®mico, probablemente la transici¨®n econ¨®mica no tiene su origen hasta la firma del tratado de adhesi¨®n con la CEE, en junio de 1985, y a¨²n no ha terminado. A partir de esa fecha cambiaron legalmente las reglas del juego -se acabaron las veleidades aut¨¢rquicas- y comenzaron a emerger los nuevos protagonistas de la vida econ¨®mica y a pasar a segundo plano bastantes de los apellidos que conformaron la oligarqu¨ªa del anterior r¨¦gimen. En una ocasi¨®n escuch¨¦ decir a Leopoldo Calvo Sotelo que la transici¨®n se hab¨ªa caracterizado por la preeminencia de la pol¨ªtica sobre la econom¨ªa, y por la necesidad urgente de mayor libertad (incluida la econ¨®mica) y el temor al desaf¨ªo de esta libertad.

Ello no significa que en los a?os de la transici¨®n pol¨ªtica no se adecuase el aparato productivo espa?ol a los nuevos tiempos. Quien mejor lo ha estudiado ha sido Enrique Fuentes Quintana, vicepresidente del Gobierno en los primeros tiempos de la democracia y protagonista directo de estos cambios. Fuentes ha sustentado una metodolog¨ªa muy interesante; considera tres grandes etapas de la econom¨ªa en el proceso de transici¨®n pol¨ªtica: la del consenso (desde las elecciones de 1977 hasta el primer trimestre de 1979), la del disenso (que dura hasta 1982) y la de la integraci¨®n en la CEE (desde que los socialistas ganan las elecciones hasta la entrada en la Comunidad).

La primera etapa est¨¢ marcada por los Pactos de la Moncloa (firmados por todas las fuerzas pol¨ªticas el 25 de octubre de 1977), a trav¨¦s de los cuales se construyeron las bases de un nuevo orden econ¨®mico democr¨¢tico en Espa?a; la democracia espa?ola llegaba, como en el a?o 1931, en la indeseable compa?¨ªa de una crisis econ¨®mica internacional. Los Pactos de la Moncloa pusieron en marcha las pol¨ªticas de saneamiento imprescindibles para corregir los desequilibrios b¨¢sicos y algunas reformas necesarias para homologarnos a los pa¨ªses de nuestro entorno. El primer objetivo de los pactos fue, sin embargo, pol¨ªtico: lograr el ambiente imprescindible para que se firmara la Constituci¨®n que entr¨® en vigor en diciembre de 1978.

La segunda etapa, que coincide con la segunda crisis energ¨¦tica, se, caracteriza por el intento -fallido- de UCD de rentabilizar el ¨¦xito de los pactos y por la desconfianza de la oposici¨®n en el consenso, entendiendo que ¨¦ste favorec¨ªa no solamente al r¨¦gimen democr¨¢tico, sino a la ideolog¨ªa del partido en el poder y a la propia UCD.

La tercera fase es la de la fulgurante entrada del PSOE en el Gobierno. El superministro de Econom¨ªa Miguel Boyer tira a la basura el programa electoral de los socialistas, basado en la expansi¨®n de la demanda (copiando al primer Mitterrand), y aplica un ajuste muy parecido, y m¨¢s profundo, que el de los Pactos de la Moncloa. Con ¨¦l entramos en la modernidad, pero tambi¨¦n en la expansi¨®n del desempleo.Esta forma de escribir la transici¨®n es tan significativa como la que analiza las operaciones estrictamente pol¨ªticas y los movimientos de masas. Es la otra transici¨®n.