El Rayo hace temblar el dominio del Atl¨¦tico
Los de Antic malgastan un penalti y acaban por dar las gracias del punto a Molina
El Atl¨¦tico arroj¨® otra raci¨®n de dudas sobre su liderato. Su hegemon¨ªa, que dura ya doce semanas, se tambalea seriamente. Ayer, no fue capaz de desnudar al colista, un rival aparentemente inofensivo. No supieron descubrir los rojiblancos las v¨ªas por donde agujerear el planteamiento del Rayo, ce?ido en exclusiva a tareas destructivas. Cuando se encontr¨® alguna puerta abierta (media docena de veces en toda la tarde, no m¨¢s), se estrell¨® con la falta de punter¨ªa de Penev. Hasta un penalti tir¨® el b¨²lgaro a la basura. Finalmente, con un hombre menos en el campo, el Atl¨¦tico soport¨® incluso unas cuantas sacudidas del rival. En realidad, sali¨® con vida del derbi gracias a Molina.El Atl¨¦tico aterriz¨® en la jornada seco de centrales. Santi, por sanci¨®n, y Soloz¨¢bal y L¨®pez, por lesi¨®n, hab¨ªan vaciado de especialistas el coraz¨®n de la defensa. El preparador serbio solucion¨® la cuesti¨®n con Tom¨¢s y Caminero, que volv¨ªa as¨ª a la posici¨®n que ocupaba en el Valladolid, justo antes de llegar al conjunto rojiblanco. El parche conserv¨® la estabilidad defensiva del equipo y obsequi¨® a la parroquia con alg¨²n que otro cruce rebosante de autoridad firmado por Caminero. Pero vista la actitud pac¨ªfica del adversario de mitad de campo hacia adelante, eran aspectos que el Atl¨¦tico ayer no necesitaba. Lo de Caminero escondido atr¨¢s junto a Tom¨¢s fue, Iiteralmente, un regalo al Rayo. El Atl¨¦tico se qued¨® sin su llegada poderosa, sin su uno contra uno y sin su capacidad de intimidaci¨®n. Y el Rayo, a cambio, se libr¨® de un problema.
Los de Vallecas no se colgaron de su porter¨ªa. Por ah¨ª, Marcos Alonso, el t¨¦cnico, cumpli¨® su palabra: no encerr¨® a su equipo atr¨¢s, como hiciera no muchos d¨ªas antes el M¨¦rida, pionero esta temporada en generar sustos por el Calder¨®n. Pero consinti¨® que el partido fuera de una sola direcci¨®n y que el bal¨®n estuviera siempre en pies anfitriones. Se limit¨® a derribar el juego del Atl¨¦tico y trat¨® de hacerlo alejado unos cuantos metros de su propia ¨¢rea. Tambi¨¦n llen¨® de marcajes al hombre, pese a lo dicho en la v¨ªspera, el ¨²ltimo tramo del ataque rival: Cortijo, cosido a Kiko; De Quintana, a Penev; Barla, a veces, a Pantic...
El Atl¨¦tico volvi¨® a sentirse inc¨®modo con todo el peso del partido a sus espaldas. Por ah¨ª, asom¨® de nuevo una alarmante falta de recursos. La artiller¨ªa se agota: Pantic repiti¨® que se ha ca¨ªdo del pedestal en el que se subi¨® al llegar a Espa?a; Penev complet¨® otra actuaci¨®n desoladora, cargada de inoperancia, lentitud y falta de tino; Caminero no pod¨ªa hacer nada desde tan lejos y Simeone consumi¨® su buena racha (hab¨ªa marcado en los cuatro ¨²ltimos encuentros que hab¨ªa jugado). Al Atl¨¦tico s¨®lo le qued¨® Kiko. Y se agarr¨® a su talento, a su m¨¢gica improvisaci¨®n, como ¨²nica esperanza.
No fue suficiente. Cortijo no le dej¨® mucho margen de maniobra al gaditano. El Atl¨¦tico acab¨® mecanizado, sin ideas. Sin brillo y sin oficio. Insisti¨® con monoton¨ªa sobre las mismas soluciones: tirar unos cuantos globos sobre el ¨¢rea y buscar a la desesperada las acciones a bal¨®n parado. Pero por ah¨ª no apareci¨® esta vez el para¨ªso. Terminaron los de casa, en suma, en manos del Rayo, donde ¨¦l quer¨ªa. Pudieron tumbarle, con todo, en media docena de lances, malgastados sucesiva e inevitablemente por Penev: desde un penalti hasta dos o tres mano a mano ante Wilfred. O se enredaba con la pelota o ajustaba mal el remate. El b¨²lgaro se ha ca¨ªdo, anda en estado de desgracia. Y la afici¨®n lo sabe, que le dedic¨®, cuando Antic decic¨® suplirle por Bi¨¢ggini, la primera pitada de la temporada a un futbolista: propio.
Luego, lo que amenazaba con convertirse en un simple nuevo tropiezo, corri¨® el riesgo de concluir en cat¨¢strofe. Caminero recibi¨® su segunda amarilla (m. 70), a instancias del linier, y el Atl¨¦tico se vino abajo. Al mismo tiempo, el Rayo se atrevi¨® a visitar el campo contrario. Fue entonces cuando apareci¨® Molina para mantener viva la llama: le gan¨® dos veces la partida a On¨¦simo en sendos uno contra uno y despej¨® milagrosamente un tiro de Aquino, colocado en una escuadra con precisi¨®n milim¨¦trica. El Atl¨¦tico posee un gran portero. Lo ¨²nico en el equipo que sigue tan sano como el primer d¨ªa. Bueno, y gracias al Bar?a, la clasificaci¨®n.
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