Plaguicidas, ?un riesgo asumible?
Un 12% de los compuestos en agricultura afectan a la salud, seg¨²n los expertos
Con frases como "si la leche materna tuviera que pasar hoy controles sanitarios, todos los beb¨¦s tomar¨ªan biber¨®n" o "la vida diaria est¨¢ llena de cancer¨ªgenos", los expertos destacan la seguridad de los ex¨¢menes toxicol¨®gicos actuales y al mismo tiempo se resignan a que se desconozca el efecto alarg¨® plazo en humanos de la mayor¨ªa de los plaguicidas a la venta hoy. De algunos de ellos (representan el 2%) se sospecha que podr¨ªan producir c¨¢ncer; de otros (un 0,9%), mutaciones. Y esto aplic¨¢ndolos correctamente. Es el precio que hay que pagar por las cosechas abundantes. Pero la realidad quiz¨¢ sea m¨¢s cara de lo asumido oficialmente, ya que "en general, los plaguicidas se usan m¨¢s de la cuenta y mal", dicen.
Al ingeniero agr¨®nomo Jos¨¦ Sinobas, de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, no le sorprende encontrar en puestos ambulantes hortalizas recolectadas antes del tiempo que debe pasar desde la ¨²ltima administraci¨®n de plaguicida. A Luis Cuadra, del Instituto de Ciencias Ambientales, le pidi¨® consejo alguien que "hab¨ªa echado algo contra los caracoles y ahora se le mor¨ªan las ovejas".
Las an¨¦cdotas de los especialistas coinciden. Aunque aprecian bastantes mejoras en los ¨²ltimos a?os, "a¨²n hay agricultores que casi no leen los prospectos, o no distinguen el momento en que conseguir¨¢n m¨¢s efectividad con dosis menores", dice Sinobas. Ninguna estad¨ªstica se refiere directamente al mal uso de herbicidas, insecticidas, fungicidas y rodendicidas -seg¨²n el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n. S¨®lo Andaluc¨ªa ha iniciado un plan para vigilar c¨®mo se aplican-, as¨ª que los datos hay que deducirlos del control de residuos de plaguicidas en alimentos.
Control de residuos
Esto se hace de forma sistem¨¢tica y a escala nacional tomando muestras "en origen" (en el campo), a la espera de que el Ministerio de Sanidad desarrolle tambi¨¦n un plan de residuos en el consumo (en los puntos de venta) y normalice as¨ª las campa?as de control que sin criterios unificados hacen ya las comunidades aut¨®nomas.Los datos en origen "dan bien, como en cualquier pa¨ªs europeo", seg¨²n el responsable de Sanidad Vegetal de Agricultura, Ram¨®n V¨¢zquez Hombrados. Hace cuatro a?os, el 5% de las muestras superaba los niveles de residuos permitidos, y el 3,1% en 1994 (sin diferencias apreciables por comunidades).
Pero ?qu¨¦ fiabilidad tienen los an¨¢lisis? T¨¦cnicos de laboratorio reconocen la complejidad de los m¨¦todos de detecci¨®n, que mejoran m¨¢s despacio que los de producci¨®n de nuevos compuestos. "El problema es que hay unas doscientas sustancias activas en el mercado, y que habr¨ªa que medir tambi¨¦n sus productos de degeneraci¨®n, al menos cuando se conocen. En la pr¨¢ctica es imposible siquiera saber lo que se te escapa", afirma Luis Cuadra. En las muestras en origen se buscan residuos de cerca de noventa plaguicidas, m¨¢s que en las campa?as aleatorias en los puntos de venta.
Igual de complejo es averiguar la toxicidad a largo plazo de un plaguicida. "Es muy dif¨ªcil evaluar c¨®mo afectan al cabo del tiempo tantos compuestos que act¨²an de forma sin¨¦rgica", dice Paco Vargas, subdirector general de Sanidad Ambiental.
Con el famoso DDT (un organoclor¨¢do) se tard¨® tres d¨¦cadas en advertir su alto poder de acumulaci¨®n en grasas y su persistencia en el medio y en los organismos. Antes de que su uso quedara restringido a zonas donde la malaria es end¨¦mica, por ejemplo, llegaron a diagnosticarse intoxicaciones agudas en personas obesas que hab¨ªan adelgazado.
?Ser¨ªa posible hoy un caso similar? Nadie se atreve a dar garant¨ªas totales de que no. Por un lado,, se resalta que "hay un antes y un ahora en la producci¨®n de plaguicidas". Seg¨²n t¨¦cnicos del Ministerio de Sanidad, cada vez se buscan productos "menos nocivos para las personas y menos contaminantes".
Los estudios toxicol¨®gicos exigidos para la comercializaci¨®n son m¨¢s exhaustivos y los m¨¢rgenes de seguridad en las dosis, m¨¢s amplios (la dosis de no efecto en humanos se calcula dividiendo por 100 o por 10.000, seg¨²n los casos, la cantidad de producto que no ha causado da?o en el mam¨ªfero m¨¢s sensible de los probados).
Pero tambi¨¦n se sabe, en funci¨®n de estos estudios, que un 2% de los plaguicidas hoy en uso podr¨ªa producir c¨¢ncer en humanos, y que un 12% podr¨ªa tener "alg¨²n efecto''. Por otra parte, hay a¨²n en el mercado sustancias antiguas que no necesitaron superar los requisitos act¨²ales. La UE ha encargado ya a cada pa¨ªs estudios encaminados a eliminarlas y a unificar las normativas en cuanto a por ejemplo, niveles de residuos permitidos en alimentos.
Carn¨¦ para agricultores
"Est¨¢ claro que no se puede prohibir todos los productos. Hay que asumir un riesgo si se quieren buenas cosechas. Pero hoy este riesgo para las personas y el medio ambiente es excesivo por falta de conocimientos", insiste Sinobas.Este profesor de Fitopatolog¨ªa vuelve a considerar las dificultades de los an¨¢lisis de muestras; la incertidumbre sobre la toxicidad a largo plazo, incluso el desconocimiento acerca de c¨®mo act¨²an muchos plaguicidas, y concluye: "La mejor medida preventiva es m¨¢s formaci¨®n para los agricultores".
Actualmente, seg¨²n el Ministerio de Agricultura, s¨®lo Valencia expide el ya obligatorio carn¨¦ de aplicador a agricultores que asisten a cursos.
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