De la Rosa us¨® facturas y operaciones falsas para desviar 500 millones de d¨®lares de KIO
EI anterior equipo gestor de Grupo Torras, encabezado por Javier de la Rosa, mont¨® un complejo esquema para la ocultaci¨®n de movimientos de dinero. Las cuatro operaciones investigadas en la demanda civil presentada por KIO en Londres, por casi 500 millones de d¨®lares, se taparon con mecanismos de simulaci¨®n de facturas y transacciones ficticias, seg¨²n se deduce del memor¨¢ndum enviado en 1992 por Juan Jos¨¦ Folchi a la fiscal¨ªa de Kuwait. En el mismo sentido, los 20 millones de d¨®lares enviados a la cuenta de Manuel Prado en Ginebra se justificaron ante Hacienda y en la contabilidad de Torras con una factura por servicios t¨¦cnicos. Sin embargo, De la Rosa ha declarado que ese dinero no sirvi¨® para pagar ninguna factura por servicios t¨¦cnicos. Sin embargo, De la Rosa ha declarado que ese dinero no sirvi¨® para pagar ninguna factura.
El 26 de mayo de 1992, el mismo d¨ªa en el que De la Rosa present¨® su dimisi¨®n como vicepresidente de Torras, esta empresa pago una factura por 20 millones de d¨®lares de la sociedad Wardbase. ?sta justificaba el cobro en concepto de "la puesta en marcha as¨ª como la obtenci¨®n de los pertinentes permisos que autoricen el funcionamiento y operatividad" de la planta de la filial belga de Torraspapel, Celulosa de las Ardenas (CdA). El apoderado de Wardbase era Michael Russell, administrador de empresas asociado con el abogado de Torras durante la gesti¨®n de De la Rosa, Juan Jos¨¦ Folchi.De la Rosa dice otra cosa
El mismo De la Rosa ha cuestionado estos d¨ªas la veracidad, de esa operaci¨®n al declarar ante la Corte de Londres que ese dinero fue enviado a una cuenta en la banca Sogenal de Ginebra controlada por Manuel Prado.
Juan Jos¨¦ Folchi reconoci¨® en un memor¨¢ndum enviado al fiscal general de Kuwait el 19 de noviembre de 1992: "Fahad Al Sabah [ex presidente de KIO] y De la Rosa me informaron de que el pago era extremadamente confidencial. De la Rosa me dio detalles del pago, pero no del beneficiario final".
El mismo m¨¦todo se aplic¨® en la transacci¨®n de Pincinco. En ella se distrajeron 300 millones de d¨®lares. En el cuadro que acompa?a a esta informaci¨®n se describen, de forma esquem¨¢tica, esta operaci¨®n y las otras tres incluidas en la demanda de Londres. En el caso Pincinco, una sociedad de KIO prest¨® 300 millones de d¨®lares a una filial del Grupo Torras, Torras Londres, que a su vez lo prest¨® a Coggia. De ah¨ª, el dinero fue a Pincinco. Esta sociedad envi¨® el dinero a la cuenta 102.050 del Bankers Trust y desde all¨ª se reparti¨® a diferentes cuentas en Suiza. Entre ellas, una controlada por Javier de la Rosa, en el mismo banco, y que recibi¨® la suma de 105,9 millones de d¨®lares. En el reparto particip¨® tambi¨¦n una cuenta en Sogenal de Manuel Prado, que recibi¨® 80 millones de d¨®lares.
Una vez m¨¢s, la realidad y lo declarado en los documentos no coincide. ?C¨®mo se encubri¨® la desaparici¨®n del dinero? Coggia, la sociedad que hab¨ªa recibido el cr¨¦dito, compr¨® 2,3 millones de acciones de Grupo Torras. Se las compr¨® al propio Grupo Torras por 23,7 millones de d¨®lares. Poco despu¨¦s, Coggia las revendi¨® por una cifra muy superior, 319 millones de d¨®lares, a una filial de Torras. Con ese dinero, Coggia pag¨® el cr¨¦dito de 300 millones que hab¨ªa recibido y con el que se hab¨ªa hecho el reparto a diferentes cuentas suizas. El esquema fue presentado en Espa?a como una ampliaci¨®n de capital, en la qu¨¦ sociedades extranjeras compraban las acciones. Luego una filial de Torras las compraba a un precio superior, es decir, era la propia Torras la que pagaba.
La explicaci¨®n de Folchi en su memor¨¢ndum era que KIO "requiri¨® a Grupo Torras para que hiciera pagos a terceras partes por un total de 300 millones de d¨®lares. Se dieron instrucciones para que los pagos se hicieran fuera de Espa?a y que fueran altamente confidenciales, ya que, entre los receptores de los fondos, hab¨ªa cuentas externas e instituciones pol¨ªticas y autoridades espa?olas y extranjeras".
Lo mismo ocurre en el caso de la tercera operaci¨®n, la de Croesus. En mayo de 1988, una filial de KIO envi¨® directamente a una cuenta en, el National Bank of New York 27,4 millones de d¨®lares. De la Rosa ha declarado en Londres que este pago iba dirigido a la sociedad paname?a Horowitz. Aunque, el financiero ha relacionado esta sociedad con el empresario Enrique Sarasola, su nombre no figura en sus alegaciones de Londres.
Cr¨¦ditos impagados
Una vez m¨¢s, esta operaci¨®n se disfraza. Un a?o despu¨¦s del primer pago, en septiembre de 1989, Torras Londres, la filial inglesa de Grupo Torras, devolvi¨® el dinero a KIO y simul¨® un cr¨¦dito a otra sociedad pantalla, Croesus. Finalmente, Grupo Torras aval¨® ese cr¨¦dito y, como no, se devolv¨ªa, la empresa espa?ola lo apunt¨® ¨ªntegro como p¨¦rdidas en sus cuentas de 1991.
El relato de Folchi al fiscal de Kuwait explica los hechos de esta manera: "A mediados de septiembre de 1989, Plinio Coll, un asesor externo de Grupo Torras, y yo mismo fuimos. informados de que Torras Londres ten¨ªa que, hacer un pago confidencial que no pod¨ªa ser, registrado en sus libros".
La ¨²ltima operaci¨®n es la de Oakthorn, que recibi¨® cr¨¦ditos de 105 millones de d¨®lares en julio de 1989 y junio de 1990. Los cr¨¦ditos fueron asumidos por Grupo Torras, que tambi¨¦n los incluy¨® ¨ªntegramente en sus cuentas de 1990 como p¨¦rdidas.En el memor¨¢ndum de Folchi se puede leer: "Negociaciones previas para una oferta p¨² blica de compra de acciones de la compa?¨ªa Ebro [azucarera] se desarrollaron en varios meses, durante los cuales se tuvo conciencia de que ser¨ªa necesario hacer pagos complementarios a los, antiguos accionistas como compensaci¨®n por su p¨¦rdida de control de la compa?¨ªa". Lo mismo se dice unas p¨¢ginas m¨¢s adelante, en este caso en relaci¨®n con la compra de otra empresa azucarera que tambi¨¦n fue adquirida por Grupo Torras, la Compa?¨ªa de Industrias Agr¨ªcolas.
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