Espa?a pierde frente a Canad¨¢ su ocasi¨®n de ser sede del Convenio de Biodiversidad

En un a?o, Espa?a ha perdido dos oportunidades de protagonizar la pol¨ªtica medioambiental a nivel internacional. Primero con la Agencia Europea de Medio Ambiente, que fue a parar a Copenhague, y ayer, en Yakarta, con la de Montreal como sede de la Secretar¨ªa del Convenio de Biodiversidad de la ONU, pese a los intentos del Gobierno espa?ol por que fuera Madrid. La decepci¨®n ha sido la pauta entre los grupos ecologistas, algunos de los cuales han calificado de "mediocre" el proyecto presentado por Espa?a para su candidatura.

Jos¨¦ Borrell, Ministro de Obra p¨²blicas, Transportes y Medio Ambiente, y Cristina Narbona, Secretaria de Estado de Medio ambiente viajaron a Yakarta junto a otras 20 personas para participar en la reuni¨®n de los pa¨ªses firmantes del Convenio sobre Biodiversidad, pero han pospuesto para hoy cualquier declaraci¨®n sobre la derrota de las aspiraciones espa?olas. Seg¨²n una escueta nota del ministerio, hasta la tercera votaci¨®n no s¨¦ logr¨® la designaci¨®n, de la ciudad canadiense.Junto con Madrid, aspiraban a albergar la sede definitiva del Convenio de Naciones Unidas sobre Biodiversidad Ginebra, Montreal y Nairobi. Ginebra contaba como baza principal dar cabida a la mayor¨ªa de los organismos del sistema de la ONU y que desde enero de 1993 contaba con la sede Provisional de este convenio. Nairobi esgrim¨ªa como principal argumento que ya es sede del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, principal brazo ejecutor del tratado de biodiversidad. Y Montreal exhib¨ªa sus cuidados documentos detallando su estrategia de conservaci¨®n de la diversidad natural.

Desde que se f¨ªrm¨® el Convenio sobre Biodiversidad en junio de 1992, en la famosa Cumbre de R¨ªo, Espa?a aspir¨® a atraer la sede: la primera de la familia de la ONU que vendr¨ªa a territorio espa?ol. En un principio, el Gobierno propuso Sevilla; pero luego, atendiendo las indicaciones t¨¦cnicas que le hac¨ªan ver que en la capital andaluza apenas hay representaciones diplom¨¢ticas, se opt¨® por ofrecer Madrid.

La propuesta de Madrid ofrec¨ªa un conjunto de oficinas totalmente amuebladas y equipadas de una extensi¨®n de 1.300 metros cuadrados localizadas en el Campo de las Naciones, junto al nuevo Palacio de Congresos. En la generosa oferta se inclu¨ªan un mill¨®n de d¨®lares anuales aportados por el Gobierno (aunque sin detallar cu¨¢ntos a?os), estatus y trato de misi¨®n diplom¨¢tica pata la secretar¨ªa, vivienda libre de cargas para el secretario ejecutivo del convenio, exenci¨®n del pago de impuestos y grav¨¢menes nacionales, regionales y municipales y, diez plazas de garage. En la oferta de Madrid se destacaba tambi¨¦n que Espa?a es el pa¨ªs que cuenta con mayor diversidad biol¨®gica de la UE.

En la carrera por conseguir la sede pesaban m¨¢s las ofertas de inmunidades diplom¨¢ticas, exenciones, fiscales y facilidades de todo tipo para los funcionarios internacionales y sus familias que el inter¨¦s real por desarrollar el articulado del convenio: proteger la diversidad de especies de flora y fauna y los ecosistemas que forman, facilitar la transferencia tecnol¨®gica y el intercambio de experiencias entre pa¨ªses desarrollados y Tercer Mundo, ensayar nuevas f¨®rmulas de conservaci¨®n de la naturaleza y de conseguir un reparto mas equitativo de los beneficios derivados de patentes obtenidas de la diversidad biol¨®gica, minimizar los impactos de los organismos manipulados gen¨¦ticamente.

Un¨¢nimes en la desilusi¨®n por el rechazo de la candidatura espa?ola, varias asociaciones y grupos ecologistas deploran la estrategia utilizada. "Comprendemos las razones de que no se haya concedido la sede a Espa?a que ha hecho esfuerzos por conseguirla en el terreno burocr¨¢tico, pero no en pol¨ªtica ambiental" dijo Theo Oberhuber, secretario general de la Coordinadora de organizaciones de Defensa Ambiental. Para la asociaci¨®n Amigos de la Tierra, el trabaj¨® espa?ol previo "ha sido bastante mediocre" y en las relaciones internacionales "se ha jugado un mal papel, sin asegurar el apoyo de todos los socio?.

La oferta canadiense inclu¨ªa un espacio de 1.000 metros cuadrados en Montreal de alquiler gratuito durante cinco a?os, junto a la sede de la Organizaci¨®n de Aviaci¨®n Civil Internacional de Naciones Unidas, negociaciones para facilitar muebles y equipamientos, y 200.000 d¨®lares anuales.