Rosemary West, culpable de 10 asesinatos
La due?a de la 'casa de los horrores', deber¨¢ permanecer siempre encerrada, dice el juez
Rosemary West se tambale¨® ayer en la sala de vistas de Winchester, cuando el jurado la declar¨® culpable del asesinato de las otras siete j¨®venes que residieron en su domicilio de Gloucester en los ¨²ltimos 20 a?os. Luego rompi¨® a llorar y le pidi¨® a su abogado que apelara la sentencia. Con 10 muertes a sus espaldas, est¨¢ viuda de 41a?os y madre de ocho hijos, ha escrito uno de los cap¨ªtulos m¨¢s escabrosos de la historia reciente del Reino Unido. Instantes despu¨¦s de conocerse el fallo, la polic¨ªa pidi¨® ayuda para localizar, -vivas o muertas- a nueve mujeres m¨¢s desaparecidas y relacionadas con la familia West."Usted no deber¨¢ abandonar jam¨¢s la c¨¢rcel", le dijo el juez Mantell a Rosemary cuando call¨® el jurado. El p¨²blico que abarrotaba la sala, estall¨® casi en aplausos. Muy p¨¢lida, ella abandon¨® inmediatamente el tribunal escoltada por dos, polic¨ªas.
Mantell agradeci¨® entonces sus esfuerzos a los siete hombres y cuatro mujeres que la declararon culpable. "S¨¦ lo que han sufrido pero han prestado un servicio impagable a la sociedad", se?al¨®. Luego les asegur¨® que pod¨ªan declinar ser elegidos de nuevo para otros casos. Un equipo de psic¨®logos se ocupar¨¢ ahora de confortarles para que puedan sobrellevar la pesadilla emocional que se avecina. Con el tribunal vac¨ªo ha empezado la reflesi¨®n y las preguntas, algunas muy comprometedoras. ?C¨®mo es posible que un matrimonio anodino hubiera convertido su hogar en un centro de torturas? ?D¨®nde estaban los asistentes sociales cuando sus ocho hijos acud¨ªan una y otra vez a urgencias a lo largo de su infancia? Las heridas y rozaduras de sus cuerpos no parecieron sorprender a nadie. Y, sobre todo, ?por qu¨¦ desaparecen sin dejar rastro 10 mujeres y nadie las reclama?
Los servicios sociales de Gloucester se han apresurado a subrayar que no deben juzgarse unos hechos de hace 20 a?os con los baremos de hoy. "Nadie debe cargar con esa culpa porque este caso era inimaginable", han dicho. Durante el juicio Rosemary ha reconocido tendencias lesbianas y que mantuvo relaciones con otros hombres. Cuando ¨¦l se suicido en la c¨¢rcel a principios de este a?o, su mujer aseguro que nunca supo nada.
El jurado no se lo ha cre¨ªdo, pero la actitud de la acusada ha sido cuando menos ambigua. Ha llorado un poco, ha rechazado con ardor cualquier complicidad y no ha movido un m¨²sculo cuando una de sus hijas mayores relataba las vejaciones padecidas en el s¨®tano de su casa.
La ciudad de Gloucester, que desea de alguna forma honrar la memoria de las diez j¨®venes que perdieron la vida en la casa de los horrores, consideran ahora la posibilidad de convertir en un santuario la vivienda de tres pisos de los West, construida hace 150 a?os.
El informe del caso retrata al matrimonio como una pareja perversa y necesitada de fuertes emociones sexuales. Su vida juntos degener¨® hasta extremos inconcebibles que, tal vez nadie podr¨¢ explicar nunca del todo. Sus cinco hijos menores permanecen hoy en hogares de acogida. Su madre ingresar¨¢ en breve y para siempre en prisi¨®n. Caso cerrado.
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