Burundi
Los grupos pol¨ªticos armados y los pol¨ªticos de la oposici¨®n est¨¢n utilizando en Burundi el mundo de la educaci¨®n como arma en la sangrienta guerra que, aunque parece olvidada por el exterior, contin¨²a por la supremac¨ªa pol¨ªtica entre los hutus y los tutsis. Las aulas de escuelas y las iglesias son el escenario de matanzas donde han sido v¨ªctimas estudiantes, profesores y cl¨¦rigos.En agosto de 1995 se dio muerte a unas 100.000 personas en Burundi, produci¨¦ndose los homicidios siguiendo pautas de los grupos ¨¦tnicos hutus, mayoritarios, y tutsis, minoritarios en el pa¨ªs. Estos horrores nadie los denuncia en aquel pa¨ªs, porque corre grave peligro su vida; al no haber denuncias, nadie ha sido puesto a disposici¨®n judicial.
Evidentemente, si se acaba con los estudiantes y sus educadores, los fan¨¢ticos por el poder continuar¨¢n hacia adelante en sus atrocidades y nadie sabr¨¢ c¨®mo denunciarles; en la educaci¨®n se puede crear una ¨¦lite gobernante, y, por supuesto, no interesa a los que en aquel pa¨ªs empu?an las armas.
El conflicto armado que comenz¨® en octubre de 1993 ha continuado su carrera sangrienta sin parar, y nadie parece estar interesado por acabar con este horror. Han sido especialmente los miembros de las Fuerzas Armadas los que han seleccionado como blanco de sus acciones a miembros de las capas formadas de los hutus por mantener relaciones con grupos armados de su tribu, y, por otro lado, los estudiantes tutsis han utilizado armas facilitadas por los grupos pol¨ªticos armados.- Dolores Esparza Franco.
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