Viaje a trav¨¦s del tiempo
Pregunta. A menudo he deseado poder viajar atr¨¢s en el tiempo con un ordenador de nuestros d¨ªas s¨®lo por ver la expresi¨®n en el rostro. de un pionero de los ordenadores al ver mi asombrosa m¨¢quina. Si alguien de 1995 hubiera retrocedido 20, a?os en el tiempo con un ordenador port¨¢til bajo el brazo para verle a usted en los primeros d¨ªas de Microsoft, ?cu¨¢l habr¨ªa sido su reacci¨®n? (Steve Davenport, (at) tvo.org.). Respuesta. Me habr¨ªa quedado estupefacto por el viaje en el tiempo y me habr¨ªa interesado vivamente el port¨¢til. ?Qui¨¦n no se sentir¨ªa intrigado por algo del futuro? Por otra parte, no creo que muchos pioneros de la microinform¨¢tica se hubieran asombrado al saber que en los a?os noventa surgir¨ªan potentes ordenadores port¨¢tiles. No ha ocurrido nada terriblemente sorprendente. Los port¨¢tiles de hoy d¨ªa son un claro perfeccionamiento de una tecnolog¨ªa que, en gran medida, era ya evidente hace dos d¨¦cadas. Los ordenadores se han hecho m¨¢s r¨¢pidos, ha aumentado su capacidad de memoria y se ha reducido su tama?o. Todo esto ha sido un fen¨®meno. gradual. No ha habido ning¨²n avance definitivo. Los ordenadores son mucho m¨¢s f¨¢ciles de usar ahora, gracias, en parte, a la invenci¨®n de Xerox del interfaz gr¨¢fico de usuario. Pero mostrar gr¨¢ficos en una pantalla era tambi¨¦n una idea obvia. Durante algunos a?os, los ordenadores personales no tuvieron potencia para mostrar gr¨¢ficos de manera efectiva, as¨ª que la industria se las apa?¨® con un corte, un atajo r¨¢pido y hasta tramposo. El atajo serv¨ªa para que en la pantalla s¨®lo aparecieran caracteres, reduciendo as¨ª la necesidad de velocidad de procesado y memoria del ordenador. Era un buen atajo, pero s¨®lo result¨® necesario mientras los ordenadores tuvieron poca potencia. Los ordenadores de hoy son mucho m¨¢s potentes, pero no de una forma. que sorprender¨ªa a los pioneros de la inform¨¢tica, muchos de los cuales vieron lo que se avecinaba. Ya en 1968 Alan Kaye escribi¨® acerca de algo que llamaba DynaBook, en esencia, un ordenador port¨¢til. Hace 50 a?os, uno, de los fundadores de la National Science Foundation, Vannevar Bush, imagin¨® una.m¨¢quina para hojear y consultar grandes cantidades de informaci¨®n. La llam¨® memex. "Profesionalmente, nuestros m¨¦todos de transmitir y revisar los resultados de investigaciones tienen ya generaciones de edad, y ahora resultan totalmente inadecuados para su finalidad". Bush escribi¨® esto en la edici¨®n de julio de 1945 de la revista The Atlantic.Monthly. "El memex es un aparato en el que el individuo almacena Iodos sus libros, registros y comunicaciones, y que est¨¢ mecanizado para que pueda consultarse con gran rapidez y flexibilidad. Es un complemento ampliado, e ¨ªntimo de su memoria", escribi¨®. Bush se equivocaba en los detalles de la tecnolog¨ªa. Se imaginaba el memex como un escritorio con pantalla incorporada para ver y grabar microfilmes. Pero daba en el clavo en un mont¨®n de conceptos como el de hipertexto y otras formas de indexaci¨®n autom¨¢tica. "Por supuesto, da la posibilidad de consultar lo registrado mediante el esquema. habitual de ¨ªndices", escribi¨®.. "Si el usuario desea consultar cierto libro, escribe el c¨®digo en el teclado y la car¨¢tula del libro aparece inmediatamente ante ¨¦l, en la pantalla donde se proyecta". Bush muri¨® en 1974. ?Le habr¨ªan sorprendido los port¨¢tiles de nuestros d¨ªas? Creo que no.
P. ?Cu¨¢ndo va a escribir un libro? (Bill Stanwill, NuevaYork;. Rod Aquino, Australia; Thye Tark Soon, Malaisia; Sergu¨¦i Prokhorov, Rusia, y otros.)
R. Ya lo he hecho. Su t¨ªtulo en ingl¨¦s es The road ahead, y en Estados Unidos lo ha publicado Viking; en Gran Breta?a, Penguin, y distintas editoriales en otros pa¨ªses. En el libro hablo de c¨®mo veo el futuro y de mis razones para ser optimista. Lo escrib¨ª para expresar mi entusiasmo por lo que ha pasado hasta ahora en el ¨¢rea de la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n, y mi opini¨®n de que s¨®lo se trata de una peque?a parte de lo que es posible. Realmente, nadie sabe con exactitud ad¨®nde. nos lleva la tecnolog¨ªa, pero hay cosas que nos ense?a el pasado, y tengo corazonadas muy fuertes acerca del futuro. Intent¨¦ que The road ahead fuera un libro que todo el mundo, no s¨®lo los entusiastas de la inform¨¢tica, pudiera seguir con facilidad, Es vital que todos los sectores de la sociedad entiendan y participen en el debate sobre nuestro futuro colectivo. Por ejemplo, la ense?anza es un dominio en el que la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n est¨¢ destinada a tener un enorme impacto. Todos deber¨ªamos hablar de esto. Se requiere un mont¨®n de dinero para preparar a los profesores y facilitar el equipo y las conexiones adecuadas, y por eso mismo eleg¨ª obras ben¨¦ficas educativas para que recibieran lo que recaude el libro. En principio me di tres o cuatro meses para escribir el libro. Eso fue antes de que supiera el enorme trabajo que ser¨ªa. Al final de ese tiempo, mis, coautores y yo descartamos. gr4n parte de lo hecho y empezamos de nuevo con menos. prisas. Mi admiraci¨®n por la gente que escribe libros ha aumentado ahora que he hecho uno. Escribir un libro que r¨ªo sea de ficci¨®n le obliga realmente a unc¨ª a pensar en las cosas de una manera disciplinada. Desaf¨ªa a ordenar los pensamientos. Se encuentran lagunas e incoherencias ocultas que obligan a pensar aun m¨¢s. La gente m e pregunta a veces que por qu¨¦ he escrito un libro. Puede que parezca gracioso, pero una de las razones era que as¨ª ciertos amigos podr¨ªan entender lo que preveo. Nunca puedo sacar tiempo para explicar todo lo que quiero. Ahora, sencillamente, puedo darles The road ahead Pero la verdadera raz¨®n fue la de exponer ciertas ideas para que se analicen, para ayudar a elevar el debate. Cuando hable con un periodista o d¨¦ un discurso, partir¨¦ de lo dicho en mi libro en vez de repetir lo mismo una y otra vez ante diferentes audiencias.
P. ?Qu¨¦ le vuelve loco? (Nachiro Hamada, Jap¨®n).
R. La inteligencia artificial. Los buenos gr¨¢ficos. Los programas con herramientas que permiten a la gente hacer grandes cosas. Trabajar con gente inteligente. Fuera del despacho, me apasionan los libros. Y siempre voy al cine.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.