Un cup¨®n con vocaci¨®n social
La ONCE destina 59.000 millones,el 77% de sus beneficios, amejorar la situaci¨®n de sus 55.000 afiliados
Del trauma f¨ªsico o social al shock y a la negaci¨®n de la realidad; a la aflicci¨®n, la ira y el encierro en uno mismo; a la depresi¨®n y la ansiedad... Mariano V¨¢zquez, psic¨®logo, conoce a fondo ese proceso desde el centro de rehabilitaci¨®n de la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles (ONCE) en el que trabaja desde hace m¨¢s de diez a?os.Por su despacho de la calle de Almansa, en Madrid, han desfilado, en efecto, muchas personas que creyeron haber pasado del infinito al cero en cuesti¨®n de segundos, tantos como las vueltas de campana que dio su coche en cualquier curva fat¨ªdica.
Son casos extremos. En ellos no se trata de una p¨¦rdida progresiva, pero tan lenta como para poder asimilarla, de la visi¨®n por culpa de una enfermedad, sino de un brutal impacto s¨²bito. La ceguera suele poner a esas v¨ªctimas repentinas incluso al borde del suicidio. Al menos, matiza V¨¢zquez, "con el pensamiento".
Su misi¨®n es ayudarlas a que reestructuren su personalidad, a vencer "su resistencia" a enfrentarse con sus nuevas circunstancias, a que adopten "una actitud positiva", a que "su yo fuerte se imponga a su yo d¨¦bil" y recobren "la confianza" y "la autoestima".
"La tarea es muy complicada a veces", explica V¨¢zquez, que lleva cuatro a?os intentando que un paciente supere. su miedo a perder "de un instante a otro" su poqu¨ªsima vista. En otras ocasiones, sin embargo, la respuesta es inmediata. As¨ª, uno que se hab¨ªa escondido en su casa durante ocho ya es capaz, con tres o cuatro sesiones, de desplazarse solo por la ciudad.
V¨¢zquez se siente tan gratificado con reacciones semejantes a esta ¨²ltima como Cristina Candeira cuando uno de sus ni?os deja el centro de recursos educativos del paseo de La Habana, en Madrid, en el que ejerce, como un adolescente capaz de acoplarse en un taller ocupacional.
Parece algo sencillo, pero no lo es. Sus alumnos no s¨®lo son ciegos, sino que requieren un tratamiento diferenciado, porque padecen otras deficiencias derivadas de problemas tan graves como la oligofrenia o la hidrocefalia. Con ellos s¨®lo pueden fijarse los objetivos d¨ªa a d¨ªa.
"El que esos muchachos, acaben con cierta autonom¨ªa para asearse, vestirse o comer, posean un conocimiento de si mismos o realicen determinados cometidos es una enorme compensaci¨®n", expresa Candeira.
Un par (le ejemplos de los servicios, gratuitos para sus . 55.000 afiliados, y las prestaciones sociales de la ONCE -la oposici¨®n interna pide m¨¢s y mejores-, que en 19951a destinado a ellos 59.151 millones, el 77,2% de los disponibles tras descontar de los 391.400 ingresados con el cup¨®n y los 19.029 percibidos por otros conceptos los 333.800 de gastos (194.122 de ellos, por premios, y 126.868, por las retribuciones y las comisiones de los vendedores y su Seguridad Social).
Graciasa la reforma de su sorteo en 1984, la ONCE, que ahora renegocia el, precio del cup¨®n y el reparto de los premios para mantener su competitividad -el planteamiento del Gobierno, seg¨²n el cual la participaci¨®n ordinaria pasar¨ªa a costar 150 pesetas en vez de 100 a cambio de que la Administraci¨®n se hiciera cargo del baremo de los premios, ha contrariado a sus dirigentes, que ven en peligro muchos de los servicios actuales multiplic¨® su proyecci¨®n.
Hoy, con m¨¢s de 300 centros, 24 de ellos especializados, y 33 equipos de! atenci¨®n b¨¢sica, se mueve en cuatro ¨¢reas, seg¨²n detallan Enrique Servando S¨¢nchez, director general, y Rosa Villalba, directora general de Servicios Sociales: Educaci¨®n, Acci¨®n Social, Integraci¨®n Laboral y Cultura.
Los alumnos, m¨¢s de 6.000 y con 6.716 millones presupuestados para ellos, se distribuyen en centros de recursos educativos propios (cinco: en Madrid, Barcelona, Sevilla, Alicante y Ponteve(ira) y colegios ajenos, en los que estudian de forma integrada, pero en braille y con material espec¨ªfico, entre los que destaca el inform¨¢tico. "Hemos creado un ordenador que pone voz a lo que uno escribe en braille; la l¨ªnea braille, que se adapta a la computadora y permite leer su contenido, y una radiolupa, que traslada lo escrito al televisor", comenta Villalba. "Las nuevas tecnolog¨ªas son nuestro gran reto", asevera S¨¢nchez.
La acci¨®n social comprende la rehabilitaci¨®n b¨¢sica (1.200 personas en 1995) y la visual (3.250) "para que uno pueda desde fre¨ªrse un huevo hasta salir a la calle y explotar, en su caso, la m¨ªnima visi¨®n que conserve". Incluso se dispone ya de una escuela de perros-gu¨ªa, pues antes se importaban de Estados Unidos. Tambi¨¦n se dan prestaciones directas: 1.350 millones, este a?o, a 5.150 beneficiarios.
Con la integraci¨®n laboral se intenta que los afiliados, al margen de la venta del cup¨®n, que no requiere cualificaci¨®n y ocupa a unos 22.000, 7.000 de ellos minusv¨¢lidos videntes incorporados en su d¨ªa, ejerzan una serie de profesiones para las que se les imparten cursos. En este momento hay 1.037 trabajando fuera: los telefonistas (305), los fisioterapeutas (116), los agentes comerciales,- (91) y los profesores (87) son mayoritarios. "Procuramos eliminar las reticencias de los empresarios, que observen c¨®mo se centra un ciego en su labor. Adem¨¢s, los medios para que la desarrolle aun con sus limitaciones corren a nuestro cargo", dice S¨¢nchez.
Las actividades culturales representan "un valor a?adido para el desarrollo personal". Por un lado, la producci¨®n bibliogr¨¢fica en braille y las grabaciones es muy completa; por otro, el deporte, la m¨²sica o el teatro y. el cine, con guiones explicativos de la escena, tienen atenci¨®n prioritaria. Incluso se promueven museos en los que, contra la norma general, "se ruega tocar" para que las manos, ya que no los ojos, vean.
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