El Rey se ofreci¨® en julio de 1976 para superar los recelos rec¨ªprocos entre el PSOE y el Ej¨¦rcito

Adolfo Su¨¢rez se entrevist¨® en secreto con el PSOE s¨®lo nueve d¨ªas despu¨¦s de haber jurado su cargo como presidente del Gobierno1976. La reuni¨®n, en cuya gestaci¨®n intervino el Rey, sirvi¨® para que los socialistas, representados por Luis G¨®mez Llorente y Luis Solana, conocieran de primera mano las intenciones reformistas y democr¨¢ticas del nuevo Gobierno as¨ª como las limitaciones que impon¨ªa la actitud del Ej¨¦rcito en esos momentos. Siete d¨ªas despu¨¦s, Luis Solana acudi¨® a una cita secreta con el Rey. DonJuan Carlos se prest¨® a canalizar hacia lasFuerzas Armadas el conocimiento del programa del PSOE sobre Defensa. As¨ª lo revel¨® ayer el historiador Javier Tusell en el Congreso sobre la Transici¨®n.

Tusell, co director, del congreso, que ayer tuvo como sede la UNED, aprovech¨® su intervenci¨®n para dar a conocer el contenido, hasta ahora reservado, de las primeras conversaciones mantenidas por los socialistas, entonces miembros de un partido en la ilegalidad, con Adolfo Su¨¢rez y don Juan Carlos. La fuente informativa es la nota redactada por Luis Solana para informar a los dirigentes del PSOE.Solana dej¨® constancia de que el Rey hab¨ªa intervenido en la decisi¨®n de que establecieran contacto Adolfo Su¨¢rez y el PSOE. El reci¨¦n nombrado presidente del Gobierno tom¨® la iniciativa y concert¨® la entrevista en un docimilio particular situado en la calle Profesor Waksmann, en Madrid. Su¨¢rez sorprendi¨® a sus interlocutores reconociendo que el suyo era un Gobierno "provisional", sin otra legitimaci¨®n que la de hecho, pero dispuesto a organizar un Estado democr¨¢tico. Los medios no los ten¨ªa claros, lo que convert¨ªa en muy provechosas ese tipo de conversaciones secretas porque permit¨ªan al PSOE influir, seg¨²n anot¨® entonces Luis Solana.

Su¨¢rez advirti¨® que confiaba en controlar a la derecha en un plazo de dos meses, mientras que el Ej¨¦rcito era "la institudi¨®n b¨¢sica en estos momentos [ julio de 1976] en cuanto a la definici¨®n de los l¨ªmites por los que puede pasar la reforma. De comandante para arriba existe un profundo criterio derechista... que no debe ser provocado, y con lo que hay que contar sistem¨¢ticamente".

El presidente del Gobierno transmiti¨® que las Fuerzas Armadas no aceptar¨ªan la legalizaci¨®n del PCE a corto plazo. Su idea, entonces, era que la legalizaci¨®n se pod¨ªa plantear "tras las elecciones generales".

Una semana despu¨¦s, el 21 de julio, el Rey recibi¨® a Luis Solana, en parte para comentar los temas que ¨¦ste hab¨ªa tratado con Su¨¢rez. Don Juan Carlos se mostr¨® preocupado con que la oposici¨®n pudiera interpretar que el nuevo Gobierno supon¨ªa una interrupci6n del proceso de reforma. Y tambi¨¦n dej¨® traslucir su preocupaci¨®n por el papel que "una personalidad confusa", dice Luis Solana, "Antonio Garc¨ªa Trevijano, desempe?ana en la oposici¨®n".

El Rey les indic¨® que el escalaf¨®n militar era adverso en los tres a?os siguientes, a la vez que "no tuvo inconveniente en canalizar ¨¦l mismo hacia las Fuerzas Armadas el conocimiento del programa de los socialistas respecto del EJ¨¦rcito", escribi¨® Solana. Don Juan Carlos, seg¨²n Tusell, encarg¨® al PSOE un informe para promover el pluralismo sindical, que detallara "qu¨¦ pasos concretos se pod¨ªan dar, cu¨¢ndo y c¨®mo".

El Monarca apenas dej¨® traslucir prop¨®sitos concretos respecto a la legalizaci¨®n del PCE. Solana le indic¨® que el PSOE era partidario de esa legalizaci¨®n, aunque a la vez estaba interesado "en corregir la ventaja que el franquismo le ha dado".