Su¨¢rez decidi¨® legalizar el PCE nueve d¨ªas despu¨¦s de disolver el Movimiento

Nueve d¨ªas despu¨¦s de haber disuelto el Movimiento Nacional, Adolfo Su¨¢rez tom¨® la decisi¨®n de legalizar al Partido Comunista de Espa?a, considerado durante decenios como el mayor enemigo de los franquistas. El octavo cap¨ªtulo de la Memoria de la Transici¨®n, que se entrega ma?ana con EL PA?S, aborda el relato minucioso de aquellos acontecimientos, todos ellos cruciales para restablecer la democracia y conseguir que fuera posible la celebraci¨®n de las primeras elecciones libres en un clima de limpieza reconocido por todos.El periodista Miguel ?ngel Bastenier escribe sobre los entresijos de aquella decisi¨®n, que provoc¨® la primera crisis importante en la c¨²pula militar y necesit¨® la intervenci¨®n del Rey para calmar los ¨¢nimos.

Visto con la perspectiva de hoy, en que los comunistas desempe?an un papel pol¨ªtico muy reducido, apenas se comprende la importancia que aquellos acontecimientos tuvieron en Espa?a en el a?o 1977. Javier P¨¦rez Royo lo explica as¨ª: El PCE fue admitido en la sociedad espa?ola "cuando ¨¦sta estaba a punto de transformarse en poscomunista".

Fernando Abril Martorell, uno de los m¨¢s estrechos colaboradores de Su¨¢rez en los gobiernos de la transici¨®n, explica el comienzo de la ruptura entre Torcuato Fern¨¢ndez Miranda y Adolfo Su¨¢rez como consecuencia de la legalizaci¨®n del PCE, decisi¨®n que el primero no hubiera tomado. Abril revela tambi¨¦n, en una entrevista con Nativel Preciado, muchas de las negociaciones realizadas desde el Gobierno, entre otras la amnist¨ªa de octubre de 1977, que fue acordada en secreto con el dirigente socialista Alfonso Guerra y cuya amplitud provoc¨®, seg¨²n Abril, I¨¢grimas de emoci¨®n" en Xavier Arzalluz. Sendos art¨ªculos de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n y de Maruja Torres completan la entrega.