Peres y el nacionalismo teocr¨¢tico
Todos los expertos est¨¢n de acuerdo. Sim¨®n Peres est¨¢, hoy en la cumbre de su popularidad. El asesinato de Isaac Rabin, el primer ministro isrel¨ª, le ha colocado en el centro del escenario pol¨ªtico justo en el momento en que Israel empieza a recoger los frutos del proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo, del cual ¨¦l fue uno de los arquitectos, si no el principal. El terrorismo est¨¢ en baja; el crecimiento econ¨®mico en alza; el paro ha sido reducido a la mitad; el Estado de Israel es hoy m¨¢s respetado que nunca en el concierto de las naciones. En fin, por primera vez en la historia, las multinacionales invierten fuertemente en la industria del pa¨ªs.Adem¨¢s, la oposici¨®n nacionalista y religiosa est¨¢ a la defensiva y no sabe c¨®mo quitarse de encima la responsabilidad moral por el clima de incitaci¨®n al odio que propici¨® el asesinato de Rabin.
Por tanto, es el momento escogido por Peres para dudar y vacilar sobre Su propia fuerza en el proceso de paz. El primer ministro de Israel busca ampliar su mayor¨ªa parlamentaria y para ello flirtea con los partidos religiosos, dando la prioridad al restablecimiento de la alianza hist¨®rica entro el Partido Laborista y el Mafdal (Partido Nacional Religioso, PNR), que cuenta con seis diputados.
Desde el nacimiento del Estado de Israel, en 1948, hasta 1977, casi durante 30 a?os, el PNR form¨® parte de coa liciones gubernamentales dirigidas por los laboristas. Despu¨¦s de la victoria de Men¨¢jem Begin en 1977, el PNR se convirti¨® en el aliado preferido del Likud, y esto durante 15 a?os, hasta 1992, cuando los laboristas volvieron al poder bajo Isaac Rabin.
El PNR puede parecer a un observador extranjero un partido simplemente oportunista, cuya sed de poder le lleva a aliarse con el partido m¨¢s fuerte en cada momento. Pero esto ser¨ªa ignorar que el PNR era desde hac¨ªa tres a?os el oponente m¨¢s decidido a la pol¨ªtica de paz del Gobierno Rabin-Peres y, sobre todo, al reconocimiento de la Organizacion para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) de Yasir Arafat, y a las concesiones hechas a los palestinos como resultado de los acuerdos de Oslo.
En realidad, el PNR es un adversario m¨¢s virulento. del proceso, de paz con los palestinos que el Likud, porque a las tesis puramente nacionalistas de ¨¦ste acaba de incorporar el concepto teol¨®gico de la tierra santa, prometida por Dios a su pueblo... En este contexto, la evacuaci¨®n hoy de las poblaciones palestinas, y ma?ana del territorio palestino, es literalmente un sacrilegio te?ido de traici¨®n. Es esta convicci¨®n profunda la que parece que empuj¨® a Yigal Amir, nacionalista y religioso, a matar a Rabin.
?C¨®mo puede Sim¨®n Peres contemplar una alianza pol¨ªtica con un partido que no ha renunciado a su ideolog¨ªa nacional-teocr¨¢tica de la que por otra parte, naci¨® la colonizaci¨®n jud¨ªa en los territorios palestinos ocupados?
Por pragmatismo, afirman los m¨¢s, pr¨®ximos a Peres. Justamente porque el PNR ha sufrido una convulsi¨®n hasta sus cimientos por el asesinato de Rabin es por lo que estar¨ªa dispuesto actualmente a echar agua en su vino. "Los acuerdos, de Oslo [entre Israel y la OLP] representan una tragedia para el pueblo israel¨ª", asegura el diputado Zevulun Hammer, l¨ªder del PNR,_"pero lo hecho, hecho est¨¢. Nadie sue?a ahora desencadenar una guerra para volver a tomar Gaza, Jeric¨® o Jenin",
Si Peres se compromete a no hacer nuevas concesiones a los palestinos sin contar con el acuerdo del PNR, los dirigentes religiosos dejar¨¢n d¨¦ votar con el Likud para tratar de derribar al Gobierno laborista.
En el fondo, se tratar¨ªa de una alianza t¨¢ctica y provisional hasta las elecciones de octubre de 1996.
Sin embargo, los expertos laboristas se preguntan si el acercamiento a los partidos religiosos, y sobre todo al MR, que busca Peres es s¨®lo de naturaleza, t¨¢ctica. Estos expertos recuerdan que Sim¨®n Peres no ha reconocido jam¨¢s el derecho de los palestinos a tener un Estado independiente, ni tampoco ha reconocido su derecho a la autodeterminaci¨®n. Cuando se trata de los palestinos, a Peres le gusta dar m¨¢s prioridad a la econom¨ªa que a la pol¨ªtica. En 1967-68, Moshe Dayan dec¨ªa que si los palestinos trabajasen y se ganasen la vida no pondr¨ªan bombas. Treinta a?os m¨¢s tarde, Peres pide a las naciones del mundo que inviertan en la econom¨ªa palestina, pero no necesariamente para apoyar la independencia de los palestnos. Prefiere evocar el nacimiento, de una federaci¨®n jordano-palestina y habla de un "compromiso nacional" entre Israel y los palestinos, concepto muy diferente de un compromiso territorial.
En resumen, en este asunto, Peres aparece en retirada si se le compara con el curso seguido por Rabin, que ya hab¨ªa aceptado la inevitabilidad de una emergente entidad palestina y preconizaba la separaci¨®n f¨ªsica entre Israel y esa entidad, federada o no con Jordania.
La feroz oposici¨®n de los l¨ªderes del PNR a un Estado palestino no molestar¨ªa demasiado a Peres, quien en realidad estar¨ªa ahora m¨¢s preocupado por su propia elecci¨®n, seg¨²n los expertos. Se dice que en los comicios del pr¨®ximo a?o, el nuevo primer ministro de Israel ser¨¢ elegido, por vez primera, directamente por el pueblo israel¨ª por sufragio universal, como lo es, por ejemplo, el presidente de Francia.
Mostr¨¢ndose conciliador con los partidos religiosos, y en especial con el PNR, Peres espera. que los dirigentes religiosos recomendar¨¢n a sus electores potenciales votar en 1996 no, como est¨¢ previsto, por Bibi Netanyahu, jefe del Likud, sino por el presidente del Partido Laborista, Sim¨®n Peres.
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