Una reflexi¨®n mediterr¨¢nea desde Euromed
La construcci¨®n del gasoducto Magreb-Europa es, para el autor, no s¨®lo una gran obra de infraestructuras, sino tambi¨¦n una forma de establecer lazos duraderos en el terreno pol¨ªtico, econ¨®mico social.
En el marco de la Conferencia Civil Mediterr¨¢nea recientemente celebrada en Barcelona, tuve la oportunidad de exponer algunas ideas, en las que creo profundamente, en relaci¨®n al potencial de las grandes infraestructuras energ¨¦ticas como instrumento de integraci¨®n economica, social, y pol¨ªtica entre los pa¨ªses del Magreb y Europa. Para el Grupo Gas Natural, el gasoducto Magreb-Europa, actualmente en construcci¨®n, constituye un claro ejemplo del potencial integrador de esta infraestructura energ¨¦tica de ¨¢mbito supranacional, que ha de transportar el gas adquirido a Argelia por nuestra compa?¨ªa Enag¨¢s y por la portuguesa Transgas. Este gasoducto tiene su origen en Hassi R'Mel, en Argelia, atraviesa 500 kil¨®metros de territorio argelino, 500 en Marruecos y llega a Tarifa, ya en Espa?a" desde T¨¢nger, despu¨¦s de 45 kil¨®metros de recorrido submarino. La construcci¨®n del tramo que atraviesa Marruecos es financiado por las dos compa?¨ªas, proporcionalmente a las reservas de capacidad del gasoducto realizadas por cada una de ellas que, a su vez, ceden a Marruecos la propiedad f¨ªsica del mismo, manteniendo la copropiedad de su utilizaci¨®n y de su gesti¨®n en las proporciones indicadas. Se traduce de esta manera el concepto de soberan¨ªa territorial de Marruecos y se integra as¨ª con el de soberan¨ªa de uso y de gesti¨®n del gasoducto, objetivo b¨¢sico de las dos empresas.A partir de Tarifa, y ya dentro de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, una parte del gas ha de llegar a Portugal pasando por territorio espa?ol, y una parte del que se queda en Espa?a ha de llegar a Galicia, es decir, al noroeste espa?ol pasando por Portugal.
La f¨®rmula de transporte se ha basado en el principio de reciprocidad, tanto en la propiedad pol¨ªtica como en la econ¨®mica y de utilizaci¨®n de los diferentes tramos del gasoducto en Espa?a y en Portugal. Ello ha conducido a materializar, dentro de la pe n¨ªnsula, el nuevo concepto de red ib¨¦rica, m¨¢s all¨¢ del concepto convencional hist¨®rico de red estrictamente espa?ola o estrictamente portuguesa, habi¨¦ndose creado una Asociaci¨®n Europea de Inter¨¦s Econ¨®mico en la que Enag¨¢s y Transgas participan al 50% y cuyo objeto es representar ante terceros intereses conjuntos hispano-portugueses.
De esta manera, se han sentado las bases para una amplia colaboraci¨®n entre los dos pa¨ªses, en los que las dos compa?¨ªas atienden directamente los consumos industriales, dom¨¦sticos y comerciales. ?ste no es el caso de los 500 kil¨®metros de gasoducto en Marruecos, en el que hasta ahora nuestra funci¨®n se ha planteado como estrictamente de transporte, en el marco de la f¨®rmula antes citada. Pero somos conscientes de que la construcci¨®n de estos 500 kil¨®metros de gasoducto que representa la inversi¨®n extranjera m¨¢s grande realizada hasta ahora en aquel pa¨ªs, puede y debe inducir realizaciones macro, pero sobre todo microindustriales, de extraordinario valor para la vertebraci¨®n econ¨®mica y sociocultural de las ¨¢reas afectadas.
Queremos que estar en un pa¨ªs, en el marco de un proyecto de infraestructura tan importante como es el gasoducto del Magreb, nos implique con su gente y con sus aspiraciones, y nos conecte tambi¨¦n con sus valores y con sus sensibilidades para que las inversiones y las acciones de desarrollo que podamos llevar a cabo se optimicen en el marco de una mutua, mejor y m¨¢s amplia comprensi¨®n social y humana. Seremos as¨ª coherentes con nuestra convicci¨®n de que es grafificante facilitar la conversi¨®n de las grandes infraestructuras, en este caso energ¨¦ticas, en instrumentos de integraci¨®n y, en definitiva, de consolidaci¨®n y de legitimaci¨®n humana y sociol¨®gica de las grandes realizaciones, empresariales. Y en esta l¨ªnea de pensamiento la Fundaci¨®n Catalana de Gas ya est¨¢ colaborando con la Fundaci¨®n Ortega y Gasset, en un estudio conjunto para profundizar en el conocimiento humano y sociol¨®gico de la sociedad marroqu¨ª, con cuyas instituciones estamos Ilegando a importantes acuerdos de colaboraci¨®n en este campo.
La positiva experiencia vivida en la construcci¨®n del gaseoducto del Magreb nos ha llevado a considerar un posible esquema gasista Magreb-Europa, con su consiguiente y amplio potencial integrador. La UE consume el 12%, de la producci¨®n mundial de gas natural, mientras que sus reservas son s¨®lo del 4%. Su dependencia exterior, es decir, sus importaciones de gas, son del orden del 40%, abasteci¨¦ndose de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en un 47%, de los pa¨ªses del Magreb (Argelia y Libia) en un 30% y de Noruega en un 23%. Esta dependencia aumentar¨¢ r¨¢pidamente a medio plazo, debido a la disminuci¨®n de la producci¨®n propia actual y adicional. Ello significar¨¢ que, en el horizonte de los pr¨®ximos 25 a?os, ser¨¢ del 46% en el a?o 2000, del 53% en el 2010 y del 75% en, el 2020.
Por otra parte, las reservas mundiales de gas natural est¨¢n concentradas en la CEI (40%) y en el Oriente Medio, o sea, Ir¨¢n, Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos ?rabes (32%). Las m¨¢s pr¨®ximas a los mercados europeos son, evidentemente, las del Magreb, y Noruega. Ya m¨¢s lejos, con las consiguientes dificultades, Yamal, en la CEI, pr¨®ximas al Oc¨¦ano ?rtico y a los Urales.
La exigencia econ¨®mica de los mercados de gas europeos impone, por circunstancias geogr¨¢ficas y pol¨ªticas, la consideraci¨®n prioritaria del Magreb y, en su caso, tambi¨¦n el yacimiento de Yamal.
La distancia Yamal-Centro de Europa (5.1200 kil¨®metros) es pr¨¢cticamente el doble de la de Argelia al centro de nuestro continente, y tambi¨¦n son ¨ªmportantes las diferencias en los respectivos costes de producci¨®n. En funci¨®n de estas diferentes circunstancias, los costes del gas de Yamal puesto en el centro de Europa ser¨ªan superiores a los del gas argelino -que resultar¨ªa a unos precios competitivos para el mercado europeo-con unas inversiones para la producci¨®n y el transporte, a nivel del a?o 2020, de 72.000 y 52.000 millones de d¨®lares de 1995, respectivamente.
Esta gran infraestructura gasista sugerida en Euromed y que parece en principio viable, podr¨ªa convertirse, en caso de confirmarse, en una importante aportaci¨®n al proceso de integraci¨®n Magreb-Europa porque crear¨ªa a mi juicio un marco favorable a la toma de decisiones culturales y pol¨ªticas que ayudasen a superar, verdaderamente, los preocupantes riesgos de ruptura entre las riberas norte y sur de nuestro Mediterr¨¢neo.
La relaci¨®n gasista de nuestro grupo con el Magreb se inici¨® hace ya 30 a?os, con la importaci¨®n de gas natural licuado (GNL) de Libia, y sigui¨® con un gran contrato con Argelia, tambi¨¦n de GNL, y ahora est¨¢ a punto de comenzar el suministro por gasoducto a trav¨¦s de Argelia y Marruecos. Esta relaci¨®n nos ha permitido constatar la actitud de comprensi¨®n, y de positiva colaboraci¨®n de estos tres pa¨ªses, y por ello tengo la plena seguridad de que las ideas que estoy sugiriendo ser¨¢n recibidas por Argelia, por Libia y por Marruecos con un aut¨¦ntico, cordial y responsable inter¨¦s.
Pero en este planteamiento, el Magreb quiere decir Argelia m¨¢s Libia, y por ello, precisamente en el marco de esta Conferencia Civil Mediterr¨¢nea, Euromed, a t¨ªtulo estrictamente personal y como ciudadano que se siente profunda y activamente mediterr¨¢neo y europeo, deseo expresar mi tristeza, decepci¨®n, y disconformidad, por la exclusi¨®n oficial de Libia en la Conferencia Euromediterr¨¢nea que ha tenido lugar estos d¨ªas en Barcelona. Exclusi¨®n en todo caso, de dif¨ªcil justificaci¨®n, porque las coyunturas, los hombres y sus circunstancias pasan, pero no pueden ni han de sustituir legitimidades hist¨®ricas. Libia es mediterr¨¢nea desde hace m¨¢s de 1.000 a?os, y esto la leg¨ªtima para estar presente en una conferencia que se denomina, precisamente, mediterr¨¢nea.
En definitiva, pienso que se ha perdido una oportunidad, seguramente irrepetible a corto plazo, para superar con aut¨¦ntica grandeza algunas circunstancias que se est¨¢n viviendo en el Mediterr¨¢neo y que son interpretadas, a mi juicio, con peque?ez hist¨®rica desde el lejano Atl¨¢ntico y, alguna vez, desde nuestro propio continente.
Pedro Duran Farell es presidente de Gas Natural.
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